Iguiñaro eleva sus alas en libertad sobre los páramos andinos de Ecuador
Iguiñaro, un ejemplar de cóndor de más de 35 años, ha sido puesto en libertad en la Reserva Chakana. Chakana es un santuario de cóndores en Ecuador y fue creada en 2012 para proteger dormideros y sitios de anidación para los cóndores. Posee el 16 por ciento de todas las áreas de uso del cóndor andino registradas dentro del Distrito Metropolitano de Quito, y es uno de los sitios con mayor concentración de la especie a nivel nacional.
Iguiñaro, un cóndor de entre 35 y 45 años, elevó sus alas en libertad, en medio de las laderas occidentales del Volcán Antisana, a unos 3.500 metros sobre el nivel del mar y a 48 km al sureste de la capital ecuatoriana.
En medio de un impresionante paisaje de diversos tonos de verde del páramo andino, el 30 de mayo Iguiñaro salió de un kennel (canil o jaula) en el que fue transportado desde un zoológico de Quito.
Primero miró cuidadosamente a su entorno, luego alistó sus imponentes alas de color negro con blanco, caminó con elegancia hasta el filo de la ladera, se subió a una pequeña roca, volvió a mirar a su alrededor y finalmente, tras un minuto con diez segundos de reconocer el terreno, alzó vuelo en medio del frío del páramo de la Reserva Chakana, y de los aplausos e incluso algunas lágrimas de más de una docena de personas que ayudaron en el proceso de liberación.
Rescate y ayuda
El cóndor había sido herido por un perdigón en una pequeña comunidad de la parroquia de El Quinche, al este de Quito. Unos jóvenes de esa población lo encontraron en el suelo y, al ver que no volaba, llamaron al zoológico de Guayllabamba, ubicado a unos 25 kilómetros de Quito, en donde recibió atención del equipo de veterinarios del zoológico.
El ave fue tratada con terapia de fluidos, oxígeno y manejo del dolor. La evaluación veterinaria del caso fue realizada por dos miembros del equipo veterinario del Zoológico de Quito: David Mora y Alejandra Recalde. El equipo posteriormente fue reforzado por especialistas externos, entre ellos especialistas en radiología, tomografía y oftalmología.
«Se le realizaron todos los exámenes necesarios para establecer su estado de salud, entre ellos radiografías y una tomografía donde se verificó la presencia y la ubicación de un perdigón en la quilla (pecho)», dice a esta agencia la veterinaria Anahi Hidalgo, de la Fundación Cóndor Andino.
La herida del perdigón (a nivel del pectoral izquierdo) demuestra que a Iguiñaro lo quisieron cazar, pese a que el sitio donde se lo encontró se ubica dentro del área de protección de humedales del cerro Las Puntas, un volcán que queda en pleno páramo andino y que es parte del Parque Nacional Cayambe-Coca, un ecosistema vasto y protegido.
Caza prohibida
En Ecuador, la cacería del cóndor está penada por la Ley Forestal, y la caza dentro de áreas protegidas se sanciona en el Código Penal. El desarrollo de pliegues en su cresta y carúnculas da las pistas de la edad de Iguiñaro: edad adulta avanzada, dice Hidalgo. Si bien no hay certeza de la edad que viven los cóndores, se estima que puede ser hasta 80 años, aunque nunca se ha monitoreado a un ejemplar desde su nacimiento hasta su muerte.
La reserva Chakana, en donde el cóndor fue liberado, pertenece a la Fundación Jocotoco. Chakana es un santuario de cóndores en Ecuador y fue creada en 2012 para proteger dormideros y sitios de anidación para los cóndores. Posee el 16 por ciento de todas las áreas de uso del cóndor andino registradas dentro del Distrito Metropolitano de Quito, y es uno de los sitios con mayor concentración de la especie a nivel nacional.
La Fundación Cóndor Andino y The Peregrine Fund, con el apoyo del Municipio de Quito instalaron un rastreador satelital en el cuerpo de Iguiñaro, con lo que monitorearán su desplazamiento y ubicación. El Proyecto de Investigación y Monitoreo Ecológico del Cóndor Andino en Ecuador (PICE) rastrea también a otros 15 cóndores.
Emblemática y asediada
Los cóndores son aves de la Cordillera de los Andes; miden poco más de un metro de longitud y sus alas alcanzan unos 3,5 metros. Su gran plumaje de color negro azulado y su collar blanco son inconfundibles en medio de las montañas de los páramos. Son considerados un signo de espiritualidad y poder en muchas culturas andinas.
Están presentes en los escudos de armas de Ecuador, Colombia, Chile y Bolivia. En Ecuador su población va disminuyendo cada año.
Hace 8 años el cuerpo de un cóndor con 6 impactos de arma de fuego fue encontrado en la hacienda Zuleta, muy cerca del volcán Cayambe; en 2013, en la provincia de Azuay, al sur de Ecuador, circuló en redes sociales una fotografía en la que un grupo de campesinos sostenían el cadáver de un cóndor; en 2014 fue asesinado con un disparo, en los páramos de la provincia amazónica de Napo, Felipe, un cóndor que había sido rescatado y curado un año antes en el Hospital Veterinario de la Universidad San Francisco de Quito.
Se estima que muchos cóndores son asesinados, pero no se sabe de sus muertes por la lejanía de los sitios en donde son abandonados sus cadáveres.
Según el último censo de 2018 del Ministerio de Ambiente, en ese año en Ecuador había apenas unos 150 cóndores, pero en 2019 se perdió entre un 10 y 15 por ciento de esa población.
La mayor amenaza del cóndor es el ser humano, el conflicto humano-animal. Hidalgo comenta que una de las mayores causas de muerte de cóndores en 2019 fue el envenenamiento, aunque no todos los intentos de envenenamiento se dirigían a esta ave sino a los perros ferales (salvajes) o perros callejizados (que tienen dueños pero que los dejan vagabundear todo el día libremente.
Esos perros han causado daños económicos considerables a dueños de ganado, ovejas, llamas, por lo que quienes intentan acabar con los perros ponen veneno en carcasas animales, pero hasta las carcasas envenenadas no solo llegan perros, también lo hacen diversas especies de fauna silvestre: zorros de páramo, buitres de cabeza negra, cóndores, pumas y muchas más.
Este tipo de envenenamiento no es exclusivo de Ecuador sino de toda la región andina. En Ecuador hay cóndores en toda la región andina, pero alrededor del 53 por ciento de la población está dentro del Distrito Metropolitano de Quito. Quito alberga también a 9 de los 16 nidos registrados hasta la fecha en todo el territorio nacional.
Desde el 30 de mayo, Iguiñaro vuela en libertad por los cielos de los páramos andinos de Ecuador, pero nada garantiza que no sea nuevamente agredido, atacado con perdigones o balas, o que coma el veneno destinado a los perros ferales. Mientras tanto, su vuelo en Ecuador es sentido como un símbolo de libertad, en medio de las restricciones impuestas por la pandemia del covid-19.