El alcalde del PP en Cabana de Bergantiños recibe un aluvión de críticas por su gestión cultural del Centro Arqueológico del Dolmen de Dombate
Vecinos y asociaciones de la zona cuestionan la utilidad de la instalación en las actuales circunstancias y califican de "cadena de despropósitos" muchas de las intervenciones efectuadas desde el Ayuntamiento desde el inicio del convenio de colaboración con la Diputación de A Coruña.
Así, consideran que la celebración de conciertos en el área del recinto, si bien tienen todo el sentido posible y son una magnífica opción para el auditorio del pueblo, no concuerdan con los objetivos reales de un centro arqueológico, una polémica que se une a otras sucedidas en el monumento en los últimos años, pues ya en 2016 José Muíño Domínguez fue apercibido por el ente provincial por utilizar el centro arqueológico en un acto partidista con altos cargos del Partido Popular de Galicia del que la Diputación no tenía conocimiento alguno, denuncia de la que se hizo eco el Grupo Provincial de Compostela Aberta.
El controvertido acto de propaganda fue una entrega de premios del concurso de ideas «Autovía Costa da Morte. Camiño de Futuro» presidida por la Conselleira de Infraestructuras Ethel Vázquez, que por un lado desvirtuaba el carácter arqueológico del monumento mientras que por otro desarrollaba un evento con un claro tinte electoralista justo antes del inicio de la campaña de las elecciones gallegas.
Ese mismo verano, apenas un mes antes, la gestión cultural del Dolmen de Dombate por parte del regidor y su asesor de Cultura, José María Varela Martínez -actual gerente de la Fundación Eduardo Pondal- , ya había llegado de la mano del diputado Xabier Ron al Parlamento de Galicia, evidenciando de manera textual en una Proposición No de Ley (PNL) «que los convenios que actualmente teje la diputación provincial con el ayuntamiento no son los más apropiados», en referencia a los desperfectos sufridos por la réplica o neodolmen, un elemento divulgativo incorporado a la instalación del año 2012 con un coste de unos 83.000 euros y que en menos de tres años conoció «un grave deterioro», algo inadmisible para el parlamentario, y que no hubiera sucedido «si se hubiesen hecho de forma apropiada las tareas de supervisión de las visitas y no se hubiese masificado el número de visitantes posibles en cada itinerario de consulta». «Todo apunta a que el Ayuntamiento de Cabana no gestionó bien el centro y de la forma más respetuosa con el patrimonio cultural» -denunció-.
TRES DIPUTADOS PROVINCIALES DEL BNG LE DIERON EL CONTROL DEL DOLMEN DE DOMBATE AL PARTIDO POPULAR
La polémica generada, en cualquier caso, no impidió una actuación muy difícil de justificar por parte de tres diputados del Grupo Provincial del Bloque Nacionalista Galego, Xesús Manuel Soto Vivero, entonces Diputado de Contratación, Patrimonio y Equipamientos, Xosé Regueira Varela, responsable de Turismo y Patrimonio Histórico Artístico (y actual vicepresidente del organismo) y Manuel Muíño Espasandín, primo hermano del alcalde de Cabana y perteneciente a la Junta de Gobierno del ente provincial. De manera incomprensible, pasaron por alto los informes negativos emitidos por el Servicio de Arquitectura y Patrimonio cediéndole de facto el control del Dolmen de Dombate al PP de Cabana de Bergantiños pese a los incumplimientos del convenio firmado el año anterior.
Xesús Soto, en declaraciones a la prensa, anunció en público la no renovación del acuerdo de gestión aduciendo la existencia «de una serie de informes internos de Patrimonio y Arquitectura que no aconsejaban la renovación del convenio tal y como se estaban realizando las actividades» y la existencia de «cosas en las formas, siempre basándonos en los informes técnicos, que se están llevando a cabo, pero que no se estaban haciendo conforme a la necesidad de cuidar el patrimonio» porque «preservar los valores patrimoniales es lo principal, más que juntar 5.000 personas» porque «esto no es un centro comercial ni un estadio de fútbol».
Pese a estas afirmaciones, Soto acabó haciendo justamente lo contrario, cuando varias de las cláusulas firmadas exponían con claridad que las obligaciones del ayuntamiento eran «el control del tránsito tanto en el recinto como en los dos edificios priorizando sobre todo la protección del monumento» y el mantenimiento «en perfectas condiciones de conservación tanto el inmueble como los bienes incluídos en el mismo», lo que no sucedió en ningún caso por los desperfectos aparecidos en la réplica del megalito, algo que en el acuerdo firmado, en el que figuraba expresamente como causa de resolución «el incumplimiento de las clásulas del convenio».
El tiempo ha pasado por el Dolmen de Dombate, pero todos estos años no han cesado las críticas a la gestión cultural desarrollada por el alcalde popular, el mismo que en 2018 promovió desde el Ayuntamiento la instalación de una escalera hormigonada para acceder al Castro de Borneiro.