PACMA solicita la retirada del documental «Tardes de soledad» del Festival Internacional de Cine de San Sebastián
El coordinador provincial del Partido Animalista PACMA en Gipuzkoa y vocal de la Junta Directiva, Asier Esparza, ha remitido una misiva a la dirección del Festival Internacional de Cine de San Sebastián solicitando la retirada de la proyección del documental «Tardes de soledad», prevista para el 23 de septiembre.
La grabación se centra en las experiencias de los toreros Andrés Roca Rey y Pablo Aguado, en un espacio que, para la formación política animalista y medioambiental, «humaniza una práctica violenta».
«Aunque el director del documental, Albert Serra, ha señalado que su enfoque es principalmente estético, desde PACMA consideramos que este tipo de representaciones plantean graves preocupaciones éticas», sostiene Esparza. «Al ofrecer una visión romántica e íntima de una práctica controvertida como la tauromaquia, se corre el riesgo de normalizar y perpetuar una tradición que implica violencia hacia los animales, algo que va en contra de los valores éticos que deberíamos defender».
El Partido Animalista ha recordado a Zinemaldia que recibe un «considerable apoyo económico» proveniente de fondos públicos gestionados por instituciones como el Ayuntamiento de Donostia, el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa, y que, por tanto, los ciudadanos «tienen el legítimo derecho de exigir que esos recursos públicos no se destinen a dar visibilidad a contenidos violentos».
«Zinemaldia, como festival de prestigio internacional, proyecta una imagen cultural de nuestro país al mundo, y permitir la difusión de una obra que trata de humanizar la tauromaquia es dar a entender que los españoles, en general, estamos de acuerdo con ella, cuando la realidad actual es muy distinta».
Por ello, el coordinador ha solicitado a Zinemaldia que reconsidere su decisión y retire la proyección del documental «Tardes de soledad». «Creemos que, como referente cultural, el festival debe alinearse con los valores de la sociedad actual donde la violencia hacia los animales vestida de cultura está cada vez más arrinconada», concluye Esparza.