El legado cultural de Salvador Allende
En el 45 aniversario del golpe de estado militar que derrocó su mandato democrático y el sistema constitucional chileno, el autor recuerda el legado de las políticas implantadas por Allende en su apenas tres años de gobierno.
Hablar o escribir acerca del legado cultural de la figura inmortal del presidente Salvador Allende y el gobierno de la Unidad Popular (UP), es hablar de la historia de lucha del movimiento obrero y popular, es hablar además del legado del padre del movimiento obrero, Luis Emilio Recabarren que juega un papel importante difundiendo no solo la prensa obrera de la cual es un gran gestor, también están presente la poesía, el teatro y la música.
Recabarren en sus multifacéticas tareas como organizador y fundador de partidos políticos de origen obrero creador de la prensa popular, orientador de las luchas sindicales, también junto a Teresa Flores, su compañera de vida, es forjador de la naciente literatura del movimiento obrero, gran impulsor de las manifestaciones poéticas y teatrales que se van transformando en las semillas que darán paso a la gestación de un gran movimiento político cultural, que resuena hasta nuestros días, en donde las fuerzas de izquierda y en especial el Partido Comunistas chileno, han jugado un papel protagónico y de gran relevancia en la difusión de los movimientos culturales de origen popular.
Ahora cuando se cumplen 45 años de la implantación de una de las dictaduras más siniestras de América Latina, preparada y financiada por la CIA, el pasquín El Mercurio, los grandes empresarios y los partidos políticos de centro derecha, como el Partido Nacional (RN), la Democracia Cristiana y el grupo terrorista Patria y Libertad (UDI), la figura inmortal del presidente Allende crece y crece inexorablemente.
Ahora si la figura del presidente Allende es cada vez más relevante a nivel nacional e internacional, ella se debe al gran sentido ético de su actuar, a su enorme dimensión humana y política, a su sensibilidad social, a su lucha por la paz, a su internacionalismo revolucionario, a su pensamiento transformador en beneficio de las grandes mayorías del país. Allende fue un gran estadista, un orador ejemplar, un educador social nato, cuya incidencia cultural es indiscutible y cuya mayor expresión fueron los mil días del gobierno de la Unidad Popular. De allí que las transformaciones culturales que ha vivido el país, siempre se han producido al fragor de la lucha social, del movimiento obrero y de las figuras de Recabarren, Allende y otros destacados luchadores sociales.
Por eso cabe destacar, por ejemplo, que siempre los actos de masas más importantes del Partido Comunista, Socialista y de la Unidad Popular, siempre estuvieron jalonados por la presencia de cantautores, grupos de danzas tradicionales, poetas e incluso humoristas. Los actores de militancia comunista fundan el Grupo del Teatro del pueblo, llevando muchas piezas de teatro a los barrios populares de Santiago y del país. Charlas conferencia, cursos diversos, prensa popular (El Siglo, Puro Chile, Última Hora, Ramona, siempre estuvieron y están en los partidos de la izquierda chilena y del movimiento sindical y que se insertan en lo comunicacional y cultural.
Desde 1964 y cuando la Democracia Cristianan, con Frei Montalva a la cabeza, logra ganar las elecciones con el apoyo de la derecha chilena y los billetes de la llamada Alianza para el Progreso (EE.UU), las secciones juveniles de los partidos de la izquierda, gana experiencia en la agitación popular, volcando en los muros de Chile la propaganda en favor de los candidatos del progresismo, es así como al calor de algunos eventos electorales nacen las Brigadas Ramona Parra (BRP), las Brigadas Elmo Catalán, las Brigadas Camilo Torres y otras. De la actividad propagandística de estos grupos juveniles, se van plasmando en los barrios populares los primeros murales con alusiones a la lucha del pueblo chileno por mejores condiciones de vida. Incluso destacados pintores chilenos como Roberto Matta y José Balmes, los que orientan a los jóvenes a mejorar la calidad artística de dichos murales.
También cabe destacar los diversos afiches que acompañaron las jornadas más importantes del gobierno popular como Por ti venceremos con Allende, Cobre chileno, Darle duro a la producción, La felicidad de Chile comienza por los niños, A trabajar, etc.
Los recuerdos, la nostalgia de esos agitados días, pasan por destacar algunos hechos que van conformando estos cambios culturales de gran relevancia para el pueblo chileno y que tiene su origen en lo popular, como fue la carpa instalada en el municipio de la Reina por Violeta Parra, desde donde surgen los primeros sonidos de los que posteriormente el destacado locutor chileno Ricardo García, denominara Nueva Canción Chilena.
Dichos nuevos sonidos y textos de contenidos social y contestatario al sistema imperante, posteriormente se trasladan a la Peña de los Parra, de la cual surgen otros hechos que marcan esta época hasta los días finales del gobierno de la Unidad Popular. Uno de ellos, es el Festival de la Nueva Canción chilena, impulsado y promovido por Ricardo García y que se desarrollo en los años 1969 a 1972, tres fueron los festivales de este tipo realizados y que dieron nacimiento a nuevos cantautores y grupos musicales que incorporaban a su trabajo musical instrumentos musicales de origen altiplánico y también de los pueblos originarios de la geografía chilena.
Está ebullición musical da paso primero a la creación del sello Jota Jota (1967-1968), el que muy pronto se denominará Discoteca del Cantar Popular (DICAP), el que jugara un papel de vital importancia en la difusión y promoción de los discos que emanan de este nuevo movimiento musical, férreamente ligado a la lucha social y al proceso de cambios que vivía el país. Las caratulas de los discos DICAP son de una connotada calidad artística y reflejan el ambiente cultural del momento político y social que se vivía.
Producto de la actividad desarrollada por DICAP, al país llega la primera delegación musical cubana que estuvo compuesta por Carlos Puebla y los Tradicionales, Ela, Calvo, Los Papines y la Orquesta Aragón, con los cuales posteriormente se edita el disco Saludo Cubano. Ya en los albores del gobierno de la Unidad Popular hace su presencia en Chile, los nuevos exponentes del movimiento musical de la Nueva Trova Cubana y que estuvo compuesta por Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Pablo Milanés, graban un disco en los estudios de un conocido promotor musical (Camilo Fernández), un disco que no alcanzo a ver la luz, producto del golpe de estado.
En los años del Gobierno la Unidad Popular, las diversas manifestaciones del arte y la cultura se constituyen un elemento importante en la lucha del movimiento obrero y popular. El gobierno encabezado por Salvador Allende resuelve expropiar la empresa Zig- Zag, nace la editora Quimantú, en mapuche, “sol del saber”, como empresa estatal, la que toma la tarea de llevar la cultura literaria a la mayoría del pueblo chileno y a un muy bajo costo, dicha editora comienza con la publicación de los clásicos de la literatura universal y nacional. Según la prensa de la época Quimantú durante dos años publico más de 12 millones de ejemplares y por primera vez la clase trabajadora tiene acceso a la literatura de forma masiva. Nacen los minilibros (pocket) de Quimantú, la serie Nosotros los chilenos, Quimantú para todos, Figuras de América, Camino Abierto, la colección Cordillera y una infinidad de otras publicaciones.
Ahora de los talleres de la editorial Quimantú, no solo sale una variada y gran cantidad de libros, también desde sus talleres surgen semanarios y revistas como Ahora, Hoy, Revista Onda, Hechos Mundiales, Revista Paloma, Novedades, Revista Cabrochico, La Firme, La Chiva, etc.
También los partidos de la Unidad Popular comienzan a incursionar en el ámbito de lo radial, jugando un papel trascendental de apoyo en el proceso de cambios que vivía el país, de allí que cuentan con Radio Corporación (PS), Radio del Pacifico (PR), Radio Magallanes (PC), Radio Sargento Candelaria (Mapu), Radio Portales (UP), Radio Nacional (Mir). Varios de estos medios tuvieron un alcance nacional, al margen de los que existían en las actuales regiones del país.
El teatro y el cine también se constituyen en herramientas culturales importantes con el Teatro Nuevo Popular, Teatro del Nuevo Extremo, Los mimos de Noisvander, Grupo Teatro Aleph, Teatro de la Universidad de Chile (DETUCH- 1969), Teatro Aleph, la compañía independiente Teatro ICTUS, Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, etc. En el plano cinematográfico surgen nuevos directores y destacan 20 películas realizadas en la época, entre ellas cabe mencionar Palomita Blanca del director Raúl Ruiz y bajo la dirección de Miguel Littin en Chile Film, sobresale su trabajo productivo dirigido a los sindicatos y organizaciones populares además del Noticiero de Chile Film que se muestra en la mayor parte de las salas de cine de la época.
En términos generales bajo el gobierno del presidente Allende y rescatando los mejores valores de la lucha obrera y popular surge el deseo de estudiar, de saber más, jugando un papel creativo en los diversos aspectos del arte y la cultura, en su sentido más amplio.
Ahora en el ámbito político propiamente tal, Allende junto al Partido Comunista chileno, fueron los grandes gestores de la “unidad” de las fuerzas progresistas y de la izquierda del país sudamericano, transformándose en lo que fue la Unidad Popular (UP) y que jugara un papel de primera línea en la transformación cultural de Chile, cuyo legado sigue plenamente vivo y vigente, después de la noche oscura de la dictadura militar.