La Midnight X-treme, esencia de Sitges
Dentro de la inmensa oferta del certamen, existen dos emplazamientos que son los preferidos por los fans más acérrimos del festival. Las Midnight X-treme y el Brigadoon. El primero son maratones nocturnas de películas extremas en su propuesta, unidas por una temática común. Mientras que el segundo recoge los títulos de serie b, z y las últimas producciones independientes, así como reposiciones de clásicos del género.
Ávidos de sangre, risas y fiesta acudimos al maratón del cine Retiro, que daba comienzo a la una de la madrugada. Allí nos esperaba la primera de tres películas, “Christmas Bloody Christmas” de Joe Begos, que estaba presente en la proyección. El director norteamericano es carne de Sitges, amante del terror de los 70’s y 80’s, ya sorprendió hace 2 años en el festival con “VFW”, donde reunió a unos cuantos “malos” de pelis de los 80 interpretando a un grupo de veteranos de Vietnam, que se enfrentaban a unos traficantes de drogas mutantes. Puro Sitges.
En esta ocasión nos trae un slasher ochentero a la vieja usanza. Es Nochebuena y la ardiente propietaria de una tienda de discos, Tori Tooms, solo quiere emborracharse y divertirse. Pero cuando un Papá Noel robótico de una juguetería cercana se vuelve loco y comienza una matanza desenfrenada en su pequeña ciudad, se ve obligada a librar una sangrienta batalla. Quién da más.
El tiempo justo para fumar un cigarrillo y continuar el maratón con la esperada “V/H/S/99”, última entrega de la saga de antologías de terror indie. En mi opinión, la mejor película de la serie de found footages iniciada con “V/H/S” en 2012. Cinco historias de terror con estética de video casero de finales de los 90, hora y media de terror y gore que se nos pasó volando.
Nos hacemos mayores y no pudimos quedarnos a la proyección de “Sissy”, la última película del maratón, que presumiblemente se llevará el premio del público de la sección Midnight X-treme.
El cine francés de género ha estado muy presente en esta edición. En “La Tour”, escrita y dirigida por Guillaume Nicloux, los habitantes de un bloque despiertan un día y descubren que un velo está cubriendo todas las puertas y ventanas del edificio. Atrapados y juntos, las familias se organizan, pero el tiempo pasa y la situación no cambia. Poco a poco, los instintos más primarios se agudizan y comienzan a regirse por una única palabra: supervivencia. Bajo una premisa Sci-Fi, la cinta explora la miseria humana como si de un laboratorio se tratase, de forma similar a la que hemos visto en otras películas como la fabulosa “El Hoyo” (Galder Gaztelu-Urrutia, 2019) o “Cube” (Vicenzo Natali, 1997).
Llegó el momento de una de las películas más esperadas del festival “La Pietà” de Eduardo Casanova. Nuestro colaborador Jorge Ortega escribe sobre ella lo siguiente:
“Ganadora del premio a la mejor película en el Fantastic Fest de Austin, “La Pietà” ha conseguido marcar unas expectativas estratosféricas en el hype de un servidor. Segundo largo de Edu Casanova tras las cámaras, después de “Pieles” (2017) y varios cortos en su haber. Con unos rasgos estéticas propios de un fetichista de Waters, he intentado con todas mis fuerzas que me gustara esta película pero no ha terminado de introducirme en la suspensión de incredulidad para este caso que hablamos. El nuevo enfant terrible del cine español es un provocador nato y logra crear una analogía entre las relaciones toxicas materno filiales con la dictadura de Corea del Norte. La cita es una sucesión de momentos rodeados de un clima de extrañeza y unas relaciones entre los personajes distorsionados por una sobreprotección familiar enorme. Pese a tener escenas dignas del Von Trier más extremo y el Waters más delirante, Casanova no termina de cuajar en mi mundo interior”.
Sitges nos tenía reservado un plato fuerte para el final. “Project Wolf Hunting”, película coreana de Kim Hong-sun presentada a competición oficial. Esta película es una barbaridad absoluta, el híbrido perfecto entre “Con Air” (1997) y “Predator”. El traslado de unos presos peligrosos desde Filipinas a Corea pronto se convierte en un festín de sangre y gore como si de una película de la Midnight X-treme se tratara. Dos toneladas y media de sangre se utilizaron en la realización del filme. Buena carta de presentación.
Quedamos a la espera de conocer el palmarés oficial de esta edición, en el que se han batido todos los récords de asistencia. Nos vamos con la sensación del deber cumplido. El año que viene, más.