La tradición Republicana en Cataluña
¿Dónde están los orígenes de la tradición republicana en Cataluña? Nos hemos puesto a estudiar la historia para ofreceros un reportaje histórico sobre el tema.
Gracias a Higinio Polo y Ángel Duarte
por obsequiarme con su tiempo y conocimientos.
En Cataluña surgieron algunos de los centros más activos y dinámicos en la construcción de la facción teórica republicana, especialmente durante la primera mitad del s. XIX, durante los años del sexenio democrático y durante la I República. El conjunto de su desarrollo lo podemos explicar mediante las siguientes fases:
- Primera mitad del s. XIX – 1868. Anterior al sexenio democrático.
- 1868 – 1873. Revolución Gloriosa y Ia República.
- Mediados década 1870 – Inicio década 1880. Restauración Monárquica.
- Finales s. XIX – Inicio s. XX. Pérdida de las colonias y liquidación del Imperio.
- Década 1920 – Década 1930. Articulación polo republicano.
En primer lugar se debe puntualizar que no se puede hablar de un Republicanismo Catalán de manera monolítica como si hubiera uno solo. En todas las fases existen diversas facciones con visiones diferenciadas sobre cómo se articulará el país y sobre cómo organizar la sociedad.
1. Primera mitad del s. XIX – 1868. Anterior al sexenio democrático
En Cataluña el republicanismo se desarrolla de manera diferente en cada lugar, se alimenta de los recursos culturales de lo que la gente del país, de la ciudad, de la comarca, identifican más fácilmente. Por poner dos ejemplos, el republicanismo de Reus es diferente al republicanismo de Figueres.
En todo el país existe una red, mayoritariamente de ciudades, pero también en el campo, donde se construye discurso republicano. En este periodo el pensamiento republicano que se desarrolla en Cataluña se diferencia del resto del estado en cuanto su vertiente inequívocamente Federal.
Existen cinco demandas destacadas generalizadas para este primer republicanismo:
(A) Incorporar la gente a la política consiguiendo una conquista democrática que sume a todos a la toma de decisiones políticas; (B) Realizar estas conquistas en un marco republicano y no monárquico; (C) Introducir una agenda que incorpore mejoras sociales y mejoras en las condiciones materiales de existencia a las clases más perjudicadas por el modelo económico, y cambiar las lógicas de la desamortización; (D) Construir un estado descentralizado donde el municipio sea el punto de arranque de la comunidad política y donde se construya democracia; (E) Combatir la hegemonía cultural católica y defender la secularización.
Más allá de una filosofía política el republicanismo se constituye en un marco de referencias culturales que contienen todos estos elementos que hemos indicado y algunos más.
Hay que tener en cuenta que se vive en una cultura de guerra, es un país en guerra civil contra el carlismo (1ª Guerra Carlista 1833-36; 2ª Guerra Carlista 1846-49; 3ª Guerra Carlista 1872-76). En estas guerras carlistas tienen un papel destacadísimo las Milicias Nacionales, para el republicanismo sirven para transmitir sus ideas en un contexto de odio extremo contra el enemigo carlista que quiere regresar al antiguo régimen.
2. 1868 – 1873. Revolución Gloriosa y Ia República
Barcelona y Madrid tienen un papel muy importante en el estallido de la revolución de La Gloriosa. En toda España había arraigado una cierta conciencia republicana hija del progresismo y del partido democrático que ya había aparecido, aunque todavía no estaba articulado. Es decir, de algunos sectores de los viejos progresistas que tras La Gloriosa irán deshaciendo surgirán los demócratas, y algunos de ellos contactarán con la AIT (Asociación Internacional del Trabajo [fundada por Marx y Bakunin]). En este magma aparecen los republicanos.
Se produce la Revolución Gloriosa de septiembre de 1868, donde se abre un período de democracia política que permite alcanzar varias metas: (A) Primera participación parlamentaria de diputados republicanos en las instituciones legislativas del estado; (B) Establecimiento de un marco de libertad para asociarse, expresarse en la prensa, activar la producción editorial, reunirse y manifestarse; (C) Aparece un primer gran partido republicano, el Partido Republicano Democrático Federal; (D) Pluralismo republicano que genera liderazgos confrontados con programas políticos contrapuestos (la naturaleza del estado, organización territorial, reformas sociales, laicismo y lucha contra el clericalismo).
Esta fase llega a su momento álgido en 1873, permitiendo entrar a una nueva etapa donde el republicanismo constata que contiene una gran variedad de corrientes y visiones políticas muy diversas entre sí.
Los dos primeros presidentes de la I República son catalanes, Estanislau Figueras y Pi i Margall. El pensamiento de Pi i Margall fue importante para España y Europa, uno de los grandes pensadores europeos del s. XIX en toda la proyección del republicanismo y en las formas democráticas de gobernar una sociedad. Esta influencia catalana en el republicanismo federal, impactará en buena parte del republicanismo español.
Esta fase finalizará por desavenencias internas y por el inicio de la 3ª Guerra Carlista.
3. Mediados década 1870 – Inicio década 1880. Restauración Monárquica
La Restauración Monárquica avanza tras la quiebra de la I República y el republicanismo se da cuenta que es plural y nunca volverá a ser uno. Un ejemplo son las visiones de una República Federal por parte de Estanislau Figueras y Pi i Margall aunque tienen enfoques diversos, y las visiones de una República Unitaria que defienden Nicolás Salmerón y Emilio Castelar, a pesar de que también tienen visiones diversas. Además, existe uno popular, uno plebeyo, uno radical, uno moderado en términos conservadores sociales y políticos. El republicanismo Federal arraiga y toma fuerza, pero al mismo tiempo avanza un republicanismo bastante conservador, con más entendimiento con el liberalismo monárquico que con el federalismo republicano, y entre medio hay varios liderazgos y varios proyectos muy variados. Los dos grandes proyectos son liderados por Pi i Margall y Emilio Castelar que son evidentemente diferenciados.
En esta fase los proyectos republicanos aún no son específicamente catalanes. Las publicaciones «La Campana de Gracia» y «L’Esquella de la Torratxa«, están escritas en catalán y cantan el triunfo catalanas, pero usan los mismos argumentos políticos que en otras zonas del estado.
En esta fase, debido a su atomización, apenas se mantienen las demandas del primer periodo.
4. Finales s. XIX – Inicio s. XX. Pérdida de las colonias y liquidación del Imperio
El estado vive una gran crisis debido a la pérdida de las colonias y la liquidación del imperio. Es en ese momento cuando emerge un catalanismo político estructurado como corriente organizada en forma de partido que quiere participar electoralmente, y con una prensa que quiere incidir. Este hecho provocará una alta tensión dentro del republicanismo.
Durante la restauración el republicanismo muestra síntomas de agotamiento en varios sectores que sufrieron la restauración monárquica, así pues, el republicanismo se renueva. Aparecen nuevas voces y nuevos proyectos republicanos, sucede en toda España, también en Cataluña.
Surgen corrientes reformistas y radicales. Alejandro Lerroux será un líder de los radicales, con Barcelona como centro de existencia. Por otra parte, la figura de Vicente Blasco Ibañez que viene del federalismo y que en Valencia constituye un movimiento republicano capaz de conquistar el poder local y competir con los católicos y con los conservadores.
Entre los años 1903-1906 aparece el republicanismo catalanista, se va formando lentamente y surge de elementos de la Liga y de antiguas familias republicanas que deciden apostar ahora sí por un discurso nacionalista republicano. Hasta ese momento el federalismo político era un proyecto de todo el estado, en Cataluña se expresaba en catalán y en el resto del estado en castellano. Pero a partir de ese momento aparece un federalismo de tipo nuevo en Cataluña que reclama que se federen naciones, y una de ellas es Cataluña.
Cuando se funda el Centre Nacionalista Republicà o Solidaritat Catalana, y durante las revueltas populares que tendrán lugar del 26 de julio al 2 de agosto de 1909, es un momento en que el nacionalismo republicano es un republicanismo de clases medias, de sectores profesionales fuertemente intelectualizados (como Jaume Carner y Rovira i Virgili) que querrán modernizar el país; mientras que el radicalismo republicano lerrouxista que reivindica también la tradición federal (pero sin ser nacionalista catalán), retendrá durante mucho tiempo la simpatía del mundo del trabajo que no se expresa a través de la incipiente anarcosindicalismo.
Si nos referimos al Centre Nacionalista Republicà o a la Unió Federalista Nacional Republicana estamos hablando de organizaciones que tienen su sede en Cataluña, y desde ahí piensan la realidad política, se articulan, tienen relaciones con sus correligionarios de todo el estado pero desde aquí, con independencia de criterios y sin pasar por Madrid.
5. Década 1920 – Década 1930. Articulación polo republicano
El republicanismo catalanista traza alianzas con fuerzas de todo el estado a fin de crear una república española mientras formula la nación catalana. En los años 20, en las llamadas acciones republicanas, empezamos a encontrar manifestaciones de republicanismo en las que figura el independentismo catalán, con Francesc Macià al frente.
No existe un único proyecto, pero algunos de ellos serán suficientemente hábiles como para constituir una plataforma política de tipo nuevo para agruparse poco antes de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. No hay un único proyecto republicano.
En Cataluña las dos corrientes políticas que dominarán la escena serán La Liga Regionalista y Esquerra Republicana de Cataluña. La conferencia de izquierdas de 1931 que facilita el surgimiento de ERC es una conferencia en la que están presentes tradiciones políticas y culturales muy diversas y que consiguen articular un único proyecto político a partir de la conquista del poder político. Cuando ERC dispone de la Generalitat y por tanto de un espacio de gestión de la soberanía se crea una dinámica de cohesión a su alrededor.
ERC logra articular de una manera muy eficaz en torno a la noción de pueblo catalán proyectos que piensan el país y generan una esperanza colectiva que los lleva al éxito, y desbordan electoralmente. ERC, con ideología nacionalista y republicana conecta con el movimiento obrero.
Durante la proclamación de la II República Barcelona tendrá una gran importancia. El 14 de abril de 1931 en Cataluña se pedirá el Estado Catalán dentro de una República Federal, también se pide una República Federal sin Estado Catalán. La proclamación de Lluís Companys es marcadamente republicana y catalanista, pasa a ser rectificada en un sentido nacionalista y de construcción de un estado catalán dentro de un marco federal español e Ibérico por Francesc Macià. Aunque tres días después deben rectificar y aceptar la propuesta del nuevo gobierno Republicano del estado.
En esta etapa el republicanismo catalán mayoritario pedirá: (A) Proclamación de la república y superación de las instituciones monárquicas; (B) Una legislación que permita alcanzar mejores condiciones laborales a los asalariados; (C) Construcción de un estado federal con una Cataluña como sujeto político; (D) Acabar con la hegemonía cultural y educativa de la iglesia católica; (E) Modernizar el estado y sus instituciones para hacerlo competitivo; (F) Incorporar derechos ciudadanos con aplicación concreta a la totalidad de la población.
Ya en la dictadura del General Francisco Franco hay un explícito discurso republicano centrado en: (A) liquidar el franquismo y establecer la democracia; (B) tiene presente las reformas de la II República, reforma del ejército, reforma agraria y reforma eclesiástica; (C) vínculo con el republicanismo europeo, singularmente con el francés y con la obra de Robespierre; (D) Lucha contra el nacionalcatolicismo. Este discurso se mantiene hasta la llegada de la democracia en 1978, cuando se inicia una nueva etapa donde la represión franquista está muy presente en el imaginario colectivo.