57ª Edición del Festival Internacional de Catalunya. El Festival de Sitges 2024
- El pasado jueves 3 de octubre se dio el pistoletazo de salida a la 57ª Edición del Festival Internacional de cine fantástico de Catalunya, el mítico Festival de Sitges.
El certamen arrancó con la energía y el entusiasmo que lo caracteriza, atrayendo a cinéfilos y profesionales de la industria al pintoresco municipio costero de Cataluña. Con la brisa del mar como telón de fondo y el murmullo de las multitudes en las calles, los primeros días del festival han estado marcados por momentos memorables y la visita de las primeras estrellas invitadas.
Una de las grandes atracciones de este año ha sido la presencia de Mike Flanagan, reconocido director detrás de éxitos como Dr. Sueño y la aclamada serie La Maldición de Hill House. Flanagan llegó al festival no solo para compartir su amor por el cine de terror, sino también para recibir el prestigioso Premio Honorífico Màquina del Temps. En una emotiva ceremonia, el director agradeció al festival por su dedicación a la creación de espacios para las voces del género. “El cine de terror es un espejo de nuestra sociedad; es un lugar donde podemos explorar nuestros miedos más profundos”, afirmó, mientras el público lo aclamaba con un caluroso aplauso.
Otro de los momentos destacados de esta edición ha sido la presencia de Nick Frost, el querido actor británico conocido por su carisma y humor en películas como Shaun of the Dead y Hot Fuzz. Frost no solo recibió el Premio Màquina del Temps, sino que también se mostró entusiasta al presentar tres películas en la presente edición. En una charla abierta con el público, compartió anécdotas sobre su carrera y reflexionó sobre la importancia de la comedia en tiempos de incertidumbre. “La risa es la mejor forma de enfrentar el miedo”, declaró.
En medio de las presentaciones y los galardones, empezamos a disfrutar de las primeras píldoras que nos ofrece el festival. Comenzamos con la japonesa “Confession” (Nabuhiro Yamashita), en la que dos amigos alpinistas, quedan atrapados en medio de una tormenta después de un accidente. Uno de ellos, creyendo seriamente que están a punto de morir, decide revelar un secreto y confiesa un atroz asesinato que cometió siendo un adolescente. Comienza entonces una especie de home invasion a la inversa, donde el peligro se encuentra dentro, y no fuera, de la casa. Encontramos reminiscencias incluso de la cabaña de “Evil Dead”, donde el director nos muestra auténtica maestría a la hora de manejar la acción en un espacio muy reducido, a modo de escape room, donde cada rincón puede suponer una tabla de salvación o un callejón sin salida que condena al protagonista a una muerte segura. La película reflexiona sobre la culpa y los mecanismos humanos para afrontarla.
Al caer la noche nos esperaba Art, el payaso más famoso desde Pennywise, para ofrecernos el festín que supone “Terrifier 3” (Damien Leone). Han pasado 7 años desde que Damien Leone diera un puñetazo en la mesa con “Terrifier” y sacudiera los cimientos de una industria a sus ojos demasiado mojigata, con la fantasía gore protagonizada por el payaso asesino. En esta tercera entrega se nos ofrece una cinta un tanto alejada del espíritu indie de la primera película, con una producción más cuidada y una inmersión en la narrativa sobrenatural que comenzó a tratar la segunda parte de la trilogía. Como era de esperar, el imponente Auditori se llenó de aplausos y vítores ante las salvajadas que perpetra en la pantalla nuestro querido payaso. Vísceras, gore y mucha sangre, justo lo que habíamos venido a buscar.
Una de cal y otra de arena. Capaces de lo mejor y de lo peor, nuestra siguiente película es el negativo fotográfico de Terrifier 3.
“Bookworm” (Ant Timpson) es una delicia, una comedia de aventuras familiar donde una niña precoz y lectora empedernida, retoma el contacto con su padre ausente, un ilusionista en horas bajas, con el fin de demostrar la existencia de una bestia de la mitología neozelandesa. Aunque a priori puede parecer una ñoñería típica de telefilme de Antena 3, el ritmo y la sensibilidad que demuestra Ant Timpson en la realización del filme, nos regala una pequeña joya de entretenimiento que consiguió emocionar a los más rudos fans del género de terror.
Le tocaba el turno a uno de los platos fuertes del festival. “MadS” (David Moereau), un filme que ha ido recogiendo elogios en todos los festivales de género donde se ha presentado. Unos jóvenes prueban una nueva droga de diseño y comienzan a experimentar una serie de situaciones en los que la realidad se difumina, viéndose inmersos en una espiral de violencia y terror. Rodada en un dudoso plano secuencia, la película es frenética, asfixiante, con el añadido de que a cada momento el protagonista principal de la acción cambia, configurando una experiencia parecida a los libros de “elige tu propia aventura”. El filme nos dejó con una sensación de quiero y no puedo, como una buena idea mal ejecutada. Se esperaba más, culpa de la expectación que la precedía.
El festival también ha ofrecido una plataforma para descubrir nuevas voces del cine de terror y la comedia. Cortometrajes innovadores y proyecciones de películas independientes han llenado las salas, alimentando la conversación sobre el futuro del cine.
A medida que los primeros días del Festival de Sitges 2024 avanzan, el ambiente sigue vibrante y lleno de creatividad. La promesa de más sorpresas y encuentros emocionantes mantiene la expectativa alta, mientras el festival continúa su viaje hacia nuevos horizontes cinematográficos.