Los parques eólicos de última generación suponen una seria amenaza para la conservación de la biodiversidad
Los especialistas advierten de que los aerogeneradores de grandes dimensiones de 2 a 6 MW que se están instalando en la instalación de nuevos parques eólicos y repotenciaciones en los últimos años están generando un impacto negativo sobre aves y murciélagos desconocido hasta la fecha.
Los datos del Gobierno de Navarra facilitados a organizaciones como Ecologistas en Acción señalan a modo de ejemplo que tan sólo en el parque eólico Cavar, una instalación de 32 aerogeneradores de potencia superior a los 3 MW, se han producido 89 colisiones de rapaces en sus 10 primeros meses de funcionamiento provocando la muerte de 80 buitres leonados. Por otra parte, en los parques eólicos La Nava y Los Cierzos, situados en la provincia de Zaragoza, con 10 aerogeneradores de 3 MW, las asociaciones Ansar y Amigos de la Tierra han detectado en 2020 una siniestralidad registrada de 110 aves y 297 murciélagos.
Esta situación no afecta sólo a territorios como Navarra o Aragón, pues la Sociedade Galega de Historia Natural, entidad sin ánimo de lucro que trabaja con criterios científicos, ha estimado que los parques eólicos gallegos, en su conjunto, acaban anualmente con la vida de dos millones de aves y murciélagos, debido a una planificación del sector eólico por parte del actual Gobierno de la Xunta de Galicia en la que únicamente se han primado los intereses empresariales «obviando o minusvalorando los criterios ambientales»
En su conjunto, según las organizaciones ambientalistas, las tasas de colisión registradas en los aerogeneradores de nueva generación pueden alcanzar niveles extraordinariamente altos con la problemática añadida de que los datos de mortalidad, multiplicados por el gran número de centrales eólicas previstas por todo el territorio peninsular, supone un riesgo real para las poblaciones locales de aves y quirópteros, lo que supondrá un impacto global sobre los índices de biodiversidad.
LA EÓLICA MARINA, UN PROBLEMA AÑADIDO
Pero las entidades de defensa ambiental alertan también de los graves impactos que pueden suponer los parques eólicos marinos. La Asociación Salvemos Cabana, por ejemplo, ha alertado del problema que supondría la instalación en el norte de la costa gallega de los parques eólicos San Brandán y San Cibrao, en los que Iberdrola pretende implantar 70 aerogeneradores de 253 metros de altura total en un área marina de 235 kilómetros cuadrados en las inmediaciones de la Zona de Especial Protección para las AVES (ZEPA) del Espacio Marino de Punta Candelaria-Ría de Ortigueira-Estaca de Bares, clave en la migración postnupcial de numerosas especies y atravesado cada año por más de un millón de aves, lo que lo convierte en uno de los corredores migratorios de referencia a nivel europeo y mundial.
Hasta la propia Iberdrola reconoce en la documentación inicial sometida a consultas que «los aerogeneradores provocan un impacto directo sobre la avifauna dado que pueden incremendar su mortandad por impacto con los mismos» y que «la presencia de aerogeneradores en una zona que discurre próxima a uno de los corredores migratorios más importantes de Europa tendrá un impacto importante sobre la avifauna».
Por todos estos motivos la asociación ha instado a los responsables del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y a su máxima autoridad, la ministra Teresa Ribera, «a establecer una línea roja» y denegar la autorización ambiental de ambos proyectos «ante los numerosos impactos negativos que acarrean para la biodiversidad en un momento además en el que la diversidad biológica se encuentra seriamente amenazada a nivel planetario» defendiendo que «renovables sí, pero no de cualquier manera ni en cualquier lugar».
En términos generales, todas las entidades conservacionistas reclaman una acción urgente de las Administraciones ante el aluvión eólico que se está produciendo en la denominada «transición energética», por lo que piden la creación de un grupo de trabajo específico que se encargue de abordar esta problemática reclamando datos reales de colisión y muerte en los parques eólicos a las comunidades autónomas y a las compañías, al tiempo que se valora la utilización de tecnologías para evitar la siniestralidad de la avifauna, cambios significativos en el diseño de los aerogeneradores, así como un reemplazamiento de los proyectos en lugares de bajo impacto para la biodiversidad.