Equo Verdes Almería aboga por el principio de precaución ante la implantación de la tecnología del 5G
Los Verdes Europeos almerienses plantean la necesidad de una moratoria, y articular un amplio debate político y social, para adoptar decisiones guiadas por el conocimiento científico-médico, y no sólo por los intereses económicos.
Desde el Partido Verde se apoya las reivindicaciones de la Plataforma Stop 5G Almería, por considerar necesaria una moratoria ante esta tecnología que ha pasado a su implantación sin el oportuno debate político y social, en linea con la profunda controversia científico-médica que hay al respecto, a objeto de proteger la salud y seguridad de las personas y del Planeta.
El 5G nace a caballo entre la 4ª y 5ª Revolución Industrial (que ya se atisba en el horizonte). Supone la automatización y robotización de todas las cosas posibles, presentándose como crecimiento verde e inteligente. Pero, lejos de suponer ningún avance en la Transición Ecológica que necesitamos, se trata de la digitalización del capitalismo. Un salto en la forma de producir y de dotar servicios reduciendo costes (mano de obra) para seguir obteniendo rendimientos que ya no son posibles a través de las plusvalías´de una economía real cada vez más colapsada por los límites físicos del Planeta, que impiden las tasas de rendimientos crecientes de décadas anteriores.
El 5G necesita más velocidad y capacidad de red. Sus efectos se están traduciendo tanto en el aumento de la capacidad de concentración de poder de las corporaciones como en la aparición de nuevos trabajos y la perspectiva de la desaparición de otros; tal y como lleva ocurriendo desde el S. XIX hasta nuestros días, tras la Primera, Segunda y Tercera Revolución Industrial, estimándose que, en el próximo cuarto de siglo, el 35% de los trabajos actuales serán asumidos por robots y ordenadores.
Sin embargo, las bonanzas y beneficios del 5G trasladados desde los foros económicos y tecnológicos son constantes, pero, a su vez, contradictorios con la movilización científica y social que está teniendo lugar frente a esta tecnología por sus efectos perjudiciales sobre la salud humana, la flora y la fauna. De hecho, la comunidad médica y científica, y organizaciones medioambientales de más de 200 países, firmaron un llamamiento pidiendo paralizar su despliegue por considerar que, junto a las actuales redes 2G, 3G, 4G y wifi, supone un incremento preocupante de exposición a la radiación de radiofrecuencias de las telecomunicaciones.
De hecho, el reconocimiento de que estas radiaciones son perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente, fue el punto de partida para establecer los actuales límites internacionales de seguridad. Por lo que se justifica que las emitidas por el 5G están por debajo de las mismas, puesto que la capacidad de la radiación para penetrar en nuestro cuerpo es menor que el de otras tecnologías ya existentes. Pero se omite que sólo se tienen en cuenta sus efectos térmicos, inmediatos y a corto plazo, e ignoran todos los efectos no térmicos ya demostrados, tales como la realidad bioeléctrica del cuerpo humano y su capacidad de interacción con campos externos. No en vano, la Agencia Internacional para la investigación de Cáncer (dependiente de la Organización Mundial de la Salud, OMS) anunció la inclusión de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia y los que emiten los teléfonos móviles, en el grupo 2B, como posiblemente cancerígenos para los humanos. Asimismo, quedaron demostrados ciertos síntomas asociados a la contaminación eléctrica y electromagnética de baja frecuencia como son: trastornos nerviosos, agotamiento, irritabilidad, insomnio, depresiones, cambios de temperatura corporal, alteración de electrolitos en la sangre, dolores musculares y articulaciones, estrés, etc. con efectos reproductivos, metabólicos y neurológicos.
Por ello, desde Equo Verdes se entiende complemente justificado, en aplicación del principio de precaución reconocido por la Unión Europea, pedir una moratoria, exigiendo la necesidad de conocer los efectos del despliegue de la infraestructura (antenas, los haces y terminales) y sumadas no sólo a los efectos de las redes 2G, 3G, 4G y wifi, sino también en sinergia con otros factores como son: la contaminación del aire, agua y suelo, la acústica, los efectos de la alimentación industrial, etc. que bajan nuestras defensas y debilitan nuestro sistema inmunológico.
En palabras del coportavoz, Manuel Pérez Sóla, es necesario tener en cuenta el impacto de la extensión del internet y las TIC en el contexto de un Planeta en el que se están alcanzando todos los picos: extracción de combustibles fósiles, reducción de recursos minerales, calentamiento global, extinción masiva de especies, superpoblación, etc. suponiendo un aumento exponencial del consumo de energía y materiales críticos, así como de emisiones y destrucción ecológica.
Para la formación ecologista el desarrollo tecnológico no debe imponerse ni justificarse únicamente en base a los beneficios económicos, sino que es fundamental que esté guiado por el conocimiento científico y el oportuno debate social y político por encima de las imposiciones de las grandes corporaciones.
Por tanto, es clave responder a las preguntas para qué, y en qué condiciones debe darse el progreso. El desarrollo económico debe caracterizarse por beneficios sociales, medio ambientales y el respeto a los derechos humanos. De manera, que, la tecnología sirva para mejorar la vida y el medio ambiente. Lo cual nos lleva a reflexionar si lo que necesitamos en estos momentos es un desarrollo del capitalismo para que las élites puedan alcanzar beneficios que ya no los consigue con las plusvalías de la economía real, o justamente lo contrario; es decir, decrecer con criterios de justicia social, económica y ecológica para hacer frente a los grandes retos que tenemos por delante con una vida más vivible y resiliente.