Barcelona: de la ciudad de los coches a la ciudad de las personas
- Organizaciones sociales lanzan la campaña BARCELONA’22 para presentar un proyecto transformador de la movilidad insostenible e injusta de la metrópoli de Barcelona.
- El proyecto incluye la aplicación de un peaje urbano, con un plan de choque para potenciar el cambio modal. Una encuesta de opinión en el ámbito metropolitano muestra un 51% de apoyo a la medida.
Varias organizaciones, entre ellas Ecologistas en Acción, se han unido para impulsar una nueva campaña para dar a conocer el proyecto que han elaborado para conseguir una ciudad saludable, con una movilidad sostenible y justa. La propuesta plantea la aplicación de un peaje urbano como evolución de la Zona de Bajas Emisiones Rondas de Barcelona. Se pretende disuadir del uso cotidiano del vehículo privado con un plan de choque para potenciar la movilidad activa y el transporte público.
El proyecto, que ha sido elaborado a largo de un año, contiene medidas de bajo coste y gran impacto para lograr cambios estructurales en un plazo de dos años.
Los principales resultados son:
– Reducción del tráfico y sus emisiones contaminantes. Un 21% de reducción mínimo directamente por la aplicación del peaje, que será superior con el plan de choque.
– Conversión viaria con la eliminación de las autovías urbanas para dar prioridad a los modos más sostenibles y equitativos: carril bus, carril VAO, carril bici y pacificaciones.
– 370 millones de euros anuales en ingresos netos del peaje, que se destinarán a la movilidad activa y el transporte público. Un 10% se destinará al sistema público de salud.
– Potenciación del transporte público. Incremento de la oferta de transporte público, especialmente donde existen menos alternativas, y conexiones con Barcelona más allá del área metropolitana. Carriles bus urbanos y de entrada en las ciudades y mejora de los principales intercambiadores de transporte público de la ciudad. Extensión del sistema tarifario integrado en toda Cataluña y creación de un abono anual de transporte público en el territorio.
– 10% de la cuota de bici en Barcelona y área metropolitana (la cuota actual es un 2%).
– Recuperación del espacio público para las personas, la vida social y la potenciación del comercio de proximidad.
Las organizaciones han recordado que Barcelona es la ciudad europea con más densidad de vehículos y la sexta más contaminada. El vehículo privado representa solo el 25% de los desplazamientos que se hacen a la metrópoli de Barcelona, pero ocupa más del 65% del espacio público. La tasa de ocupación media es de 1,2 personas por vehículo y el 69% de los desplazamientos vienen de ámbitos donde llega el metro (además del tranvía, trenes FGC y cercanías, y autobuses). Por eso, según las organizaciones, el esquema de peaje que presentan, que sería de 4 euros al día, afecta especialmente a quien conduce habitualmente y hace un uso individual y evitable del vehículo. Por lo tanto, se propone que queden exentos los vehículos de alta ocupación.
Las organizaciones recuerdan que desde el 2017 han presentado a las administraciones y grupos políticos la demanda del peaje urbano, principal medida del proyecto, por ser la actuación más efectiva para reducir el tráfico y lograr cambios estructurales con los que hacer frente a los retos urgentes que tiene la metrópoli: la mejora de la calidad del aire, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo energético del transporte, el impulso decidido de la movilidad activa y el transporte público, la reducción de la contaminación acústica y la accidentalidad, y la recuperación del espacio público, mejorando la calidad de vida e impulsando el tejido comercial de los barrios.
Si bien desde las administraciones implicadas responden que lo prevén y que lo están estudiando, las organizaciones afirman que la realidad es que, más allá de las declaraciones, no han presentado ninguna propuesta. Ante esta situación, las organizaciones toman la iniciativa con la elaboración del proyecto con el objetivo de interpelar a las administraciones competentes (Ayuntamiento de Barcelona, Área Metropolitana de Barcelona y Generalitat) y a los grupos políticos para que consideren la implementación del proyecto y no se queden en “falsas soluciones o medidas parciales”. “A pesar de que algunas pueden ser positivas”, puntualizan las organizaciones, “no dan respuesta en la dimensión y urgencia a los retos actuales”.
El peaje urbano es una medida, de inicio, poco popular, como fue la Ley del Tabaco o el carnet por puntos, pero que gana apoyo social al ejecutarse cuando se aprecian los beneficios para el conjunto de la ciudadanía, algo que ha ido sucediendo en las 19 ciudades de los ocho países europeos donde se ha aplicado, donde se partía de un apoyo previo entre el 9% y el 38% de la población. Para conocer el estado de opinión actual en Barcelona las organizaciones han encargado una encuesta al Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) en el ámbito metropolitano. Los resultados muestran una posición de partida favorable al peaje urbano en la ciudad, con un 51% de las personas encuestadas a favor.