Redacción •  Cultura •  16/08/2016

Barrio Canino vol.191 – Ganando terreno: identidad y memoria en la lucha por el territorio

Esta semana hablamos de la lucha por el territorio, la identidad y la memoria, a través de tres proyectos autogestionados. Nos acompañan en el estudio Andrés Arévalo, de La Carreta Biblioteca, biblioteca autogestionada y ambulante que circula por las veredas rurales en ColombiaDaniel Montáñez, del territorio político cultural La Atómica, colectivo que trabaja temas de identidad y territorio con población originaria en Ciudad de México y también nos acompaña Hugo Ábalos del grupo  de investigación y divulgación de la arqueología y la gestión del patrimonio rural 'De La Roca al Metal'.

Barrio Canino vol.191 – Ganando terreno: identidad y memoria en la lucha por el territorio

Andrés Arévalo nos habla de La Carreta Biblioteca, un proyecto cultural, social y político que lleva en funcionamiento desde septiembre de 2011. Una carreta ambulante, pintada por niños, llena de libros, que discurre por zonas rurales en Colombia. No solo libros, también títeres y música, en una performance ambulante que por la propia orografía de los terreros por los que discurre en ocasiones no puede ser anunciada con antelación, por lo que además es sorpresiva. En cada despliegue por las localidades rurales colombianas por las que transita, este especie de circo cultural ambulante pretende afianzar la identidad campesina y la relación con la tierra, alejando a los más jóvenes del falso sueño de la vida urbana, su consumismo y su tendencia a la homogeinizacion de la identidad.
La Carreta Biblioteca es una idea loca del profesor Julián Abdías Vargas, quien propuso recuperar la identidad campesina en las zonas rurales de Colombia a través de la literatura, el arte y la cultura, generando formas contrahegemónicas de identidad.
Todos los libros y materiales que forman La Carreta Biblioteca son donados, y el proyecto es autogestionado, financiado a través de la resistencia y la imaginación de las personas que participan en él.

Daniel Montáñez es un madrileño afincado en Ciudad de México que participa en el colectivo La Atómica, territorio político cultural relacionado con el movimiento indígena en la populosa capital mexicana. «Cuando nos arrebatan la tierra, perdemos mucho más, sufrimos el deterioro de las  formas de vida ancestrales que se arraigan en ella. Hablamos de un concepto mucho más complejo: la lucha por el territorio».
Ciudad de México, la urbe construída sobre el lago Tenochtitlán, sostiene un gran entramado comunitario dentro de la gran ciudad. En muchas zonas se habla de ‘barrios originarios’.
El colectivo Atómica trabaja en la colonia Anahuac, que en Nauathl es la tierra del todo. Los barrios originarios tienen un trazado muy particular en sus calles, pero su peculiaridad va más allá del urbanismo y se manifiesta también en las relaciones sociales y de vecindario que se establecen entre sus habitantes. La Atómica es un colectivo autogestionado que se financia a través de su actividad en los tianguis (mercados urbanos de Ciudad de México relacionados con la economía de subsistencia) en los que venden jabón artesanal y paella (¡con chile!). Este colectivo, entre otras actividades, mantiene un eje de educación popular, en oposición al examen de bachiller, considerado clasista, que cada año deja a 500.000 personas fuera de la Universidad pública de Ciudad de México, la UNAM.

Hugo Ábalos nos cuenta como desde el Grupo de la Roca al Metal llevan a cabo un trabajo totalmente autónomo en arqueología, en oposición a la excesiva burocratización de la universidad y la jerarquización de la ciencia en España. Este grupo de arqueólogos decidieron montárselo por su propia cuenta autogestionando su propia actividad investigadora, para estudiar la tecnología arqueometalúrgica, intentando comprender el funcionamiento por el que se extrae el metal de las rocas, excavando yacimientos en el prepirineo aragonés y llevando a cabo una investigación sobre como se ha articulado la vida en el Valle de la Guarguera desde la Prehistoria hasta nuestros días, en una zona que sufrió la despoblación durante el franquismo debido a las repoblaciones de pinos y que posteriormente vivió la llegada de las ocupaciones neorurales de los 80.

Este programa además viene aderezado con música colombiana. Un paseo musical por una pequeña parte de los 1025 estilos propios que se dan en las diferentes regiones del país, y que nos dan suficiente ritmo para mover el skeletor sabrosamente.

Descarga y escucha online:

http://barriocanino.blogspot.com.es/2016/08/barrio-canino-vol191-ganando-terreno.html


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