Cuba. Publican la “otra” carta de despedida de Ernesto Che Guevara a Fidel Castro: El valor de un inédito
La primera carta de despedida de Ernesto Che Guevara a Fidel Castro data de marzo de 1965 y fue leída por este en la noche del 3 de octubre del mismo año, jornada en que los revolucionarios cubanos dieron a conocer su decisión de cambiar el nombre del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (Pursc) por el de Partido Comunista de Cuba (PCC), además de elegir al Comité Central.
La “otra” carta de Ernesto Che Guevara a Fidel Castro, recién publicada, está fechada en 26 de marzo de 1965. En palabras de Guevara: “[procura] tratar de hacer una crítica constructiva, por si puede servir para mejorar algunos problemas que continúan siendo graves”.
Hace apenas unos días, en la ciudad de La Habana, el Centro de Estudios Ernesto Che Guevara y la editorial Ocean Sur presentaron Epistolario de un tiempo. Cartas 1947-1967, voluminoso ejemplar que agrupa y clasifica decenas de cartas escritas por Ernesto Che Guevara a lo largo de su vida; la mayoría conocidas, pero repartidas en distintos libros.
Una ha acaparado la atención de los estudiosos, la que corresponde a la “otra” carta dirigida a Fidel Castro antes de partir de Cuba. Escrita a máquina y con varias carillas, solo conocíamos fragmentos, intitulados: “Algunas reflexiones sobre la transición socialista”. Ahora podemos leerla en su integridad, valorando los juicios de un maduro Guevara respecto a la política y economía de la Revolución socialista de Cuba; pieza que ya promete marcar un antes y un después en los estudios guevaristas.
Guevarianas
Ernesto Che Guevara fue un escritor prolífico, de eso no hay duda. A tal punto que sus más de mil textos –de los cuales se conservan 431 manuscritos– ingresaron al Registro Mundial de la Memoria del Mundo de la Unesco, en 2014.
Aunque hubo tempranos esfuerzos compilatorios de la obra guevariana, como el realizado por Orlando Borrego en el Ministerio de la Industria Azucarera, Che en la Revolución cubana (Minaz, 1966) –siete tomos revisados por Guevara cuando se encontraba clandestino en el campamento de San Andrés, Pinar del Río, entrenándose para ir a Bolivia–, y el de Casa de las Américas, Ernesto Che Guevara. Obras 1957-1967 (Casa, 1970), gran parte de esta, por razones que desconocemos, se mantuvo inédita hasta bien entrado el siglo XXI, por ejemplo: Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo (Editorial Sudamericana, 1999), Apuntes críticos a la economía política (Ocean Sur, 2006), Diario de un combatiente. De la Sierra Maestra a Santa Clara (1956-1958) (Ocean Sur, 2011), Apuntes filosóficos (Ocean Sur, 2012),y ahora, el Epistolario de un tiempo. Cartas 1947-1967 (Ocean Sur, 2019).
Hacia otras tierras del mundo
En el prólogo de Che en la Revolución cubana, Borrego señala: “El período comprendido entre 1961 y 1964 fue de enriquecedora creación teórico-práctica en la vida revolucionaria del Che”. Y es que, justamente a partir de febrero de 1961, en calidad de Ministro de Industrias, Guevara se dio a la hazaña de diseñar y realizar un sistema de dirección económica propio, el Sistema Presupuestario de Financiamiento, con la mirada puesta en el tránsito socialista de Cuba. Cuestión que llevó a la palestra pública mediante fraternales discusiones entre economistas y cuadros técnicos, recogidas parcialmente en El Gran Debate. Sobre la economía en Cuba (Ocean Sur, 2007).
Ciertamente, el año 1964 fue un parteaguas en la vida de Ernesto Che Guevara, que culminó con el mítico discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 11 de diciembre de 1964. La decisión estaba tomada: “otras tierras del mundo” le reclamaban.
Durante tres meses recorre África, visita Argelia, Mali, Congo, Guinea, Ghana, Dahomey y Tanzania; y se entrevista con dirigentes de la talla de Ben Bella, Massemba, Agostinho Neto, Nkrumah, Nyerere y Kabila. Con este último se reúne para afinar detalles de la colaboración cubana en la lucha de liberación congoleña, a la cual el propio Che se suma en los meses venideros.
Aquel periplo lo lleva a China y la República Árabe Unida –donde se junta con el presidente Nasser–, pasando por París –aprovechando para visitar el Museo de Louvre–, para, finalmente, regresar a La Habana el 14 de marzo de 1965. Pero, un par de días antes de ser recibido en la losa del Aeropuerto Internacional José Martí por Fidel Castro, sufre la avería del avión Britannia de Cubana que le transporta, debiendo quedarse dos días en Shannon, Irlanda, localidad donde toma cerveza y conversa tendidamente con el poeta Roberto Fernández Retamar acerca de la necesidad de publicar en Cuba el libro de Frantz Fanon Los condenados de la Tierra y Literatura y Revolución, de León Trotsky.
A Fernández Retamar le enseña un documento escrito durante el viaje: El socialismo y el hombre en Cuba. Carta publicada por Carlos Quijano en el semanario uruguayo Marcha, el 12 de marzo de 1965; considerado por algunos como el “Manifiesto de Guevara”. Confiesa Borrego que tras la revisión de los siete tomos de sus escritos, Che le dijo: “Me parece que el trabajo más terminado es El socialismo y el hombre en Cuba”. A lo cual respondió: “Claro, porque eso usted lo escribió en una etapa de mayor madurez”.
Cartas de despedidas
Son varias las cartas de despedida que Che Guevara escribió a sus familiares a lo largo de su vida, primero, desde México, antes de embarcarse en el Granma; segundo, desde Cuba, antes de partir hacia el Congo; por último, nuevamente desde Cuba, antes de enrumbar a Ñancahuazú.
Los destinatarios son recurrentes, desde tierras aztecas, a su primera esposa, la peruana Hilda Gadea, y a sus padres, Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna; desde la isla, a su segunda esposa, Aleida March, a sus hijos Hilda, Aleida, Camilo, Celia y Ernesto, a sus padres, e igualmente a sus amigos y dirigentes de la Revolución, Armando Hart Dávalos y Haydée Santamaría, y por supuesto, a Fidel Castro.
En la última misiva a Ernesto y Celia, se desnuda: “Queridos viejos: Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con mi adarga al brazo. Hace de esto casi diez años, les escribí otra carta de despedida. Según recuerdo, me lamentaba de no ser mejor soldado y mejor médico; lo segundo ya no me interesa, soldado no soy tan malo. […] Ahora, una voluntad que he pulido con delectación de artista, sostendrá unas piernas flácidas y unos pulmones cansados. Lo haré. Acuérdense de vez en cuando de este pequeño condotieri del siglo XX”.
Carta de despedida a Fidel
La primera carta de despedida de Ernesto Che Guevara a Fidel Castro data de marzo de 1965 y fue leída por este en la noche del 3 de octubre del mismo año, jornada en que los revolucionarios cubanos dieron a conocer su decisión de cambiar el nombre del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (Pursc) por el de Partido Comunista de Cuba (PCC), además de elegir al Comité Central.
En el reconocido escrito, Guevara recuerda su primer encuentro con Fidel, en julio de 1955, en el departamento de calle Emparán 49, en México D.F. –propiedad de María Antonia González Rodríguez y el luchador Dick Medrano–, momento en que se sellaría su definitiva amistad. Igualmente alude a la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, a la Crisis de Octubre –“[donde] pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días”–, a su familia y su propio porvenir, a tiempo de ratificar su compromiso internacionalista: “Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”. Para concluir: “En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo donde quiera que esté”.
La “otra” carta de despedida a Fidel
La “otra” carta de Ernesto Che Guevara a Fidel Castro, recién publicada, está fechada en 26 de marzo de 1965. En palabras de Guevara: “[procura] tratar de hacer una crítica constructiva, por si puede servir para mejorar algunos problemas que continúan siendo graves”.
Para ello, de entrada advierte a Fidel que desarrollará cuatro puntos: 1) Errores en la Política Económica; 2) El Sistema de Financiamiento Presupuestario; 3) La Función del Partido; y 4) Recomendaciones Generales.
Por la importancia del texto, a continuación reproducimos parte del mismo, en base a la estructura dispuesta por Ernesto Che Guevara.
1. Errores en la Política Económica.
“Creo que está claro para todos que la planificación es una categoría implícita al socialismo y también a este período de transición que estamos viviendo.”
“El primero de ellos [errores], el más importante, es la improvisación con que hemos llevado a cabo nuestras ideas que ha dado por resultado una política de bandazos. Improvisación y subjetivismo, diría yo. De tal manera que se daban metas que conllevaban crecimientos imposibles.”
“[Hubo una] falta de exigencia de responsabilidad en los cuadros de dirección, que no se vigilan, por lo tanto, no se critican a tiempo y se retiran violentamente después.”
“Faltó a toda nuestra economía el concepto del comercio exterior como su piedra fundamental y al faltar este concepto vino todo el resto.”
2. El Sistema de Financiamiento Presupuestario.
“Nosotros pretendemos que nuestro sistema recoja las dos líneas fundamentales del pensamiento que deben seguirse para llegar al comunismo. El comunismo es un fenómeno de conciencia, no se llega a él mediante un salto en el vacío, un cambio de la calidad productiva, o el choque simple entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El comunismo es un fenómeno de conciencia y hay que desarrollar esa conciencia en el hombre, de donde la educación individual y colectiva para el comunismo es una parte consustancial a él. No podemos hablar en términos cuantitativos económicamente; quizás nosotros podamos estar en condiciones de llegar al comunismo dentro de unos años, antes que los Estados Unidos hayan salido del capitalismo. No podemos medir en términos de ingreso per cápita la posibilidad de entrar al comunismo; no hay una identificación total entre estos ingresos y la sociedad comunista.”
“El otro aspecto es el de la técnica; conciencia más producción de bienes materiales es comunismo.”
“En resumen, eliminar las categorías capitalistas: mercancía entre empresas, interés bancario, interés material directo como palanca, etc. y tomar los últimos adelantos administrativos y tecnológicos del capitalismo, esa es nuestra aspiración.”
“Nosotros tenemos una gran laguna en nuestro sistema; cómo integrar al hombre a su trabajo de tal manera que no sea necesario utilizar eso que nosotros llamamos el desestímulo material, cómo hacer que cada obrero sienta la necesidad vital de apoyar a su revolución y al mismo tiempo que el trabajo es un placer; que sienta lo que todos nosotros sentimos aquí arriba.”
“¿Cómo hacer participar a los obreros? es una interrogante que no he podido responder.Considero esto como mi obstáculo más grande o mi fracaso más grande y es una de las cosas para pensar porque en ello también está implicado el problema del Partido y del Estado, de las relaciones entre el Partido y el Estado.”
3. La Función del Partido.
“En mi concepto, el Partido es un aparato que conjuga en sí la doble situación de ser el motor ideológico de la Revolución y su más eficiente sistema de control.”
“Por motor ideológico, entiendo, el hecho de que el Partido y sus miembros deben tomar las principales ideas directrices del Gobierno y transformarlas, a cada uno do los niveles, en impulsos directos sobre los organismos de ejecución o sobre los hombres.”
“Por aparato de control, el que las bases del Partido y sus organizaciones superiores, en grado sucesivo creciente, estén capacitados para presentar ante el Gobierno, la imagen de lo que realmente sucede en todo aquello que no dependa de la estadística o del análisis económico, es decir, la moral, la disciplina, los métodos de dirección, la opinión del pueblo, etc.”
“Para cumplir su cometido de motor ideológico, el Partido y cada miembro del Partido, debe ser vanguardia y, para ello, deben de presentar la imagen más cercana a lo que debe ser un comunista. Su nivel de vida, es decir, el nivel de vida de los miembros del Partido, nunca debe de exceder, ni como cuadros profesionales, ni como cuadros dentro de la producción, al que tengan sus iguales. La moral de un comunista es su galardón más preciado, su verdadera arma, por ello, hay que cuidarla, incluso, en los aspectos más íntimos de su vida; la parte práctica de esto, la forma en que el Partido debe conducir el cuidado de la moral individual, es uno de los puntos más difíciles de tratar pero es natural, que ni ladrones, ni oportunistas, ni fariseos…, puedan figurar en el Partido, cualesquiera que hayan sido sus méritos anteriores.”
“El Partido, naturalmente, tiene que tener la organización propia, separada del Estado, aun cuando hoy ocasionalmente haya una serie de cargos en los cuales se mezclan Partido y Estado.”
4. Recomendaciones Generales.
“Política Económica: Creo que un pequeño grupo de gente debía dedicarse a estudiar la Economía Política de este período [transición socialista], pero no debemos esperar por ellos ni pensar que lo puedan resolver fácilmente. Muy poca gente de esa capacidad habrá en Cuba, si es que hay alguien, porque estas son tareas que las han hecho pocos en la historia y quizás Marx fuera el único que la hiciera completa.”
“Sin embargo, en la política económica hay una serie de concepciones que se pueden establecer de tareas urgentes sobre las cuales se puede llamar la atención. Lo más importante (casi es un clamor hacia ti) «globalizar», en el buen sentido de la palabra, nuestras aspiraciones. Creo que si al entusiasmo se le pone un pequeño freno de realidad y se hace un análisis comparativo con otros países no cayendo de nuevo en las pretensiones de tener crecimiento de 15 o 20% anual, nos podemos plantear qué es lo que queremos para el año 80. Sobre esta base irá surgiendo lo que tendremos que producir, lo que tendremos que importar, cuánto tendremos que gastar en inversiones productivas y cuánto en inversiones improductivas y la repuesta al más grande interrogante: ¿podemos hacerlo con los actuales métodos y con el actual desarrollo de la economía, sí o no?”
“Lo digo con toda mi convicción (independientemente de lo que valga); si nosotros nos dedicamos a la agricultura y a la industria agropecuaria solamente, estamos liquidados en cuanto a las posibilidades reales de tener un desarrollo armónico y ser un país rico.”
“Hay que invertir en la industria, dentro de esta hay que tomar la industria más moderna; hay que tener una base mecánica suficientemente sólida, con una base metalúrgica elemental, por lo menos. Hay que hacerlo. Hay que dedicarse a la química del petróleo, del azúcar, la química básica, incluidos fertilizantes en ella; hay que quimificar al máximo. Hay que automatizar, única forma de competir. Hay que atender al problema inquietante del mantenimiento preventivo.”
“Hay que seguir una política de extrema cautela en las inversiones, bien meditada y única, basada en un plan único de un organismo único, controlado por la Juceplan.”
“Es importante, como lo advirtiera antes, que se norme exactamente la participación del Partido: si no es posible totalmente por lo menos su participación en determinados niveles inferiores, en forma más o menos constante y en todo el país. Proceder a la educación de los cuadros del Partido con un sentido más amplio de la filosofía, incluso un humanismo marxista más avanzado. No definiciones en torno a las discrepancias, pero sí participación en estudios, o por lo menos, en recopilaciones de documentos de los debates, intento de análisis de las causas que se conocen actualmente. Hacer del cuadro del Partido un elemento pensante, no solo de las realidades de nuestro país sino de la teoría marxista que no es un adorno sino que es una extraordinaria guía para la acción (los cuadros no conocen a Trotsky ni Stalin pero los califican de «malos» escolásticamente). Acabar con la escolástica y la apologética, ceñirá una disciplina única a todas las dependencias del Partido, (pienso en Hoy).”
“Hacer una política educacional acorde con todo lo que se quiere conseguir unida en todas sus partes, congruente en sus escalas y congruente con lo que se busca.”
“Son críticas que hago amparado en la vieja amistad y en el aprecio, la admiración y lealtad sin límites que te profeso.”
Consideraciones finales
Como lúcidamente han propuesto los estudiosos del pensamiento guevariano del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello de La Habana, la “otra” carta de Ernesto Che Guevara viene oportunamente a complementar a El socialismo y el hombre en Cuba y al famoso discurso de discurso de Argel de febrero de 1965, trabajos imprescindibles para ahondar en el legado del argentino-cubano, urgentes para los tiempos que corren.
Javier Larraín Director editorial de Correo del Alba