La instalación de un circo con animales genera polémica en la Costa da Morte
La localidad de Carballo acoge del 2 al 4 de septiembre la actuación del Circo Gottani, en cuyas funciones actúan un total de 32 animales. El alcalde de la localidad, Evencio Ferrero (BNG), responsabiliza a la Xunta de Galicia por no prohibir por ley este tipo de espectáculos e impulsa una moción para que no se autoricen este tipo de actividades a la que se han sumado a nivel local tanto los representantes del PSdeG como del PP.
En declaración a medios locales, la edil socialista Mª Carmen Vila se mostró favorable a la medida al entender que aunque este tipo de espectáculos puede ser atractivo para la infancia, los circos con animales «rayan el maltrato» pues muchos ejemplares «habitan en espacios reducidos» y «lejos de sus hábitats», por lo que «si estamos hablando de la supervivencia de las especies y el respeto por la naturaleza, este tipo de actividades deberían quedar prohibidas, o al menos limitadas«.
En la misma línea se ha mostrado la asociación animalista Libera, que esta semana ha anunciado la recogida de más de 27.000 firmas online contra este tipo de eventos y que ya son 49 los ayuntamientos gallegos de todo signo político los que han apoyado las peticiones del colectivo para impedir la instalación de circos con animales con el objetivo de erradicar un modelo de espectáculo que somete a los seres vivos a condiciones «degradantes» y «antinaturales».
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN MANTIENE UNA CAMPAÑA EN DEFENSA DEL ESPECTÁCULO CIRCENSE HECHO POR Y PARA PERSONAS
Por su parte, Ecologistas en Acción lanzó en diciembre del pasado año una campaña a nivel estatal y numerosas acciones de sensibilización en defensa de un mundo del circo en el que el maltrato animal no tenga cabida, afirmando que el público asistente, en concreto el infantil, atraído por la posibilidad de poder observar en vivo a diversas especies, desconoce en buena medida el tipo de maltrato que existe detrás de este tipo de actividades, por lo que es el adulto «el que ha de ser consciente del sufrimiento que estos espectáculos implican» y que las administraciones públicas deben velar por su erradicación, pues hay importantes indicadores que avalan el cambio demandado por una sociedad «que desea seguir avanzando hacia el respecto y la confivencia desenterrando las prácticas de maltrato animal».