Redacción •  Catalunya •  16/10/2017

Catalunya: carta de la CUP a Puigdemont para exigirle que proclame ya la República Catalana

La gente es la única estructura sólida que tiene este país a falta de apoyos explícitos a nivel internacional, a falta de un poderoso tejido productivo arraigado y con conciencia de país (a pesar de la honrosa y creciente excepción de la economía social y cooperativa), y a falta, igualmente, de riquezas naturales que nos podrían situar de una manera diferente en la geopolítica internacional. Nuestra fuerza es la gente y sus necesidades, la gente y sus esperanzas.

Catalunya: carta de la CUP a Puigdemont para exigirle que proclame ya la República Catalana
13/10/201
Muy Honorable Presidente
Generalitat de Catalunya
Sr. Carles Puigdemont y Casamajó
 
Desde la CUP-CC os queremos hacer oportunas algunas reflexiones en el entorno del requerimiento del gobierno español sobre la Declaración de Independencia y sobre su suspensión.
 
Decíamos en el Pleno del pasado día 10 de octubre que la CUP-CC no somos un actor principal en la historia de nuestro país y, en cambio, sí que lo es la gente. La gente con mayúsculas, porque nosotros, cuando hablamos de gente, pensamos y nos referimos a los centenares de miles de personas que defendieron sus colegios frente la violencia que desplegó la ocupación militar y policial. A los centenares de personas que fueron golpeadas, heridas, humilladas y atemorizadas por la intervención brutal de la Policía Nacional y la Guardia Civil. La gente es, también, la que fue a votar porque lo tenía previsto. La que votó SÍ y la que votó NO; pero también quien no lo hizo por miedo. La gente es la que se esfuerza en sobrevivir en la cotidianidad de la precariedad y la pobreza.
 
 Hace mucho tiempo que nosotros hablamos del país roto que tenemos, de la necesidad de poner todos los recursos existentes, y de los que se podrían obtener redistribuyendo mejor la riqueza para hacer frente a la emergencia social. Por eso la gente es la que paró el país el pasado día 3 en una Huelga General masiva sin precedentes, una demasiado desbordante que salió a las calles a condenar la regresión alarmante de derechos y libertades.
 
La gente es la única estructura sólida que tiene este país a falta de apoyos explícitos a nivel internacional, a falta de un poderoso tejido productivo arraigado y con conciencia de país (a pesar de la honrosa y creciente excepción de la economía social y cooperativa), y a falta, igualmente, de riquezas naturales que nos podrían situar de una manera diferente en la geopolítica internacional. Nuestra fuerza es la gente y sus necesidades, la gente y sus esperanzas.
 
 Y no podemos esperar apoyos explícitos si no nos mantenemos firmes en el objetivo de autodeterminarnos. Quizás hay quienes ahora se dan cuenta de que la cesión de sectores económicos estratégicos a manos privadas (la tónica durante demasiados años por parte de los que se decían soberanistas y, incluso, de izquierdas) no es la mejor opción para quien se quiere autogobernar. Quizás ahora sabemos que hace demasiado tiempo que se habría tenido que trabajar por una Banca Pública, por un país recosido por la igualdad, y por un sector público fuerte y capaz de soportar las amenazas de un Estado español dispuesto, al parecer, a todo. Cuando hablamos de superar el régimen del 78 hablamos de superar los otros subregimenes del 78: también el régimen bancario del 78 –La Caixa, Banco Sabadell– el mismo que va bancarizar las cajas (verdad, Fainé?) que les hacían sombra.
 
 Por estas razones, entre otros, era, y continúa siendo, tan necesaria la proclamación de la República. Porque es el mandato de los más de dos millones de personas que, a pesar de la ofensiva amenazadora, judicial y represiva del Estado, dijeron SÍ a la independencia. Más de dos millones de personas que ya somos República… Y es también necesaria para demostrar a todas aquellas que no se sienten partidarias o que no se posicionan, que la República abre las puertas a mayores consecuciones de derechos civiles, políticos, econòmicos y culturales.
 
La CUP-CC consideramos que el pasado día 10 de octubre perdimos una oportunidad, pero, sobre todo, y a la vista de la posición inmediata del Estado, no entenderemos que la respuesta al requerimiento del presidente Rajoy no se situe en los términos del mandato popular que usted asumió el pasado martes: el del respecto al ejercicio del derecho a la autodeterminación que se expresó en las sufridas urnas del pasado 1 de Octubre. Solamente sin más trabas a la proclamación de la República, seremos capaces de respetar lo que la mayoría expresó a las urnas. Sólo proclamando la república seremos capaces de situarnos como un actor dispuesto a tutelar los derechos civiles y políticos de la población todavía gravemente amenazados. Sólo con la república posibilitaremos generar esperanzas inexistentes al sí del Estado español de las autonomías, no sólo para las catalanas del Principado, sino para el conjunto de los Paises Catalanes y el resto de pueblos del Estado. Sólo así podremos hacer que la intervención de actores internacionales se haga a partir de que se nos reconozca como sujeto político.
 
 Responder de otro modo al requerimiento del Presidente Rajoy supondría avalar todas y cada una de sus amenazas, su desprecio y su represión, y supondría volver al redós de la legalidad constitucional española con el cual la mayoría social resolvió romper. El Estado, su poder judicial, su poder militar y policial, però, sobre todo, los partidos políticos que, en los últimos días, se han mostrado absolutamente contrarios a permitir el derecho a la autodeterminación, suman una mayoría reforzada al Congreso español y están dispuestos a seguir negándonos derechos y libertades, amparados en una Constitución española deslegitimada y sabiendo que tienen los poderes económicos y la UE a su lado.

 Ciertamente, nosotros no tenemos grandes poderes económicos, ni la UE está dispuesta a admitir que el derecho a la autodeterminación es un derecho fundamental de los pueblos. Pero no es menos cierto que estar immóviles ante sus amenazas, sus negaciones, y su autoridad, no nos permitirá existir como pueblo, no nos permitirá gobernarnos, y tampoco nos permitirá avanzar en la consecución de más derechos y libertades. Sino perderlos. En definitiva, hacer lo que recomienda el poder (también con mayúsculas) no permitirá que la gente sea un actor principal en la historia de este país.
 
 Nosotros creemos que la respuesta al requerimiento del Estado tiene que ser clara: si la mediación internacional nos lleva a tener que soportar el despliegue policial y militar, a llevarnos a tribunales con acusaciones gravísimas, que comporten altas penas de presión y multas impagables; si la mediación toleró que haya más de 900 personas heridas por querer simplemente votar y, a cambio, tan sólo pide al Estado que abra una ponencia em el Congreso para valorar la reforma de la Constitución española, sin ninguna garantía que esta genere nuevos marcos de respeto por los derechos civiles y políticos, también de las minorías; si es así, si la mediación internacional tiene que servir para esto, ya podemos dar por cerrada la esperanza en esta mediación internacional.
 
 Si pretenden seguir aplicando, ahora ya con requisitos formales cumplidos, las previsiones del artículo 155 de la Constitución española, y nos quieren seguir amenazando y amordazando, que lo hagan con la República ya proclamada. Acaso, seguiremos sin apoyos de mercados y estados, seguiremos sin grandes riquezas naturales, y sin unos poderes económicos que nos apoyen, pero lo haremos con la gente y con sus esperanzas y con toda su dignidad.
 
Por la República catalana, la República de la gente!
Cordialmente,
CANDIDATURA DE UNIDAD POPULAR-LLAMAMIENTO CONSTITUYENTE
 

Molt Honorable President
Generalitat de Catalunya
Sr. Carles Puigdemont i Casamajó

Des de la CUP-CC us volem fer avinents algunes reflexions a l’entorn del requeriment del govern espanyol sobre la declaració d’independència i sobre la seva suspensió.

Dèiem en el Ple del passat dia 10 d’octubre que la CUP-CC no som un actor principal en la història del nostre país i, en canvi, sí que ho és la gent. La gent amb majúscules, perquè nosaltres, quan parlem de gent, pensem i ens referim als centenars de milers de persones que van defensar els seus col·legis front la violència que va desplegar l’ocupació militar i policial. Als centenars de persones que van ser colpejades, ferides, humiliades i atemorides per la intervenció brutal de la Policia Nacional i la Guàrdia Civil. La gent és, també, la que va anar a votar perquè ho tenia previst; La que va votar SÍ i la que va votar NO; però també qui no ho va fer per por. La gent és la que malda per sobreviure en la quotidianitat de la precarietat i la pobresa.

Fa molt de temps que nosaltres parlem del país trencat que tenim, de la necessitat de posar-hi tots els recursos existents, i dels que es podrien obtenir redistribuint millor la riquesa per fer front a l’emergència social. Per això la gent és la que va aturar el país el passat dia 3 en una Vaga General massiva sense precedents, una massa desbordant que va sortir als carrers a condemnar la regressió alarmant de drets i llibertats.

La gent és l’única estructura sòlida que té aquest país a falta de suports explícits a nivell internacional, a falta d’un poderós teixit productiu arrelat i amb consciència de país (malgrat l’honrosa i creixent excepció de l’economia social i cooperativa), i a falta, igualment, de riqueses naturals que ens podrien situar d’una manera diferent en la geopolítica internacional. La nostra força és la gent i les seves necessitats, la gent i les seves esperances.

I no podem esperar suports explícits si no ens mantenim fermes en l’objectiu d’autodeterminar-nos. Potser n’hi ha que ara se n’adonen de que la cessió de sectors econòmics estratègics a mans privades (la tònica durant massa anys per part dels que es deien sobiranistes i, fins i tot, d’esquerres) no és la millor opció per qui es vol autogovernar. Potser ara sabem que fa massa temps que hauríem hagut de treballar per una Banca Pública, per un país recosit per la igualtat, i per un sector públic fort i capaç de suportar les amenaces d’un Estat espanyol disposat, pel que sembla, a tot. Quan parlem de superar el règim del 78 parlem de superar els altres subrrègims del 78: també el règim bancari del 78 –La Caixa, Banc Sabadell– el mateix que va bancaritzar les caixes (oi, Fainé?) que els feien ombra.

Per aquestes raons, entre d’altres, era, i continua sent, tan necessària la proclamació de la República. Perquè és el mandat dels més de dos milions de persones que, malgrat l’ofensiva amenaçadora, judicial i repressiva de l’Estat, van dir SÍ a la independència. Més de dos milions de persones que ja som República… I és també necessària per demostrar a totes aquelles que no en son partidàries, o que no s’hi posicionen, que la República obre les portes a majors consecucions de drets civils, polítics, econòmics i culturals.

La CUP-CC considerem que el passat dia 10 d’octubre vam perdre una oportunitat, però, sobretot, i a la vista de la posició immediata de l’Estat, no entendrem que la resposta al requeriment del president Rajoy no se situï en els termes del mandat popular que vostè va assumir el passat dimarts: el del respecte a l’exercici del dret a l’autodeterminació que es va expressar a les sofertes urnes del passat 1 d’Octubre. Només a través de la proclamació de la república serem capaces de respectar el que la majoria va expressar a les urnes. Només proclamant la república serem capaces de situar-nos com un actor disposat a tutelar els drets civils i polítics de la població encara greument amenaçats. Només amb la república possibilitarem generar esperances inexistents al si de l’Estat espanyol de les autonomies, no només per a les catalanes del Principat, sinó per al conjunt dels Països Catalans i la resta de pobles de l’Estat. Només així podrem fer que la intervenció d’actors internacionals es faci a partir de que se’ns reconegui com a subjecte polític.

Respondre d’una altra manera al requeriment del President Rajoy suposaria avalar totes i cadascuna de les seves amenaces, el seu menyspreu i la seva repressió, i suposaria tornar al redós de la legalitat constitucional espanyola amb el qual la majoria social va resoldre trencar. L’Estat, el seu poder judicial, el seu poder militar i policial, però, sobretot, els partits polítics que, en els darrers dies, s’han mostrat absolutament contraris a permetre el dret a l’autodeterminació, sumen una majoria reforçada al Congrés Espanyol i estan disposats a seguir negant-nos drets i llibertats, emparats en una Constitució Espanyola deslegitimada i sabent que tenen els poders econòmics i la UE al seu costat.

Certament, nosaltres no tenim grans poders econòmics, ni la UE està disposada a admetre que el dret a l’autodeterminació és un dret fonamental dels pobles. Però no és menys cert que restar immòbils davant les seves amenaces, les seves negacions, i la seva autoritat, no ens permetrà d’existir com a poble, no ens permetrà de governar-nos, i tampoc no ens permetrà d’avançar en la consecució de més drets i llibertats. Sinó perdre’ls. En definitiva, fer el que recomana el poder (també amb majúscules) no permetrà que la gent sigui un actor principal en la història d’aquest país.

Nosaltres creiem que la resposta al requeriment de l’Estat ha de ser clara: si la mediació internacional ens portés a haver de suportar el desplegament policial i militar, a dur-nos a tribunals amb acusacions gravíssimes, que comportin altes penes de presó i multes impagables; si la mediació tolerés que hi ha hagi més de 900 persones ferides per voler simplement votar i, a canvi, tan sols demana a l’Estat que obri una ponència al Congrés per valorar la reforma de la Constitució espanyola, sense cap garantia que aquesta generi nous marcs de respecte pels drets civils i polítics, també de les minories; si és així, si la mediació internacional ha de servir per això, ja podem donar per tancada l’esperança en aquesta mediació internacional.

Si pretenen seguir aplicant, ara ja amb requisits formals acomplerts, les previsions de l’article 155 de la Constitució espanyola, i ens volen seguir amenaçant i emmordassant, que ho facin amb la República ja proclamada. Per ventura, seguirem sense suports de mercats i estats, seguirem sense grans riqueses naturals, i sense uns poders econòmics que ens donin suport, però ho farem amb la gent i amb les seves esperances i amb tota la seva dignitat.

Per la república catalana, la república de la gent!

Cordialment,
CANDIDATURA D’UNITAT POPULAR-CRIDA CONSTITUENT

 


Carles Puigdemont /  CUP /  República Catalana /