Redacción •  Memoria Histórica •  01/03/2017

El Tribunal Supremo dictamina: el dictador en el mausoleo, sus víctimas en las cunetas

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica lamenta que el Tribunal Supremo no haya decididdo proteger a las víctimas de la Dictadura Franquista. Los restos del dictador Francisco Franco permanecerán en el Valle de los Caídos, financiado con dinero público.

El Tribunal Supremo dictamina: el dictador en el mausoleo, sus víctimas en las cunetas

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) lamenta que el Tribunal Supremo haya decidido desproteger a las víctimas de la dictadura franquista y no sacar los restos del dictador, Francisco Franco, de un monumento que se sostiene con fondos públicos y se dedica a mantener la memoria de un dictador, calificado de genocida por diferentes organismos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Una vez más, las víctimas de la dictadura franquista siguen desprotegidas por el Estado democrático y discriminadas por los poderes públicos que jamás consentirían la construcción de monumentos dedicados a enaltecer a quienes hayan cometido graves crímenes. “Que el Estado obligue a las víctimas de la dictadura a sostener con sus impuestos la tumbar del  dictador es una forma de maltrato, algo que jamás se consentiría con respecto a víctimas de otros delitos graves como el terrorismo”, afirma Emilio Silva, presidente de la ARMH, y nieto de un desaparecido por la represión franquista.

El Estado, que pone flores frescas cada dos días en la tumba del dictador, no ha tenido ninguna humanidad al tratar a las familias de los miles de hombres cuyos cuerpos fueron sacados en secreto de fosas de toda España y trasladados al Valle de los Caídos para que el dictador Francisco Franco pudiera disfrazar su futuro mausoleo como un lugar de supuesta reconciliación. “Todavía no existe un censo público de las miles de personas que fueron trasladadas allí. Hay muchas familias que desconocen que los restos de uno de sus seres queridos fueron extraídos sin permiso por el ejército franquista y trasladados allí”, afirma Silva. Y añade: “El Valle de los Caídos es una vergüenza para España, para Europa, y se trata de un síntoma más de la fragilidad de la cultura democrática de la democracia española, y de las mentiras que se han contado desde la versión oficial de la transición cuando se dice que los españoles con reconciliamos en 1978. No puede haber reconciliación cuando un Estado democrático enaltece a un dictador y abandona a miles de defensores de la democracia en las cunetas”.

La ARMH lleva años reclamando que los restos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera sean entregados a sus familias y sean exhumados los cuerpos que se encuentran en el Valle de los Caídos en los casos en los que la identificación sea posible. Seguidamente, reclama que el monumento se convierta en un lugar de memoria, que haga justicia a quienes como esclavos fueron obligados a construirlo, y que sirva de elemento pedagógico para fomentar y consolidar la cultura de los derechos humanos.


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