24 investigadores piden la preservación de la fuente de la estrella de ocho puntas en Nerva
Un catedrático de la Universidad de Alicante, profesores de las universidades de Granada, Cádiz, Sevilla, Málaga, Córdoba, Almería, Autónoma de Madrid y Lille, junto a otros historiadores, arqueólogos, filólogos, antropólogos o investigadores del patrimonio, han hecho un llamamiento para preservar la fuente de la estrella de ocho puntas de Nerva, que está amenazada desde que el 7 de junio el Ayuntamiento de Nerva anunciase su eliminación. La fuente se construyó a comienzos de la década de 1990 en la calle San Quintín después de que en ese lugar por orden municipal se demoliese la Fuente de Campofrío.
El manifiesto titulado ‘Contra la destrucción de la fuente de la estrella de ocho puntas en Nerva. Por la valoración del patrimonio cultural andaluz‘ señala que “la fuente de la estrella de ocho puntas es el único símbolo que representa a Andalucía en la trama urbana de Nerva. Esto le confiere un carácter singular en su contexto local. Ninguna actuación puede reparar la demolición que se efectuó en 1991. Lo que sí puede hacerse hoy es evitar volver a cometer el mismo error de entonces”.
Los firmantes reconocen que “ni cuando se realizó la construcción ni posteriormente ha habido una explicación a la ciudadanía del significado de la forma elegida. El desconocimiento generalizado acerca del monumento -junto a un deficiente cuidado y limpieza- ha creado las condiciones para la escasa valoración de la fuente, ahondando en la desconexión entre el patrimonio y los vecinos y vecinas”.
Por ese motivo, en el manifiesto se explica que “hallada en varias culturas a lo ancho del mundo, existen varias teorías acerca del origen de la estrella de ocho puntas en la Península Ibérica. Unos apuntan a un significado relacionado con lo solar; otros la vinculan a la diosa babilónica Ishtar, al planeta Venus y la idea del extremo occidental del Mediterráneo; también otros enfatizan cuestiones de naturaleza técnica para su uso generalizado en el arte mudéjar. Lo cierto es que se han encontrado representaciones turdetanas, también de épocas romana y visigoda, alcanzando una enorme difusión en Al-Ándalus, donde adquirió la condición de símbolo asociado al poder estatal. Como elemento decorativo del arte mudéjar se lo puede encontrar en multitud de iglesias cristianas. La estrella de ocho puntas formada por dos cuadrados concéntricos, uno de los cuales ha sido girado 45 grados, puede encontrarse en distintos puntos de la geografía ibérica, pero los especiales vínculos históricos del pueblo turdetano y de Al-Ándalus con Andalucía han convertido a la estrella de ocho puntas en símbolo andaluz. La estrella representa así las raíces históricas de Andalucía y las aportaciones que en distintas épocas se han ido realizando hasta la configuración de la Andalucía actual”.
Los investigadores terminan el manifiesto solicitando al ayuntamiento que rectifique su decisión de destruir la fuente y piden que se tomen “las decisiones necesarias para su puesta en valor, realizando las reparaciones oportunas y garantizando su adecuado mantenimiento”.
Entre los 24 investigadores que firman el documento están Luis Fernando Bernabé Pons, catedrático de estudios árabes e islámicos de la Universidad de Alicante y director de la revista “Sharq Al-Andalus. Estudios mudéjares y moriscos”; Ángel Custodio López y López, profesor de la Universidad de Cádiz e investigador principal del proyecto “Al-Ándalus-Magreb”; Antonio Peláez Rovira, profesor de la Universidad de Granada e investigador principal del proyecto “La sociedad nazarí en el siglo XV: aplicación del derecho y administración del Estado”; Emilio González Ferrín, profesor de pensamiento islámico en la Universidad de Sevilla y autor de libros como “Historia general de Al Ándalus. Europa entre Oriente y Occidente” o “Cuando fuimos árabes”; Virgilio Martínez Enamorado, profesor de la Universidad de Málaga, miembro de Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba y autor de libros como “La mezquita de Lamaya. Un proyecto urbanístico de los Omeyas en la Vega de Antequera”; y Antonio Manuel Rodríguez Ramos, profesor de derecho civil y derecho agrario en la Universidad de Córdoba y autor de libros como “La huella morisca. El Al Ándalus que llevamos dentro” o “Flamenco: arqueología de lo jondo”.
También han dado su respaldo al manifiesto los arqueólogos Juan Ramón García Carretero, del Instituto de Estudios de Ronda y la Serranía, y Juan Antonio Martín Ruiz, de la Universidad Internacional de Valencia, que han investigado la estrella de ocho puntas dentro de su artículo “¿Fue Málaga ceca bizantina? Sobre un nuevo tipo de nummus tardoantiguo”; Julio Miguel Román Punzón, arqueólogo de la Universidad de Granada que afronta la cuestión de la estrella de ocho puntas en “Caracterización de una placa cerámica tardoantigua con doble campo decorativo, del Conjunto Arqueológico de Carmona”; y Pedro Gurriarán Daza, arquitecto y arqueólogo especializado en la restauración y documentación del patrimonio, que ha mencionado la estrella de ocho puntas en investigaciones como “La Torre del Homenaje de la alcazaba de Loja (Granada)” y “La muralla almohade de Cáceres: aspectos constructivos, formales y funcionales”.
Más investigadores que apoyan el texto son Alejandro Pérez Ordóñez, licenciado en Historia del Arte, especialista en arquitectura doméstica y urbanismo andalusíes y editor de la revista digital “Al-Ándalus, Arqueología e Historia”; David Nogales Rincón, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, doctor con una investigación sobre la representación del poder real en la Castilla bajomedieval; Ernesto Martínez Fernández, profesor de antropología de la Universidad de Sevilla, doctor especializado en procesos de ecologización; Iván Pérez Marinas, doctor en historia medieval especialista en el poblamiento entre el Duero y el Sistema Central entre los siglos VIII y XI; Manuel Fialho Silva, investigador de la Universidad de Lisboa, doctor con una investigación sobre la mutación urbana de la Lisboa medieval; Eduardo López Báez, historiador del arte, doctorando en arte mudéjar; Pere González Alerm, historiador que realiza su investigación doctoral sobre las princesas bizantinas de la dinastía Láscaris y sus relaciones con la Corona de Aragón; Carmen Sánchez Solís, historiadora y guía oficial de turismo, intérprete del patrimonio andalusí; Manuel Ruiz Romero, doctor en historia contemporánea e investigador del andalucismo; y Rosario García de Arriba y Miguel Ángel Martín Mas, investigadores de la techumbre mudéjar del Real Convento de Santa Clara de Salamanca.
Con un vinculo estrecho con la Cuenca Minera firman el documento el historiador nervense Miguel Ángel Collado Aguilar, profesor en la Universidad de Almería, doctor por la Universidad de Huelva con una investigación sobre la guerra civil y el movimiento obrero comarcal en el primer tercio del siglo XX; Doris Buu-Sao, profesora en la Universidad de Lille, socióloga con investigaciones recientes sobre la Cuenca Minera; y Alejandro Santos Silva, historiador nervense con aportaciones sobre la izquierda radical en la Transición y el proceso autonómico de Andalucía, que actualmente investiga la trayectoria de la empresa Minas de Río Tinto Sociedad Anónima Laboral y quien ha coordinado la búsqueda de apoyos para el manifiesto.
A título colectivo se ha adherido al texto el proyecto “Valcabado del Páramo, mecenazgo mudéjar”, iniciativa vecinal que ha conseguido la restauración del artesonado mudéjar de su iglesia del siglo XVI en la provincia de León.