Advierten de que las minas proyectadas sobre la comarca de Olivenza pueden arrasar las mejores zonas esparragueras
- La IX feria del espárrago y la tagarnina de Alconchel arranca bajo la amenaza de las concesiones mineras.
Atalaya Mining continúa adelante con sus intenciones de abrir mega-operaciones mineras en todo el Suroeste de Badajoz, con el denominado proyecto “Ossa Morena”. Recientemente el 22 de febrero Atalaya ha cambiado la denominación de su empresa pantalla (Río Narcea Nickel SL), confiriéndole un nuevo nombre acorde a sus intenciones: “Atalaya Ossa Morena SL”.
La primera zona de sacrificio será la Comarca de Olivenza, donde el primer permiso minero de explotación “Gato Montés” se sigue tramitando sin haberse alcanzado aún ninguna decisión desde el órgano competente. Este permiso minero y los adyacentes, que forman todos ellos parte del mismo proyecto como así ha declarado la empresa, se sitúan sobre las mejores zonas esparragueras de Extremadura, producto estrella que se promociona desde el gobierno municipal de Alconchel.
Como podemos ver en las cuadrículas mineras y en las cortas ya pre-diseñadas con los sondeos realizados en los diferentes planes de labores, afectaría directamente a los mejores parajes de recolección de espárragos: Valdecuellos, Puerto de la Cabra, Sierra de la Fragosa, El Gato, Dehesa de las Yeguas, Cabezo del Algarve, Cabezo de las Herrerías, Cañada de los Cuernos, Suerte de la Iglesia, Las Garabetas, La Milanera, Sierra de Pallares, Sierra Morena, Los Caleros, El Mampolín, El Cerrajón, Trampasierra, etc.
Foto: Cuadrículas mineras concedidas y diseños de posibles cortas sobre las mejores zonas esparragueras de Extremadura en la Comarca de Olivenza.
PRODUCTOS DE PROXIMIDAD KM 0 “MARCA MINAS”
El daño irreversible que estas concesiones mineras van a ocasionar sobre los productos de cercanía “km 0” tales como el espárrago, la tagarnina, el vino alconchelero, la agricultura y ganadería aún está por evaluar: toda la economía local se verá afectada, ¿Quién va a querer los productos “marca minas”?
No sólo se trata de las cortas mineras, sino de las escombreras asociadas con materiales contaminantes, balsas de lodos tóxicos, drenaje ácido de minas, metales pesados, arsénico, cianuro, y vertidos al dominio público hidráulico que por gravedad llegarán al lago de Alqueva. La actividad diaria generando en el aire nubes de polvo de sílice, y la contaminación en kilómetros a la redonda del suelo y agua restará valor a estos productos y se podrá perder la categoría “gama 4”, o sea del campo a la mesa.
LA IX FERIA DEL ESPÁRRAGO DE ALCONCHEL, SIN REPERCUSIÓN ECONÓMICA SOBRE EL PUEBLO
Se cumple ya la novena edición de una feria como alternativa de unos productos a los que no se les está sabiendo obtener repercusión económica real sobre el pueblo, y en cambio se plantean minas a cielo abierto en las mismas zonas productoras.
Los objetivos de dicha feria son los mismos año tras año, sin llegar a materializarse: <<poner en valor los espárragos y las tagarninas, generar empleo mediante la recolección de los mismos, comenzar a comercializarlos de forma reglada y conseguir que empresas y emprendedores los envasen, además de apostar por productos kilómetro 0>>.
Foto: Paraje agro-ganadero productor de espárragos en la zona afectada por las minas, al fondo el castillo de Alconchel.
En pasadas ediciones ha habido profesionales que han propuesto hacer cooperativas, traer el producto “gama 4” del campo a la mesa, conseguir su registro sanitario…, pero hasta ahora, nada de nada.
La “oportunidad de oro” perdida para Alconchel fue con el hermanamiento en Croacia en abril de 2019 con el Ayuntamiento de Krsan, que tienen una feria muy parecida a la desarrollada aquí de productos silvestres, y con la invitación en Labin de los comerciantes y empresarios autónomos locales. Estas dos ciudades se encuentran dentro de la provincia de Istria, actualmente una de las más ricas y turísticas de Croacia.
Había posibilidad para comercializar en el exterior el producto que hoy en día las concesiones mineras amenazan, y no se continuaron las gestiones. Se puso encima de la mesa llevar hasta Croacia 20.000 kilos de espárragos congelados a través del puerto de Valencia, con comerciantes interesados en llevarse el producto. El resultado ha sido que, tras nueve ediciones, esto no se ha podido, no se ha querido o no se ha sabido hacer. Y nos siguen vendiendo la misma moto, sin haber hecho nada anteriormente.
Por otro lado, también han existido contactos con Los Barrios, en Cádiz, para el comercio nacional. Es una zona en la que existe tagarnina, y se comercializa envasada desde hace tiempo. Un hermanamiento existente y un ejemplo que se podría haber seguido, no se pueden dejar escapar estas oportunidades.
Está claro que se puede comercializar el producto. Hay que preguntarse por qué lo han conseguido en municipios cercanos, como Villanueva del Fresno con el Gurumelo y Burguillos del Cerro, que ha tomado la delantera con una cooperativa de espárragos, legalizada y sin economía sumergida.
Se podrían cuantificar y censar las zonas de esparragueras, estudiar las posibilidades de ampliar la producción, trabajando con un orden y criterio. Así, se regularía una actividad que realmente generaría empleo. Empleo sostenible en el tiempo y respetuoso con el entorno. Ahora que se llenan los medios con noticias sobre las dificultades de realizar actividades en los parajes Red Natura 2000, como es el caso, este es un ejemplo de las potencialidades de las zonas protegidas para crear riqueza.
Por el contrario, este ayuntamiento ha abogado por el establecimiento de la actividad minera. Una alternativa devastadora que destruiría estas zonas productoras, el espacio protegido, y anulando todas estas opciones de futuro sostenible.
Quizás esté en esta amenaza el problema para implantar la actividad. La posibilidad de la implantación de la minería en la zona espanta a los promotores.
¿Entonces qué finalidad tiene esta feria, viendo que se han desaprovechado las oportunidades anteriores? Estaría bien tener datos más reales, como saber cuántos espárragos han comprado los más de veinte cocineros participantes y sus restaurantes (la mitad de ellos de fuera de Extremadura), en qué ha repercutido en el comercio local y qué venta real tienen esos productos que promocionan en la feria.
De la feria no se proporciona el presupuesto con el que cuenta para tener publicidad en los medios (Cope, SER, HOY), y sería interesante saber si ha servido para que se pidan espárragos de Alconchel y si beneficia en algo al municipio durante el resto del año, pues la realidad parece ser que no.
Sólo hay que buscar en la hemeroteca para contrastar todos estos datos: el producto “gama 4” ya se propuso a través de los centros de investigación que tiene la Junta de Extremadura comercializarlos para llegar a su fín, e incluso conseguir de la Identificación Geográfica Protegida (IGP), según declaraciones de los profesionales del sector en las presentaciones de ediciones pasadas en Diputación. ¿Por qué no terminan de cuajar estas iniciativas y qué sentido tiene la feria con la inminente amenaza minera?