Rotundo éxito del compositor y músico malagueño Yuri Chuguev en Crimea, dentro de las I Jornadas de Cultura Andaluza
Dentro de las I Jornadas de Cultura Andaluza en la República de Crimea, el maestro de la OFM, compositor y director malagueño de origen moscovita Yuri Chuguev, está consiguiendo un más que rotundo éxito en la gira que, con la Orquesta Sinfónica Académica de Crimea, está realizando por las ciudades de Sebastopol, Yalta y que terminará este próximo domingo 10 de septiembre en Simferopol, capital de Crimea.
Dentro de las I Jornadas de Cultura Andaluza en la República de Crimea, el maestro de la OFM, compositor y director malagueño de origen moscovita Yuri Chuguev, está consiguiendo un más que rotundo éxito en la gira que, con la Orquesta Sinfónica Académica de Crimea, está realizando por las ciudades de Sebastopol, Yalta y que terminará este próximo domingo 10 de septiembre en Simferopol, capital de Crimea.
En los conciertos se están interpretando, además de conocidas obras de zarzuela, dos obras del propio Yuri Chuguev, Pueblo Andaluz, y Gaudi de Gaudir, una dedicada al pueblo andaluz, tal como su nombre indica, y otra al universal arquitecto catalán Gaudí y, a través del mismo, a todo el pueblo de Catalunya.
En la obra pueblo andaluz, denota la pasión con el que el compositor ha asimilado la cultura y los sonidos, los ritmos, el color, la textura que, sin duda alguna, definen de forma inconfundible lo andaluz, lo mediterráneo. Una obra que comienza con unos claros aires de misterio que nos recuerda la mejor magia de Al-Andalús y que compas a compas nos pasea, de la mano de su, cada vez más suelta batuta, por todos y cada uno de los paisajes, de los rincones de Andalucía, de lo andaluz.
En Gaudí de gaudir, regresan los sonidos azules, tranquilos y claros del mediterráneo, que nos trasladan de inmediato a esa Barcelona siempre abierta y cosmopolita. Tonalidades muy claras, pero al mismo tiempo, muy Yuri, ya que el compositor ha logrado de forma indiscutible, ese sonido propio que hace inconfundible a los grandes compositores, en este caso a los grandes músicos y, para rematar a los grandes directores. Pero regresemos a Gaudi, donde la música más “Chuguviana” nos sorprende con un pasaje extraordinario, distinto a todo lo demás donde la cuerda, esa buena cuerda de la OSAC denota la clase y la calidad de la escuela rusa, nos sumerge al mismo tiempo en la Barcelona más moderna, la del Jazz, Soul, la Barcelona sensual y universal, todo ello de la magia de una dirección magistral como la que es la de este músico malagueño que crece y crece y crece ante el reconocimiento internacional, y la triste y patética ceguera de los responsables de la OFM que, como siempre, desprecian el oro malagueño para conformarse con el bronce que llega de fuera. Algún día, como siempre, se darán cuenta de lo que tenemos en Málaga, pero ese día, quizás sea tarde porque el Maestro Yuri Chuguev, sea ya inalcanzable para los gestores mediocres.
Me he reservado para el final la obra que ha puesto en pie a los auditorios por espectacular e increíble, pero es de tan difícil definición que les dejo con el fragmento final de Bolero de Ravel, porque yo, a fuerza de ser sincero, no encuentro las palabras, y estoy seguro que a ustedes les pasará lo mismo. Les dejo con Yuri, su bolero y Gaudi de Gaudir.