Redacción •  Cultura •  17/01/2023

La Comunidad de Madrid niega el indiscutible valor cultural de la antigua fábrica CLESA

  • La Plataforma Liebre por Gato, que agrupa a asociaciones vecinales, culturales y patrimonialistas madrileñas, expresa su sorpresa, decepción e indignación ante la negativa de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid (DGPC) a incoar la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la antigua Fábrica CLESA.
  • Resulta desconcertante que sean los responsables de defender nuestro patrimonio los que nieguen su amparo al futuro de un edificio emblemático que genera un consenso unánime entre arquitectos, vecinos e instituciones.
La Comunidad de Madrid niega el indiscutible valor cultural de la antigua fábrica CLESA

Madrid, 17 de enero de 2023. La Plataforma Liebre por Gato, que agrupa a asociaciones vecinales, culturales y patrimonialistas madrileñas 1, la FRAVM entre ellas, expresa su sorpresa, decepción e indignación ante la negativa de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid (DGPC) a incoar la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la antigua Fábrica CLESA, obra maestra de la arquitectura industrial española contemporánea diseñada por el arquitecto Alejandro de la Sota, hoy amenazada por un proyecto de remodelación que destruiría sus valores. Resulta especialmente desconcertante que sean los responsables de proteger el Patrimonio los que nieguen su amparo al futuro de un edificio emblemático que genera un consenso unánime entre arquitectos, vecinos e instituciones, y que proyecta aún con fuerza sus valores, su belleza, su capacidad de transformación.

Las razones esgrimidas por la DGPC para rechazar la incoación, se concretan en tres puntos fácilmente rebatibles:

– En primer lugar se alega que parte de los elementos originales del inmueble se han perdido o han sido alterados, obviando que esas pérdidas y alteraciones han sido autorizadas por las administraciones públicas incumpliendo la obligación legal de proteger el Patrimonio que les impone el artículo 46 de la Constitución. Pero es que además –en cualquier caso- esas pérdidas parciales no han mermado el interés arquitectónico del inmueble, que conserva los valores que lo han hecho merecedor de estudios y tesis doctorales –como la que cita la propia DGPC-, y que obligaron al Ayuntamiento a protegerlo oficialmente cuando Metrovacesa pidió la licencia de demolición. Como resultado, se infiere que la DGPC vuelve a incumplir el mandato constitucional de proteger el Patrimonio histórico, artístico y cultural al negarse a amparar un inmueble en peligro de expolio cuyo valor original no se cuestiona.

– La segunda objeción presentada por la DGPC se refiere a la presencia de amianto en la cubierta de fibrocemento, un problema común a todos los edificios de esa época con una solución tan sencilla como sustituir los elementos afectados por otros similares sin dicho material, en un proceso conocido como “desamiantado” que deberá realizarse obligatoriamente cuando se emprenda su imprescindible rehabilitación.

– Por último, arguye la DGPC que no se conserva la maquinaria original de la fábrica, aunque ella misma admite que su presencia sólo aportaría “un valor añadido”, pero sin que su ausencia reduzca en absoluto el valor de los contenedores diseñado por De la Sota.

Estas razones esgrimidas por la DGPC son precisamente las que deberían haber dado fuerza y urgencia a su declaración como BIC y no a su abandono institucional: reconocer su valor para luego negar su protección es un ejercicio de fracaso institucional e incumplimiento de responsabilidades. Una protección que obligue a una restauración responsable es obligada; el patrimonio también se destruye si pierde su razón de ser, la fuerza de su arquitectura, la belleza de sus volúmenes, la rotundidad y poética de su espacio único. Tan solo el orden en el que fueron agrupados sus volúmenes y su riqueza espacial bastarían para hacer merecedor a este edificio de la más alta consideración, como han afirmado los organismos que apoyan la declaración como BIC ahora denegada, que había sido solicitada también por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, con el apoyo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y las Fundaciones DOCOMOMO, Arquia, y Arquitectura Contemporánea.

Por eso, desde la Plataforma Liebre por Gato seguiremos insistiendo en pedir su incoación como BIC a quien la puede dar para evitar este grave error especulativo que sería un fracaso colectivo pero con responsables concretos, para que sea un motivo de orgullo para el barrio en el que se ubica, la ciudad que lo administra y la región que la protege; para mantener vivos esos valores que la han convertido en una referencia incuestionable de nuestra mejor arquitectura que se proyecta hacia el futuro

Es un derecho y es una responsabilidad de todos ejercerlos.


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