Comú de Lleida: «El Gobierno de la Generalitat es incapaz de gestionar la salud de la población»
Desde nuestro espacio político hemos hecho propuestas y hemos pedido respuestas y una actuación diligente que en ningún momento han llegado. Por prudencia y responsabilidad, nos hemos mordido la lengua públicamente a la espera de que las autoridades competentes salieran adelante las medidas urgentes imprescindibles. Pero, a pesar de la emergencia sanitaria, las medidas concretas se han ido aplazando, y la Generalitat ha mostrado una inacción vergonzante e intolerable.
La ciudadanía y el tejido económico de Lleida están sufriendo las consecuencias devastadoras de un confinamiento resultado de la inacción del Gobierno de la Generalitat, un gobierno que se ha evidenciado incapaz de gestionar la salud de la población, y que empieza a mostrar también incapacidad para actuar ante la crisis económica que tenemos encima. Un Gobierno que parece no haber aprendido nada de los meses de confinamiento, de la importancia de dar una respuesta efectiva a los brotes desde el primer momento. Lo que hasta ahora ha sido una gestión inexistente pasa a ser una gestión temeraria ante las cifras de la pandemia.
Estas semanas recogemos las consecuencias del déficit presupuestario de la Salud, más evidente aún en Lleida, con carencias imperdonables como la falta de inversión pública para disponer de un sistema de vigilancia y detección de casos que facilite el aislamiento precoz y evitar la transmisión .
Y a la falta de inversión se ha sumado la incapacidad de unos dirigentes políticos que han fallado, no han sabido rectificar y ni siquiera han sabido informar a la ciudadanía, tratándola como sujeto adulto, sino que han preferido culpabilizarla y hacerla responsable de todo lo que pasa. Y que, para remacharlo, han optado por no pedir apoyo a otras instituciones cuando la situación ya se había desbordado.
La inacción también se ha hecho evidente en los cuadros de mando político en el territorio leridano, el delegado del Gobierno en Lleida Ramon Farré y la gerente de la Región Sanitaria Lleida, Divina Farreny, no han sabido reaccionar ante las omisiones de la Generalitat, ni poner la defensa de la ciudadanía por delante de cualquier otro interés. La inacción del gobierno autonómico y de sus representantes ha aumentado la carga sobre los ayuntamientos del Segrià, especialmente los de los 8 municipios confinados, que no tenemos ni todas las competencias ni los recursos para gestionar esta crisis sanitaria y económica.
El Gobierno, que ni siquiera ha asumido las responsabilidades por la gestión de las residencias durante el anterior confinamiento, tampoco explica ahora por qué mantiene un número de rastreadores del todo insuficiente o por qué no refuerza el operativo de control y seguimiento epidemiológico en los CAP y hospitales como requiere la situación y como piden con insistencia los profesionales.
El resultado es el descontrol de la pandemia, que lleva a que la gente de Lleida que sospecha que puede estar infectada tenga que buscarse la vida para hacerse la prueba, costeando -quien se lo pueda permitir- los 150 euros que cuesta en una clínica privada. Y que las propias personas infectadas o sospechosas tengan que llamar a todo el mundo con quien han tenido contacto porque la Generalitat no asume este seguimiento. Vergonzoso e impropio de una sociedad que se quiera decir avanzada. Exigimos de nuevo recursos y transparencia para que la ciudadanía tenga todas las explicaciones pendientes que se están acumulando.
La incapacidad mostrada por el gobierno debe servir para dar el papel que corresponde a los especialistas en salud, técnicos y epidemiólogos. La situación obliga a que sean profesionales autorizados y reconocidos los que asuman el liderazgo de la gestión de la crisis, garantizando la toma de decisiones con un riguroso carácter técnico y facilitándoles los recursos que sean necesarios para atender la crisis sanitaria.
Desde nuestro espacio político hemos hecho propuestas y hemos pedido respuestas y una actuación diligente que en ningún momento han llegado. Por prudencia y responsabilidad, nos hemos mordido la lengua públicamente a la espera de que las autoridades competentes salieran adelante las medidas urgentes imprescindibles. Pero, a pesar de la emergencia sanitaria, las medidas concretas se han ido aplazando, y la Generalitat ha mostrado una inacción vergonzante e intolerable. Igual de inadmisible que el papel (inexistente) de la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y del subdelegado del gobierno, José Crespín, que se están mirando el incendio sin actuar. Recordemos a los representantes del Estado en nuestro territorio que la gente de Lleida también merecemos tener garantizados los servicios necesarios, y que desde su papel de servidores públicos les corresponde trabajar incansablemente por ello. Pedimos, pues, corresponsabilidad y un papel activo de todas las administraciones, estado incluido, para aportar las soluciones que la ciudadanía necesita.
La responsabilidad tiene todos estos nombres. Señor Torra, falló y sigue fallando, y no nos queda ninguna esperanza ni nos queda tiempo para comprobar si es capaz de que esto pueda cambiar. Deje la gestión a los especialistas y técnicos. Doten la gestión de esta crisis sanitaria y económica con recursos urgentes, proporcionales a la gravedad de la situación, y si no pueden, pidan ayuda para tener estos recursos con urgencia, porque Lleida y el Segrià nos ahogamos.
Cuatro millones de euros para el comercio puede ser un gesto de cara a la galería pero sirve de poco en nuestro tejido comercial, que pierde mucho más en una sola semana. Muchos han tenido que cerrar y otros están en peligro de hacerlo de manera inminente. Comercios, hostelería, Pymes y autónomos de Lleida requieren ayudas directas urgentes por parte de todas las administraciones. Los exigimos que esta vez no fallen, porque nos va el futuro.
Comú de Lleida