Redacción •  Euskal Herria •  24/03/2025

«Exigimos justicia y reparación a las víctimas del tiroteo de marzo de 2024 en Barakaldo»

El pasado 21 de marzo se cumplió un año desde que la policía municipal de Barakaldo tiroteó a tres chicos racializados y migrados, acabando estos con secuelas graves. Este 20 de marzo se realizó una rueda de prensa y una concentración.

«Exigimos justicia y reparación a las víctimas del tiroteo de marzo de 2024 en Barakaldo»

Comunicado

El 21 de marzo de 2024, policías municipales de Barakaldo, en torno a las 8:30 de la mañana, procedieron al desalojo de varias personas, migradas y racializadas, que se cobijaban en un túnel tapiado próximo a las inmediaciones del Garbigune. En la actuación policial, dos personas resultaron heridas de bala, una de ellas, a punto de perder la vida, y que finalmente partes de su cuerpo terminaron mutiladas. Paradójicamente, el día internacional contra el racismo y la xenofobia.

Las víctimas de esta actuación policial desproporcionada y racista eran personas que pernoctaban en la zona por no disponer de vivienda, como muchas otras que actualmente no tienen un lugar para dormir y en donde las instituciones no dan solución ni alternativas.

Dos personas jóvenes fueron disparadas por policías con sus pistolas reglamentarias. Una de ellas, cuya vida cambió drásticamente para siempre por haber recibido tres balazos en zonas vitales: uno en la cabeza, otro en el abdomen, y el tercero en el pecho. Otra persona, con un impacto de bala en el hombro, con consecuencias psicológicas y emocionales traumáticas generadas por la actuación de los policías. Cuatro balas disparadas en cuerpos racializados por sobrevivir durmiendo en la calle.

Nos encontramos ante una actuación policial que podemos calificar como desproporcionada y racista a partes iguales. Resulta socialmente inadmisible, repudiable y fuera de toda lógica que una acción preventiva finalice en disparos. En lo que a racismo se refiere, cabe preguntarse si esta actuación hubiese sido la misma en caso de que las personas implicadas hubieran sido jóvenes blancos. Sabemos que no.

Foto: Amaia Molero Aldea

Mame Mbaye y Mahmoud Bakhum son los nombres de dos manteros que han muerto mientras huían de la policía en Madrid y Sevilla, respectivamente. Monsif es el nombre de un joven de 23 años que falleció tras ser disparado por un agente con su taser y caer desde el muro en el que se encontraba en Peñíscola. Tenía 23 años. Kebyn Brayan se llamaba el joven asesinado a tiros en la puerta de su casa alcanzado por 6 de los 18 disparos que efectuó la policía. Estos son cuatro casos de violencia policial racista en el Estado español, violencia que se ha cobrado vidas y sobre la que hay poca (o nula) investigación, pese a las demandas de familias y asociaciones de derechos humanos y antirracistas. Esto no lo denunciamos sólo los movimientos sociales, sino que también está respaldado por una sentencia firme del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la cual condena a España y a sus cuerpos policiales.

Este uso desproporcionado de la fuerza se llama brutalidad policial racista y es una grave violación de los derechos humanos y un atentado contra las vidas de las personas. Este caso, como muchos más, es literalmente el ejemplo del abuso de poder que la institución ejerce contra las personas migradas y racializadas desde hace años en el Estado español. Los cacheos humillantes, las paradas por perfil étnico, el abuso de poder, los insultos, el uso de la fuerza desproporcionada y ahora armas de fuego ¿quién vigila a la policía?.

Exigimos a las instituciones pertinentes que ejecuten una investigación justa, que remarque el hecho de un intento de asesinato, totalmente racista, por parte de la policía municipal hacia tres jóvenes que pernoctaban en la zona. No es normal que un hecho relatado como un desalojo, tenga como fin a una persona que se debatió entre la vida y la muerte, y por si no fuera poco, partes de su cuerpo han quedado mutiladas. Estas situaciones racistas se repiten en nuestras calles con total impunidad y no podemos quedarnos calladas, necesitamos que estas prácticas se cuestionen e investiguen. Queremos justicia, reparación, y sobre todo, no más racismo policial. Debemos organizarnos para hacer justicia a las víctimas de este tiroteo. Por ello, condenamos este intento de asesinato racista y llamamos a las vecinas y vecinos a vigilar. Porque ¿quién vigila a quién vigila?

Foto: Amaia Molero Aldea

Euskera

2024ko martxoko Barakaldoko tiroketaren biktimentzako justizia eta erreparazioa

El 21 de marzo de 2024, policías municipales de Barakaldo, en torno a las 8:30 de la mañana, procedieron al desalojo de varias personas, migradas y racializadas, que se cobijaban en un túnel tapiado próximo a las inmediaciones del Garbigune. En la actuación policial, dos personas resultaron heridas de bala; una de ellas, a punto de perder la vida, y que, finalmente, partes de su cuerpo terminaron mutiladas. Paradójicamente, el día internacional contra el racismo y la xenofobia.

2024ko martxoaren 21ean, arrazakeriaren eta xenofobiaren aurkako nazioarteko egunean, goizeko 8:30ak inguru, Barakaldoko udaltzainek, Garbigunetik hurbil zegoen tunel hormatuan babesten ziren hainbat pertsona, migratuak eta arrazializatuak, kaleratu zituzten. Poliziaren jarduketan, bi pertsona tiroz zauritu zituzten; horietako bati, bizia galtzeko zorian, azkenean, gorputzeko zati batzuk mutilatu zizkioten.

Las víctimas de esta actuación policial desproporcionada y racista eran personas que pernoctaban en la zona por no disponer de vivienda, como muchas otras que actualmente no tienen un lugar para dormir y a quienes las instituciones no dan solución ni alternativas.

Poliziaren jarduera neurrigabe eta arrazista horren biktimak, inguruan lo egiten zuten pertsona etxegabeak ziren, gaur egun, lo egiteko tokirik ez duten eta erakundeengandik konponbiderik zein alternatibarik jasotzen ez duten beste hainbat bezala.

Dos personas jóvenes fueron disparadas por policías con sus pistolas reglamentarias. Una de ellas, cuya vida cambió drásticamente para siempre por haber recibido tres balazos en zonas vitales: uno en la cabeza, otro en el abdomen, y el tercero en el pecho. Otra persona, con un impacto de bala en el hombro, con consecuencias psicológicas y emocionales traumáticas generadas por la actuación de los policías. Cuatro balas disparadas en cuerpos racializados por sobrevivir durmiendo en la calle.

Poliziek bi gazte tirokatu zituzten haien arauzko pistolekin. Batek hil edo biziko hiru tiro jaso zituen: bata buruan, bestea sabelean, eta hirugarrena bularrean. Beste pertsona batek tiroa jaso zuen sorbaldan, eta polizien jardunak eragindako ondorio psikologiko eta emozional traumatikoak izan ditu. Kalean lotan bizirauten zuten gorputz arrazializatuen kontrako lau bala.

Foto: Amaia Molero Aldea

Nos encontramos ante una actuación policial que podemos calificar como desproporcionada y racista a partes iguales. Resulta socialmente inadmisible, repudiable y fuera de toda lógica que una acción preventiva finalice en disparos. En lo que a racismo se refiere, cabe preguntarse si esta actuación hubiese sido la misma en caso de que las personas implicadas hubieran sido jóvenes blancos. Sabemos que no.

Neurriz kanpokotzat jo dezakegun polizia-jarduera arrazista baten aurrean gaude. Sozialki onartezina, arbuiagarria eta logikaz kanpokoa da ekintza prebentibo bat tiroka
amaitzea. Arrazakeriari dagokionez, galde daiteke ea jardun hori berbera izan ote zen inplikatutako pertsonak gazte zuriak izan balira. Badakigu ezetz.
Mame Mbaye y Mahmoud Bakhum son los nombres de dos manteros que han muerto mientras huían de la policía en Madrid y Sevilla, respectivamente. Monsif es el nombre de un joven de 23 años que falleció tras ser disparado por un agente con su taser y caer desde el muro en el que se encontraba en Peñíscola. 23 años. Kebyn Brayan se llamaba el joven asesinado a tiros en la puerta de su casa alcanzado por 6 de los 18 disparos que efectuó la policía. Estos son cuatro casos de violencia policial racista en el Estado español, violencia que se ha cobrado vidas y sobre la que hay poca (o nula) investigación, pese a las demandas de familias y asociaciones de derechos humanos y antirracistas. Esto no lo denunciamos sólo los movimientos sociales, sino que también está respaldado por una sentencia firme del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la cual condena se a España y a sus cuerpos policiales.
Mame Mbaye eta Mahmoud Bakhum dira, hurrenez hurren, Madrilen eta Sevillan poliziarengandik ihesi zihoazela hil zituzten bi manteroren izenak. Monsif 23 urteko gazte baten izena da, Agente batek bere taserrarekin tiro egin eta Peñiscolan zegoen hormatik erori ondoren hil zena. 23 urte. Kebyn Brayan zuen izena bere etxeko atean poliziak egindako 18 tiroetatik 6 jaso zituen hildako gazteak. Estatu espainiarrean, polizia-indarkeria arrazistaren lau kasu dira hauek. Hildako asko eragin dituen biolentzia da, eta ikerketa gutxi (edo batere ez) dago horren inguruan, nahiz eta familiek eta giza eskubideen aldeko eta arrazakeriaren aurkako elkarteek hala eskatu. Hori ez dugu gizarte-mugimenduek bakarrik salatzen, Europako Giza Eskubideen Auzitegiaren epai irmo batek ere babesten du, eta horretan Espainia eta bere polizia-kidegoak kondenatzen ditu.
Este uso desproporcionado de la fuerza se llama brutalidad policial racista y es una grave violación de los derechos humanos y un atentado contra las vidas de las personas. Este caso, como muchos más, es literalmente el ejemplo del abuso de poder que la institución ejerce contra las personas migradas y racializadas desde hace años en el Estado español. Los cacheos humillantes, las paradas por perfil étnico, el abuso de poder, los insultos, el uso de la fuerza desproporcionada y ahora armas de fuego. ¿Quién vigila a la policía?

Indarra neurriz kanpo erabiltzeari poliziaren basakeria arrazista deritzo, eta giza eskubideen urraketa larria, bai pertsonen bizitzen aurkako atentatua da. Kasu hau, beste asko bezala, Espainiako Estatuan erakundeak aspaldidanik pertsona migratu eta arrazializatuen aurka egiten duen botere-abusuaren adibidea da. Miaketa umiliagarriak, etniagatiko geldialdiak, botere-abusua, irainak, neurriz kanpoko indarraren erabilera eta, orain, suzko armak. Nork zelatatzen du polizia?

Exigimos a las instituciones pertinentes que ejecuten una investigación justa, que remarque el hecho del intento de asesinato, totalmente racista, por parte de la policía municipal hacia tres jóvenes que pernoctaban en la zona. No es normal que un hecho relatado como un desalojo, tenga como fin a una persona que se debatió entre la vida y la muerte, y por si fuera poco, partes de su cuerpo han quedado mutiladas. Estas situaciones racistas se repiten en nuestras calles con total impunidad y no podemos quedarnos calladas, necesitamos que estas prácticas se cuestionen e investiguen. Queremos justicia, reparación, y sobre todo, no más racismo policial. Debemos organizarnos para hacer justicia a las víctimas de este tiroteo. Por ello, condenamos este intento de asesinato racista y llamamos a las vecinas y vecinos a vigilar. Porque ¿quién vigila a quien vigila?
Bidezko ikerketa bat egin dezaten eskatzen diegu erakundeei, udaltzainek gauzatutako kalean lo egiten zuten hiru gazteen hilketa saiakera guztiz arrazista azpimarratzeko. Ez da normala kaleratze gisa kontatutako gertaera batek pertsona bat hil zorian uztea. Eta, hori gutxi balitz, gorputzeko zati batzuk mutilaturik. Egoera arrazista horiek zigorgabetasun osoz errepikatzen dira gure kaleetan, eta ezin gara isilik geratu. Praktika horiek zalantzan jarri eta ikertu behar dira. Justizia nahi dugu, erreparazioa, eta, batez ere, arrazakeria polizial gehiagorik ez. Antolatu egin behar dugu tiroketa honen biktimei justizia egiteko. Horregatik, hilketa arrazista saiakera hau gaitzesten dugu eta bizilagunak elkar zaintzera deitzen ditugu. Izan ere, nor izango da zelatarien zelataria?


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