Fundación del Ejército Rojo (Rusia, 23 de febrero de 1918)
En marzo de 1918, el Ejército Rojo contaba ya en sus filas con 150.000 obreros y campesinos alistados voluntariamente.
El 21 de febrero de 1918, se creó en Petrogrado el Comité de Defensa Revolucionaria encabezado por Y. Sverdlov. Se declaró el estado de guerra en la ciudad. En el decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo ¡la patria socialista está en peligro! (Publicado el 22 de febrero), redactado por V. I. Lenin, se fijaban las medidas que debían garantizar la defensa de la Republica. Respondiendo al llamamiento del partido, decenas de miles de obreros y campesinos pobres se alzaron a la lucha contra los intervencionistas. La ofensiva alemana aceleró el trabajo sistemático que se realizaba en todo el país para organizar el ejército rojo. Por doquier se formaban destacamentos de este. A finales de febrero, sus efectivos contaban ya con 22.300 obreros petrogradenses, más de 20.000 alistados en Moscu 45.000 en la provincia de Kurks y cerca de 2.500 en Smolensk.
El 22 de febrero, por fin los alemanes contestaron al radiograma enviado por el Gobierno soviético. Ahora presentaban condiciones de paz todavía más duras. Alemania no solo pretendía ya quedarse con Polonia, Lituania y parte de Bielorrusia, sino que quería engullirse Estonia y Letonia.. A Rusia se le proponía también evacuar todas sus tropas de Ucrania y de Finlandia y concertar la paz con la Rada ucraniana contrarrevolucionaria. Rusia debía entregar a Turquia: Kars, Ardagan y Batumi, desmovilizar completamente su ejército, concluir con Alemania un tratado económico Lenin y pagar una contribución de 6.000 millones de rublos. Las condiciones presentadas se exigía aceptarlas en el plazo de 48 horas. Se justificó la previsión de V. I. Lenin (violada flagrantemente por Trotski en Brest Litovsk), de que en caso de negarse a aceptar sus exigencias anteriores, los alemanes plantearan condiciones de paz más duras.
Apoderándose de nuevas ciudades y zonas, las tropas alemanas se aproximaban a Petrogrado. El retraso en la contestación al ultimátum alemán amenazaba con hundir la revolucion y llevar al país a la catástrofe. El 23 de febrero se discutió en el CC del POSDR (b) el ultimátum de los alemanes. V. I. Lenin, dijo que los llamamientos a la guerra revolucionaria favorecían a los imperialistas y que concluyendo una paz, incluso tan dura, el Estado soviético obtendría una tregua. La mayoría de los miembros del CC apoyó a Lenin.
El 24 de febrero, después de un j forme de Lenin, el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó una resolución para concertar la paz en las condiciones propuestas por los alemanes. Esta resolución obtuvo 116 votos, contra 85 y 26 abstenciones.
A pesar del telegrama del CEC de los Soviets indicando que se aceptaban las condiciones y anunciando la llegada de una delegación soviética a la frontera para reanudar las negociaciones, los alemanes no pararon la ofensiva. El 24 de febrero cayó Pskov y las tropas alemanas se acercaron a Revel (Tallin ).
Los destacamentos del Ejército Rojo formados a toda prisa iban saliendo para el frente. También muchas unidades del viejo ejército respondieron al llamamiento del Gobierno soviético.
Se entablaron reñidos combates en las cercanías de Pskov, Revel y Narva. En las proximidades de esta última ciudad combatían los obreros de Petrogrado y los destacamentos recién formados del Ejército Rojo y los marineros de la flota del Baltico que con los destacamentos de Guardias Rojos estonios defendían también Revel. En las cercanías de Pskov luchaban encarnizadamente contra los alemanes los destacamentos de la Guardia Roja y las unidades revolucionarias del viejo ejército, de las que formaban parte los tiradores letones.
Aquellas jornadas en que el Ejército Rojo luchó contra las hordas del imperialismo alemán fueron los días de su nacimiento. EN CONMEMORACION DE ESTA LUCHA HEROICA, EL 23 DE FEBRERO SE FESTEJO ANUALMENTE EN EL PAIS SOVIETICO COMO DIA DEL EJERCITO Y DE LA MARINA DE GUERRA SOVIETICOS.
En marzo de 1918, el Ejército Rojo contaba ya en sus filas con 150.000 obreros y campesinos alistados voluntariamente.
La tenaz resistencia de las tropas soviéticas bajo los humos a los círculos gubernamentales alemanes. El 1 de marzo se reanudaron en Brest Litovsk las sesiones de la conferencia y, dos días más tarde, la delegación soviética firmó el tratado de paz con los representantes del bloque austro-aleman. Los comunistas de izquierda y los eseristas de izquierda no quisieron resignarse con la firma de la paz y arreciaron sus ataques contra el Partido a fin de malograr la ratificación del tratado de Brest Litovsk en el próximo Congreso de los Soviets de toda Rusia.
V. I. Lenin, crítico despiadadamente a los «comunistas de izquierda» que exigían declarar la guerra revolucionaria al imperialismo alemán, este salteador internacional armado hasta los dientes. Remarco la necesidad de aplicar una política exterior flexible en la que había que saber maniobrar y replegarse temporalmente ante la presión de fuerzas muy superiores del imperialismo. Lo principal era conservar la Republica Sovietica y las conquistas de la revolucion socialista. CON UNA TREGUA EN LA GUERRA – explicaba Lenin- EL ESTADO SOVIETICO TENDRA POSIBILIDAD DE CONCENTRAR TODAS LAS FUERZAS, EMPLEANDOLAS EN FORTALECER LA CAPACIDAD DEFENSIVA, CREAR EL EJERCITO Y DESPLEGAR LA EDIFICACION SOCIALISTA. SI SABEMOS OBRAR DE ESTE MODO – dijo Lenin- ENTONCES, A PESAR DE LAS DERROTAS, PODEMOS DECIR CON ABSOLUTA SEGURIDAD QUE TRIUNFAREMOS.
Fuente: Academia de Ciencias de la URSS. Instituto de Historia.