El héroe inmortal de Palmira
“Las palmas de Palmira nunca se inclinan”, esta fue la última frase dicha por el inmortal arqueólogo sirio Khaled Al-Asaad antes de su asesinato en público por los terroristas del Estado Islámico (Daesh) en agosto del 2015.
Al-Assad de 82 años, dedicó su vida entera a la exploración, excavación y restauración de los tesoros de esta ciudad apodada la “Perla del Desierto Sirio” y considerada uno de los sitios con mayor riqueza arqueológica de Medio Oriente, y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1980.
A la edad de 29 años, se convirtió en el principal custodio del antiguo sitio de Palmira, y durante décadas colaboró con arqueólogos de todo el mundo para descubrir los sectores de esta joya arqueológica sin par en el mundo.
En 2015, los terroristas del Daesh estaban ya en las puertas de Palmira, el arqueológico rechazó abandonar la ciudad y dijo a sus tres hijos y su yerno que “prefiere morirse en el suelo de Palmira a que la deje en manos de los bárbaros del siglo”.
Lamentablemente fue arrestado e interrogado para revelar la ubicación de los tesoros ocultos, pero jamás rompió su silencio. Al-Assad fue decapitado públicamente y su cuerpo colocado en una columna antigua, y de la misma manera, fueron asesinados unos 25 militares sirios.
El asesinato de Al-Asaad provocó una ola de conmoción nacional y mundial, y aunque hasta nuestros días no se conoce el lugar de sus restos mortales, se rinde homenaje por todos los lugares al erudito y héroe de Palmira que ha convertido en un ícono para todas las generaciones presentes y futuras, y para aquellos amantes del patrimonio mundial.
De acuerdo con los especialistas en cultura y antigüedades, el mejor reconocimiento y homenaje al Héroe de Palmira es el empeño que se hace a diario para restaurar todas las antigüedades destruidas por el Daesh y los que están detrás de él, en particular el gran templo de Bel, el arco del triunfo, el anfiteatro y el tetrápilo.
El sacrificio de Khaled Al-Asaad nos llama a todos a proteger nuestro patrimonio cultural frente a la barbarie, y representa un testimonio del valor de la cultura y la historia ante la destrucción.
mem/fm