El Dolmen de Dombate se queda fuera de contexto
La Diputación de A Coruña vuelve a permitir la descontextualización del carácter prehistórico del monumento al financiar al Ayuntamiento de Cabana un ciclo de conciertos que nada tienen que ver con la realidad de un centro arqueológico.
El ciclo «Música na catedral», que pretende celebrar el 250 aniversario de Beethoven, ha sido fuente de numerosas críticas por utilizar un yacimiento que debería ser de referencia en Galicia en vez de emplear el auditorio de Cabana de Bergantiños, que es un recinto preparando específicamente para este tipo de audiciones, instalación que en este caso no llegarán a utilizar el 31 de julio los intépretes Alfonso y Hugo Franco.
Más allá de entrar a valorar la acústica del pabellón que acoge el dolmen, particulares y asociaciones vienen años alertando sobre las consecuencias negativas que la realización de este tipo de eventos puede tener sobre las pinturas neolíticas del megalito, muy sensibles a los cambios ambientales. Esta situación se une a la opinión de los expertos, que han alertado de que el diseño del edificio que alberga el monumento es «ineficiente» y no permite una climatización apropiada de las mismas, dado que hasta el corte estratigráfico del monumento ha sido atacado por la humedad y presenta graves problemas de conservación.
La medida se une a la interminable lista de errores permitidos por el organismo en los últimos años al alcalde del PP en la localidad, José Muíño Domínguez, por el exdiputado provincial del BNG Xesús Soto Vivero y que a todos los efectos aún continúa sin ser subsanada por Xosé Luís Penas, sustituto de éste.
Una situación, además, que viene de lejos y llegó al Parlamento de Galicia en 2016 de la mano del diputado Xabier Ron, que instó a la Xunta a hacerse cargo del monumento y expuso textualmente en sede Parlamentaria las claves de la problemática: «Hay evidencias de que los convenios que actualmente teje la diputación provincial con el ayuntamiento no son los más apropiados» -afirmó entonces-, en referencia a los avatares sufridos por la instalación tras el acuerdo con el consistorio apostando por el control de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural «que debería de encargarse de salvaguardar, proteger, dar a conocer y velar por la integridad del patrimonio cultural» del centro arqueológico.