«Vecinas y vecinos del Raval apoyamos a los manteros»
Muchas vecinas y vecinos del Raval creemos que llamar criminales a quienes han preferido vender complementos de vestir antes que vender drogas o robar es totalmente injusto.
Desde la Comisión Intercultural de la asociación vecinal “Xarxa Veïnal del Raval” manifestamos que no estamos de acuerdo en que se trate el problema de los manteros con persecución policial sin poner los medios para que estas personas puedan trabajar legalmente en otras ocupaciones. Nos preocupa que la persecución haya aumentado en esta nueva legislatura de Ada Colau y Jaume Collboni.
El teniente de alcalde Albert Batlle, actualmente regidor de seguridad en el ayuntamiento de Barcelona, ha tratado a los manteros como si fuesen delincuentes a perseguir en vez de proponer cambios de normativa que les permita dejar esa actividad o regularla de alguna manera, tal y como se hace con los mercadillos que existen por toda la geografía catalana.
Sabemos que en diversos ayuntamientos lo han intentado, pero siempre se topa con la falta de “papeles” que se necesitan incluso para pedir una parada en un mercadillo. Por eso reivindicamos que la solución es otorgar permisos de trabajo y residencia. En numerosas ocasiones los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores ambulantes han declarado que con la regularización de sus papeles la mayoría de los manteros dejarían el comercio ambulante.
Aunque haya quien se queje de que los extranjeros les quitan el trabajo a los españoles, hay que recordar que la principal “competencia” la protagonizan los empresarios que les dan trabajo sabiendo que no tienen permisos. Si los tuvieran, podrían estar contratados legalmente y cotizar. Y precisamente “cotizar” es lo que permite a las administraciones públicas mantener los servicios públicos que usamos todos.
Muchas vecinas y vecinos del Raval creemos que llamar criminales a quienes han preferido vender complementos de vestir antes que vender drogas o robar es totalmente injusto.
Creemos también que la persecución policial a secas es una solución muy poco realista, puede que sirva de propaganda política a quien quiere demostrar que es duro y fuerte con los problemas de inseguridad de Barcelona, pero las personas que llegan a nuestra ciudad empujadas por la necesidad no van a desaparecer y necesitan ganarse la vida de alguna manera. Apostar únicamente por perseguirlas es empujarlas a que hagan otro tipo de actividades mucho más perniciosas.
Esperamos que las autoridades otorguen el derecho a trabajar a un colectivo que ha demostrado admirable dignidad y respeto por los valores cívicos en un contexto excluyente y de gran adversidad. Hacemos un llamado a las autoridades para que tengan más sentido común y encuentren otras soluciones más eficaces que la política de la represión.
¡Sobrevivir no es delito!