Años 20, amenaza del fascismo y experimentación artística: ¿vuelve el cabaret?
Son los años 20, cada vez somos más pobres y muchas nos evadimos en brazos del hedonismo, aunque otras se lanzan a los del fascismo. ¿Se repite el patrón del siglo pasado? ¿Volverá, con más fuerza, la libertad de la cultura del cabaret, que nos ayude a digerir estos tiempos, a seguir cuestionando los roles de género patriarcales y a potenciar la experimentación artística? Por ahora, en los próximos días llegan dos propuestas a Teatro del Barrio.
![Años 20, amenaza del fascismo y experimentación artística: ¿vuelve el cabaret?](https://www.tercerainformacion.es/wp-content/uploads/2025/02/unnamed-2-950x0-c-default.png)
El próximo el sábado 22 de enero llega a Teatro del Barrio uno de estos oasis: Prostíbulo poético, un cabaret literario inmersivo en el que acercar la poesía al gran público. Bajo la apariencia de un burdel fantástico de principios del siglo XX, las poetas venden sus versos al público asistente una vez han sido presentadas por la Madame. Poesía inédita en estado puro. Irreverencia. Descaro. Juego de complicidad. Reivindicación del acto íntimo de recitar. Lo que comenzó siendo un reclamo habitual en la agenda de ocio cultural de la ciudad se ha ido transformando en un medio a través de la cual facilitar el acceso a un público cada vez más híbrido y diverso a la acción de escuchar y experimentar la poesía.
![](https://www.tercerainformacion.es/wp-content/uploads/2025/02/unnamed-1-1.png)
El próximo 15 de febrero, tras su paso por Festival Surge y su estreno en Teatro del Barrio, vuelve a este escenario el nuevo trabajo del creador escénico y performer Vicente Colomar (El Manisero): Isabel, diario sonoro de una odisea contemporánea, un cabaret electrónico y literario que es, también, el show de un crooner filosófico, una sesión de electrónica para bailar, un concierto, un musical futurista, un podcast o una pieza performática audiovisual. Isabel, diario sonoro de una odisea contemporánea, que volverá de nuevo el 20 de junio, es una celebración del simple encuentro con el público, una celebración del placer de estar juntas, de pensar juntas, de reír juntas, de disfrutar juntas de la música, de las imágenes, de las palabras. Este trabajo abre un espacio de sensualidad porque va dirigido a los sentidos, al placer. No es un artefacto inofensivo porque quiere despertar el disfrute de pensar, de pensar juntas, de encontrar juntas, a través de la música y la teatralidad, nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas miradas, nuevas esperanzas.