Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  23/07/2016

La desobediencia civil

En esta época de movilizaciones que nos ha tocado vivir ante lo que muchos consideran un desafío a la propia supervivencia de muchos ciudadanos y ciudadanas, conviene conocer las distintas formas en que se han expresado las protestas, a lo largo del tiempo. En este artículo nos acercamos a la desobediencia civil.

La desobediencia civil es una forma de protesta social que consiste en la resistencia pacífica hacia el poder, sus leyes, órdenes y exigencias. Es un desafío público a la autoridad y que acepta la sanción que supone dicha desobediencia. La desobediencia tiene como objetivo protestar, presionar al poder para cambiar una ley, un orden y hasta para transformar los valores del mismo.

No debe confundirse la desobediencia civil con la acción de delinquir, ya que ésta no conlleva una protesta y sí un beneficio egoísta y, además, aquella es abierta, a la luz pública, sin el componente clandestino del delito. La desobediencia civil puede confundirse con la objeción de conciencia porque tienen un origen común, pero la objeción suele estar regulada o permitida, al menos, en los países democráticos, frente a la desobediencia que no tiene ninguna cobertura legal en los ordenamientos constitucionales y jurídicos.

El concepto de desobediencia civil fue ideado por Henry D. Thoreau. En 1848, precisamente un año clave en la historia, publicó su obra Civil Desobediency. En este opúsculo defendía que toda reforma social debe partir de la conciencia moral del individuo, que se rebela contra un orden que le parece injusto.

En la historia contemporánea ha habido importantes movimientos de desobediencia civil de gran calado y que han quedado grabados en la conciencia colectiva de este planeta. Gandhi protagonizó un movimiento de desobediencia civil de gran magnitud porque fue seguido por millones de personas en la India. Fue un movimiento contra el orden impuesto por la metrópoli con huelgas, boicots de consumo de productos británicos, movilizaciones, concentraciones, etc.. Posteriormente, Martin Luther King encabezó otro masivo movimiento de desobediencia civil frente al racismo institucionalizado en el Sur de los Estados Unidos. Ambos defendieron la no violencia, pero ambos fueron víctimas de la violencia. En cierta medida, la indignación que estalló en España en la primavera de 2011 tiene algunos componentes de desobediencia civil.