Se cumple el 81 aniversario del bombardeo de la población civil de Jaén por la aviación nazi aliada de Franco
Recientemente se ha vitoreado a la Legión y cuatro ministros han cantado con las venas del cuello enervadas el “Soy el novio de la muerte”, cuando hace 72 años esa misma legión entraba en los pueblos andaluces a sangre, violación y fuego de miles de ciudadanos de nuestra tierra.
El pasado 1 de abril, se cumplió el 81 aniversario del criminal bombardeo de Jaén por parte de la aviación fascista (la Legión Cóndor de la Alemania Nazi), ordenado por el general Queipo de Llano.
Casi ningún medio se ha ocupado del aniversario ni de recordar a las 137 víctimas iniciales y a los más de 2.000 heridos.
El 1 de abril de 1.937 Jaén estaba habitada únicamente por población civil, el frente estaba a 40 kilómetros en varias direcciones y sus habitantes eran ancianos, niños y mujeres en su mayoría.
En medio de un vergonzante silencio de los medios informativos, de una más que vergonzante “Canal Sur”, que ha pasado de puntillas sobre este genocidio, familiares de las víctimas han celebrado hoy en la mayor soledad un púdico “minuto de silencio”.
Cuando hay grandes actos de corporaciones públicas, repudios e hipócritas rechazos del terrorismo, allende nuestras fronteras inclusive, la muerte en bombardeo criminal de centenar y medio de andaluces es ignorada, marginada y relegada al olvido por los herederos políticos de los genocidas.
En la madrugada del pasado viernes la TV pública andaluza dedicada 12 horas a la retransmisión desde la Basílica de la Macarena de Sevilla de un evento que recibió la atención de decenas de miles de personas. Allí, en su altar mayor, con todos los honores, está enterrada la persona que ordenó estas y otras barbaries y no recibió ni la menor mención.
La Virgen Macarena, entre lágrimas, emociones y oraciones, lució un fajín de capitán general que le donó el asesino en serie, y uno de sus varales con el nombre de su donante, el mismo asesino.
Muchas de las llamadas “tradiciones andaluzas” están cimentadas en el crimen y en la sangre de los inocentes. Se ha vitoreado a la Legión y cuatro ministros han cantado con las venas del cuello enervadas el “Soy el novio de la muerte”, cuando hace 72 años esa misma legión entraba en los pueblos andaluces a sangre, violación y fuego de miles de ciudadanos de nuestra tierra.
¡Y a casi nadie le da vergüenza por ello!
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