La plaza de los Derechos Humanos recupera su denominación fascista en Córdoba: «Plaza de Cañero»
- El nuevo Ayuntamiento surgido del acuerdo de Gobierno PP-Cs-Vox retira la placa colocada en junio y la sustituye por otra con la que recupera su tradicional nombre tras una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Córdoba.
- La sentencia, publicada la semana pasada por el citado juzgado, anula dos acuerdos, uno del Pleno de febrero del 2018 mediante el que se le daba el visto bueno al dictamen de la comisión de la memoria histórica, que aprobó el cambio de nombre en catorce calles que incumplían la Ley de Memoria Histórica Estatal y Ley de Memoria Democrática de Andalucía, y otro, de noviembre de la junta de gobierno local, que daba luz verde a que la plaza de Cañero pasase a llamarse de los Derechos Humanos tras el acuerdo de PSOE, IU y Ganemos.
- El rejoneador y militar, Antonio Cañero se reincorporó al ejército y encabezó la conocida como Columna Cañero de caballistas y garrocheros que sembró el terror en los alrededores de Córdoba y pueblos de la provincia durante el levantamiento militar contra el gobierno elegido por el pueblo en 1936.
La plaza de Cañero dejó de denominarse así el día 4 de junio, cuando los operarios de Movilidad sustituyeron el rótulo que tuvo desde los años ochenta por otro con el que empezaría a conocerse como de los Derechos Humanos. Sin embargo, el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Córdoba estimó la semana pasada el recurso presentado por Aurora Cañero López, sobrina del rejoneador Antonio Cañero, y la Asociación Campera y de Rejoneo Antonio Cañero, que deja sin efecto el acuerdo aprobado por el 13 de febrero del 2018 por el pleno del Ayuntamiento y “el posterior acuerdo de la Junta de Gobierno Local, de denominar a la referida plaza como De los Derechos Humanos”.
Según el fallo, el cambio de no nombre no se adecúa «a las previsiones de la Ley de la Memoria Histórica y Democrática de Andalucía», ni tampoco «el cambio realizado posteriormente por acuerdo al que también alcanza el objeto del presente recurso, actos que han de anularse en el concreto particular que aquí nos ocupa en el presente recurso; debiendo recuperar dicha plaza su anterior nombre de Plaza de Cañero, como así fue bautizada la plaza en 1986 por el mismo Ayuntamiento demandado”. Continúa el fallo, que además obliga al Ayuntamiento a pagar las cosas: “la denominación de la Plaza de Cañero, data del año 1986, ya consolidado el actual régimen democrático en España», siendo entonces alcalde Herminio Trigo, «dicha denominación se instaura no para enaltecer a la ya extinta dictadura franquista, o alguno de sus dirigentes, sino en reconocimiento a la generosidad del Sr. Cañero Baena, que donó a la ciudad unos terrenos para la construcción de viviendas destinadas a las clases más desfavorecidas de la ciudad«. Además, estima que resulta «ciertamente impensable que un Ayuntamiento gobernado por un partido de izquierdas aprobara tal iniciativa popular de tratarse el personaje de una destacada personalidad del régimen anterior”.
El Artículo 32, Capítulo III, de la vigente Ley de Memoria Histórica y Democrática dice textualmente «las administraciones públicas de Andalucía, en el ejercicio de sus competencias y de conformidad con lo establecido en el apartado primero, adoptarán las medidas necesarias para proceder a la retirada o eliminación de los elementos contrarios a la Memoria Democrática de Andalucía, sin perjuicio de las actuaciones que las víctimas, sus familiares o las entidades memorialistas puedan llevar a cabo en defensa de su derecho al honor y la dignidad», y entre otros aspectos, concreta estos elementos en «alusiones a los participantes, instigadores y/o legitimadores de la sublevación militar de 1936 y de la Dictadura franquista«. Independientemente de su actividad como regoneador o de sus donaciones de terrenos, está -sin embargo- demostrado y recogido por fuentes escritas y testimonios orales que Antonio Cañero participó en las matanzas contra civiles en varios pueblos de la provincia de Córdoba encabezando una columna de paramilitares, la llamada «Columna Cañero de caballistas y garrocheros. Dicha columna sembró el terror en los alrededores de Córdoba y pueblos de la provincia durante el levantamiento militar contra el gobierno elegido por el pueblo en 1936. Así lo recge, entre otros, el riguroso historiador Francisco Moreno en su libro «1936, el genocidio franquista en Córdoba» (pags. 190-191) o el testimonio de un testigo de la época, también recogido por Moreno, en la que declara, «Al Algabeño y a Cañero los he visto yo tirotear con fusiles de montería a los presos de la cárcel de Antequera, donde yo estaba de guardia…».
En el hipotético caso de que se retirase una placa denominada «de los Derechos Humanos» para recolocar una a Adolf Hitler en cualquier calle de una ciudad en Alemania, creemos que ningún juzgado alemán tendría la ocurrencia de reponerlas porque no se colocaron por su papel de genocida, sino por su faceta como defensor de la agricultura orgánica, el vegetarianismo y el culto a la naturaleza. Lo mismo para cualquier otro asesino bajo las órdenes del III Reich.
En esos años tras el golpe fascista del 36, la prensa republicana recogió una parodia en verso que lo describe a la perfección: «Llena las calles de Córdoba, con regodeos de los finos; fascistas de a caballo, entre escuadrón de asesinos» […]
El expediente militar de Cañero del Archivo General Militar de Segovia relata con detalle las actividades de la columna de asesinos, cuyo objetivo se describe así: «efectuar la limpieza de la sierra y levantar la moral de la población civil desfilando la columna». Es más, el propio Antonio Cañero reconoció su actividad paramilitar en una entrevista de Agencia recogida por varios medios de comunicación;
«En Córdoba donde me sorprendió el alzamiento. Monté en mi jaca y conmigo vinieron otros jinetes que formamos un escuadrón que corrió a los pueblos para salvarlos de las garras rojas» […]
INFORME COMISIÓN MUNICIPAL DE MEMORIA HISTÓRICA (EXTRACTO RELATIVO A ANTONIO CAÑERO)