Redacción •  Catalunya •  23/08/2019

Col·legi de Criminòlegs de Catalunya: «no hay ninguna crisis de seguridad en Barcelona»

Se trata de discursos que en el mejor de los casos se basan en análisis incompletos o sesgados de la realidad criminólogica de la ciudad de Barcelona y consideramos necesario advertir sobre el riesgo de instrumentalizar el debate sobre la seguridad para convertirla en un arma arrojadiza.

Col·legi de Criminòlegs de Catalunya: «no hay ninguna crisis de seguridad en Barcelona»
Comunicado

Los medios de comunicación se han hecho eco del aumento de las tasas de delincuencia en la ciudad de Barcelona en los últimos meses y, paralelamente, también se ha detectado un aumento de la preocupación de la opinión pública por la inseguridad, según el barómetro del Ayuntamiento de Barcelona.

Ciertamente, en los últimos dos años, la ciudad ha experimentado un crecimiento notable de los hechos delictivos registrados. Han coincidido en el mismo espacio y tiempo el debate de la seguridad o inseguridad en la ciudad y diversos homicidios que no tienen una misma línea: violencia de género, drogas, peleas en vía pública y alguno por robo. Por tanto, es necesario contextualizar de manera adecuada este crecimiento:

1. El aumento experimentado en la ciudad de Barcelona se enmarca en un crecimiento común, al menos, en el resto del Área Metropolitana de Barcelona. La ciudad ha registrado uno de los aumentos más importantes, pero no se puede decir que sea sólo un problema de Barcelona. Por tanto, la respuesta a este fenómeno, si bien puede requerir acciones específicas y localizadas en determinados puntos clave, que son sobre todo los puntos más turísticos de la ciudad,  tendría que hacerse considerando la totalidad del Área Metropolitana.

2. En segundo lugar, la adopción de enfoques preventivos basados únicamente en la persecución y la disuasión policial es preocupante. Si bien es cierto que el trabajo policial es básico para garantizar a la ciudadanía unos niveles razonables de seguridad, la evidencia científica ha demostrado reiteradamente los efectos adversos que pueden tener políticas de seguridad de Tolerancia Cero o Ventanas Rotas. Algunos de estos efectos incluyen la estigmatización injusta de colectivos específicos, la saturación de los servicios policiales y judiciales o la persecución exagerada de hechos intrascendentes. En este sentido, ha de reconocerse el trabajo policial de prevención y reacción y la necesidad de dotar a los cuerpos policiales de efectivos y medios necesarios para llevar a cabo su labor, pero también ser conscientes que, si bien el trabajo policial es una parte muy importante de la prevención, hacen falta también otras medidas orientadas a abordar las causas profundas de la delincuencia. Las mejores prácticas en la prevención delictiva son aquellas que articulan coherentemente respuestas a diferentes niveles: policial, judicial y social.

De hecho, la Criminología ha estudiado la relación de determinados problemas sociales con el aumento de las tasas de delincuencia. La evidencia científica, ha demostrado que la existencia, y especialmente la contratación de la desigualdad y exclusión social, el aumento de las tasas de pobrez y, en general, el deterioro de las condiciones de vida, pueden afectar al aumento de la delincuencia.

3. En tercer lugar, queremos insistir en la necesidad de tratar los problemas de delincuencia mediante políticas que eviten la estigmatización de los colectivos que se encuentran en situación de vulnerabilidad social. Centrarse en ellos por su origen es una apuesta populista y esta sobrerrepresentación tiene que ver con la capacidad selectiva del sistema de control formal y no tanto con las tasas de comisión de delitos. Consideramos muy preocupantes la proliferación de discursos que criminalizan y responsabilizan del aumento de delitos al colectivo de manteros y al de menores migrantes no acompañados, que nada tienen que ver con esta situación.

En definitiva, se trata de discursos que en el mejor de los casos se basan en análisis incompletos o sesgados de la realidad criminólogica de la ciudad de Barcelona y consideramos necesario advertir sobre el riesgo de instrumentalizar el debate sobre la seguridad para convertirla en un arma arrojadiza.

Por todo esto, como Colegio de Criminólogos de Cataluña, nos sentimos directamente interpelados por las demandas de las asociaciones de vecinos y vecinas de la ciudad y queremos mostrar nuestro apoyo a todas aquellas personas que padecen este incremento de los delitos en la ciudad. Ya sea de manera directa, como víctimas, sus familiares o personas cercanas, o de manera indirecta, padeciendo algunos de los efectos colaterales como el sentimiento de  inseguridad en los barrios y calles de la ciudad. Una vez más nos ponemos a disposición de la sociedad de la que formamos parte, para ayudar a encontrar respuestas a una situación que genera sentimientos de angustia y sufrimiento a muchos de nuestros conciudadano. Siempre desde la colaboración con vecinos, entidades y poderes públicos, en defensa de una sociedad democrática y segura. 

 


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