Movilización ayer en Bilbao: «Pensionistas aurrerá. Adelante pensionistas»

Festivo y reivindicativo, anuncia lo que ya viene: desde el lunes 4-S en todos los pueblos de Euskalherría todos los lunes, y en dos meses otra Marcha pensional en Madrid. Y en medio la continuidad del reclamo jubileta que se alzó contra la congelación y regresión de las medidas de Rajoy, pero que no se fía de las medidas endebles del gobierno Sánchez-Escrivá que ha dado puerta abierta a la privatización de pensiones, o a la “Europa de los derechos” que ha otorgado derecho de saqueo a los fondos buitres del PPE, los “productos” de las pensiones, botín apetecido de los banqueros.

Estamos en Bilbao con Las Pesionistas , las pensiones se defienden Ni un paso atrás. pic.twitter.com/2lLg7sZ7Ng

— Álex Zapico (@ZapicoAlex) August 21, 2023

Muy apreciada y aplaudida la presencia asturiana, que llegó a arropar a las vascas y vascos en el empuje común hacia los 1080 de pensión mínima, con subidas que sean visibles en las de sobrevivencia y viudedad, y en las energías a juntar para quebrar la brecha de género pensionista.

Pero por sobremanera para apoyarse en mutua relación para el esfuerzo continuado, resistente y persistente para que otras personas, hijas y nietos, tengan opción real al derecho a la pensión pública.

Y en la muy reconocida y reconocible (por el alto número de banderas azules astures) dos apoyos de excepción: la de la asociación Ateyavana que trabaja la salud mental en Oviedo, y la de 4 personas (Aura-Jimena, Morgan, Margarita, David) del PAV-DDHH actualmente protegidos en Asturias que han querido aportar su refuerzo a las veteranas y veteranos en rebeldía de Asturias y de las Tierras Vascas.

La Fiesta, a lo grande, continuaba en la ciudad ribereña. Más o menos con similares características a otras del estado: mucha basura generada, mucha mano de obra inmigrante (aunque trabajen a destajo los integrantes de las peñas), mucha cultura y folklor autónomos. Pero seguramente que con mayor grado de reclamos y propuestas políticas : los de la Independencia, las de la solidaridad, los de la equidad, las de fomento de la lengua materna, y por supuesto las de pensiones dignas, gobierne quien gobierne.

Y si al movimiento vasco de pensionistas se le reconoce fortaleza y vanguardia en otros escenarios, también es reconocido que, junto al potente movimiento francés que defiende el sistema público de pensiones, el español en su conjunto le hace pareja en la vieja Europa que vacila y retrocede en materia de derechos ante la arremetida de las extremas derechas y la insaciable avaricia del capitalismo feroz.