Jornada científica en Roses (Girona): expertos alertan sobre el impacto negativo de la eólica marina en la Costa Brava y piden no implementar este tipo de proyectos energéticos en áreas de gran valor para la biodiversidad
El 24 de septiembre la localidad catalana fue escenario de una actividad organizada por la Cátedra «Océanos y Salud Humana» de la Universitat de Girona, en la que un grupo de especialistas del ámbito académico e investigador presentaron nuevos resultados sobre el potencial impacto ecológico y social de los megaproyectos de parques eólicos offshore.
En horario matinal se realizó una salida en barco por las aguas del Parc Natural del Cap de Creus, en el que se recogieron tanto opiniones como valoraciones de más de 50 agentes clave en la zona afectada por proyectos de eólica marina como el Parc Tramuntana.
Por la tarde en el teatro de Roses se hizo la presentación pública de los datos del proyecto BIOPAIS de la mano de algunos miembros del equipo científico de la Universidad de Girona (UdG), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), la Universidad de Barcelona (UB), la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.
La primera intervención fue a cargo del Dr. Llosep Lloret, biólogo marino adscrito a la UdG y coordinador del proyecto, que trató sobre la gran interacción existente entre los proyectos de eólica marina y las áreas protegidas en el Mediterráneo occidental, así como la importancia de conservar especies sensibles a los parques eólicos offshore como las aves, los mamíferos marinos, los tiburones y otras especies.
La segunda conferencia, a cargo del biólogo marino Paul Wawrzynkowski del Instituto de Ecología Acuática de la Universitat de Girona, se centró en los impactos potenciales de los parques eólicos marinos, en especial los de tecnología flotante, sobre las especies vulnerables o protegidas por las directrices europeas, los convenios internacionales y la legislación local en el marco de un creciente proceso de industrialización del ámbito marítimo.
La última conferencia a cargo de la geógrafa Laura A. Garcia, del Departamento de Geografía de la UdG, que explicó la metodología para identificar a los agentes territoriales afectados por la eólica marina y las partes implicadas en su implementación y regulación, pues el proyecto BIOPAIS también analiza los posibles impactos de las macroinstalaciones eólicas marinas no solo sobre la biodiversidad, sino también poniendo el acento en el impacto socioeconómico y paisajístico fomentando una interlocución directa con el tejido social con el objetivo de maximizar los beneficios para el entorno y las comunidades afectadas.
CONCLUSIONES DEL ENCUENTRO
Para los investigadores resulta imprescindible aplicar el Principio de Precaución hasta que no se disponga de una evaluación científica suficiente sobre el impacto de la eólica marina flotante, razón por la que recomiendan, como primera opción, no implementar este tipo de proyectos ni sus pruebas piloto en áreas de gran valor para la biodiversidad, excluyendo la eólica marina del entorno de la Red Natura 2000, las áreas protegidas y sus zonas de amortiguación.
Por otra parte, los expertos destacan la importancia de «asegurar la conectividad entre áreas marinas protegidas», asegurándose en este tipo de proyectos «que no haya impactos sobre especies sensibles y hábitats frágiles», en especial los que están amparados por las directivas europeas de Aves y Hábitats, también en los niveles profundos de la plataforma continental.
Asegurarse de que no haya impactos sobre la funcionalidad de las áreas marinas protegidas, incluyendo los cotos de pesca, es otra de sus directrices, al tiempo que recomiendan analizar el balance riesgo-beneficio que conlleva la eólica marina antes de tomar decisiones pues es necesario considerar las áreas marinas protegidas «como soluciones basadas en la naturaleza» que son claves para mitigar los efectos del cambio climático siempre teniendo en cuenta que, como norma general «es algo científicamente injustificado» el considerar que los parques eólicos marinos puedan ser una herramienta para la conservación de la biodiversidad. Por eso la clave está, para los investigadores, en buscar zonas alternativas para la eólica marina «lejos de las áreas marinas protegidas» siempre analizando con rigor la dimensión de las mismas.