Sobre el terrorismo de Estado
Por terrorismo de Estado se entiende el empleo por parte de un gobierno de políticas y medios represivos ilegítimos para provocar miedo a la población o para inducirla a que siga determinados planteamientos y comportamientos para conseguir determinados objetivos sociales, económicos, políticos y hasta militares. Todos los gobiernos de regímenes autoritarios, dictatoriales y/o totalitarios procuran aprobar leyes que legitimen esas políticas del terror, de persecuciones de los considerados enemigos a través de muchos medios, como son el secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición. Para ello cuentan con las instituciones y fuerzas oficiales del orden pero también con otras paramilitares o parapoliciales, como los escuadrones de la muerte. También se pueden apoyar secretamente en organizaciones terroristas para cumplir estas políticas del terror. Los ejemplos son innumerables: el fascismo italiano, el nazismo alemán, el Gulag soviético, el régimen de los jemeres rojos, las dictaduras militares del Cono sur americano, el régimen de Sadam Hussein, etc..
El terrorismo de Estado incluye la formación de personal para realizar las prácticas terroristas, como el diseño de planes para desarrollar represiones masivas de población en otros Estados o regiones del mundo. Recordemos, en este sentido, la tristemente famosa Escuela de las Américas que fue creada por los Estados Unidos. Se destinaron muchísimos recursos económicos y humanos para formar a militares de regímenes políticos afines, especialmente de América Latina, para que conocieran las denominadas nociones de “democracia” pero, como bien sabemos, para aprender las técnicas propias del terrorismo de Estado con el fin de reprimir lo que se consideraban grupos y movimientos insurgentes, así como la penetración comunista. El programa formativo era muy completo e incluía muchas áreas: mando, personal, comunicaciones, ingeniería, armas, vehículos, funciones directivas, misiones de comando, operaciones contra la guerrilla urbana, operaciones de apoyo, explosivos, medicina, policía militar, inteligencia, investigación criminal, guerra psicológica, tortura, etc.. La principal democracia del mundo fomentó el terrorismo de Estado en las áreas mundiales que le interesaban en su combate del comunismo y/o sus enemigos en sus distintas variedades.
Para terminar tenemos obligatoriamente que citar el terrorismo de Estado propio del régimen franquista. El empleo del terror a través de una extensa e intensa legislación represiva, y por la puesta en marcha de distintas instituciones y jurisdicciones, que se adaptaron al paso del tiempo – tuvo un éxito considerable. La población española vivió intimidada hasta muy finales de los años sesenta cuando la contestación se disparó en la crisis tardofranquista.