La división del trabajo por sexos ya existía de manera parcial en la Europa neolítica de hace 7.000 años
El análisis de más de 600 tumbas en seis grandes necrópolis continentales muestra que había diferencias significativas en los útiles líticos empleados.
Entre mujeres y hombres de la Europa de hace 7.000 años ya existía una división del trabajo por sexos -al menos de forma parcial-. Esto es lo que revela el análisis de las herramientas de piedra halladas en necrópolis neolíticas centroeuropeas de la República Checa, Eslovaquia, Alemania, Francia y Austria. El trabajo, publicado en la revista científica PLOS ONE, ha sido coordinado desde la Institución Milá i Fontanals (IMF) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y buscaba averiguar cuáles fueron las actividades realizadas por uno y otro sexo a inicio de la revolución neolitica europea, un período vinculado a la aparición y desarrollo de la agricultura y la ganadería como actividades humanas. En el estudio también han participado el Centro Nacional Francés para la Investigación Científica (CNRS), la Universidad francesa de Estrasburgo y la Universidad inglesa de York.
El equipo de investigación analizó 621 tumbas bien conservadas, 151 femeninas, 137 masculinas, 36 probablemente femeninas y 107 que no fue posible identificar, examinando cerca de 300 objetos de piedra como azuelas, proyectiles, láminas de sílex o útiles macrolíticos.
El trabajo muestra que los hombres eran enterrados con azuelas, que a menudo habían sido usadas en actividades como el descuartizado de animales, la tala de árboles, las tareas de carpintería o incluso la guerra. Además, los hombres también eran enterrados con puntas de flecha, vinculadas a la caza o a contiendas bélicas.
A diferencia de los hombres, las mujeres raramente eran enterradas con herramientas, y las pocas veces que eso ocurría solían ser instrumentos relacionados con el procesado de pieles o fibras de carácter orgánico. La distribución diferencial de herramientas, así como el desgaste óseo provocado por movimientos repetitivos y forzados de las extremidades relacionadas con las distintas tareas pone de manifiesto que estas comunidades consideraban algunas actividades como un factor claramente ligado al género, dando, a juicio del equipo de investigación «una poderosa visión de las identidades sociales prehistóricas».
Fuente: www.dolmendedombate.com