Se cumplen 42 años del atentado del Vuelo 455 de Cubana que causó 73 muertes en Barbados
Tal día como hoy se conmemora el ataque que cobraría la vida de 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco funcionarios culturales coreanos, acción impulsada desde EE.UU.
Un 6 de octubre pero de 1976, ocurrió en Cuba uno de los episodios más lamentables de su historia reciente, como lo fue el atentado terrorista contra el vuelo CU-455 de la aerolínea Cubana de Aviación, idealizado por el terrorista Luis Posada Carriles y que mató 73 personas, mientras sobrevolaba Barbados.
Se comprobaría con el paso del tiempo que EE.UU. participó en la planificación y ejecución del ataque que cobraría la vida de 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco funcionarios culturales coreanos, para el que sirvió de intermediario Posada Carriles.
Fueron 42 años en los que los familiares de las víctimas clamaron justicia ante la arbitraria acción del Gobierno estadounidense que le brindó protección a este terrorista.
¿Cómo se gestó el atentado?
En el libro “Los años del Terror” (1974-76), del escritor cubano José Luis Méndez Méndez, la investigadora argentina Stella Calloni reveló en el prólogo que en 1975 ocurrieron 65 muertes, triplicando las cifras del año anterior y los daños a las propiedades según el FBI fueron de 24.500.000 dólares.
En el verano de 1976 se reunieron en la región de Bonao, en República Dominicana, los principales cabecillas terroristas en EE.UU., bajo los auspicios de otro antiguo terrorista, Orlando Bosch Ávila y por indicación de la CIA y el FBI fundaron la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) cuyos principales objetivos fueron llevar “la guerra por los caminos del mundo” contra los representantes e intereses cubanos.
A tan sólo nueve minutos de haber despegado el vuelo CU-455, se registró la primera explosión. Eran las 12H23 (hora de Barbados) y tres minutos más tarde fue detonada la segunda bomba, ambas escondidas en el baño trasero.
Horas después del atentado terrorista, las autoridades de Trinidad y Tobago, detuvieron a Freddy Lugo y a Hernán Ricardo Lozano, dos venezolanos que habían abordado el avión en Trinidad y en teoría viajaban a Cuba, pero desembarcaron en Barbados.
Ambos confesaron que actuaron bajo las órdenes de Luis Posada Carriles, participación confirmada con otras pruebas recabadas por las autoridades que llevaban el caso y en el que descubrieron la actuación de Bosch.
Consecuencias
Las autoridades venezolanas solicitaron la adjudicación del proceso judicial, la extradición de los autores materiales y procesar a los implicados, en un largo juicio que duró años y estuvo plagado de grandes irregularidades por la influencia de la CIA, que trató de ocultar su responsabilidad en los hechos.
Posada Carriles después de dos intentos logró escaparse de una cárcel de alta seguridad venezolana el 18 de agosto de 1985, y salió el país con ayuda de la CIA que lo colocó en Centroamérica en operaciones de la Agencia contra el movimiento revolucionario salvadoreño y la Revolución sandinista para iniciar otra etapa de su carrera de asesino profesional que concluyó con su muerte natural en Miami en 2018.
Por su parte, Bosch fue declarado inocente y liberado en 1987 para continuar su carrera terrorista en EE.UU, donde fue acogido como un héroe a pesar de su largo historial delictivo reconocido inclusive por los órganos de justicia de ese país.
Sin embargo, le tocó padecer una larga enfermedad en su vejez, que le causó degeneración física y mental y fallecería el 27 de abril de 2011.
Cuarenta y dos años después del impacto terrorista que conmocionó al pueblo de Cuba y al mundo entero, los familiares de los 73 pasajeros que iban a bordo no se han repuesto de la pérdida y el dolor y para ellos continúa la increíble ausencia de sus seres queridos.