Redacción •  Cultura •  22/10/2018

El temporal y la crecida del Arroyo de las Culebras se lleva por delante el muro de cierre de los Baños Árabes de Ronda

El torrente de agua de la jornada de ayer además de derribar el muro de contención que separaba los Baños Árabes del Río Guadalevín, ha causado varios destrozos en el monumento mejor conservado de la península en esta categoría. La corriente del río arrastró con ella una tenería del siglo XVIII, usada para curtir pieles. Además, se han provocado destrozos en el acceso para personas con movilidad reducida y en uno de los muros que se encontraba en el jardín de los Baños.

El temporal y la crecida del Arroyo de las Culebras se lleva por delante el muro de cierre de los Baños Árabes de Ronda

El equipo de arqueólogos de la empresa Turismo de Ronda S.A. encargado de valorar los daños en este monumento Bien de Interés Cultural (BIC) ha corroborado que en las salas interiores de los baños, así como en la que fue la Sala de Ingreso, el agua alcanzó hasta dos metros de altura. En este momento, el cuerpo de bomberos se encuentra achicando agua, aunque tendrán que esperar a que seque para poder acceder al interior y analizar el mismo.

Alrededor de las tres de la tarde, la fuerza del agua proveniente del Arroyo de las Culebras derribaba varios cipreses, plantados en la década de los 40, y uno de los muros de contención que separaba este yacimiento de la época nazarí del cauce del Río Guadalevín. De ellos fue testigo un vecino, quien explicó que «el río alcanzaba el nivel del puente que da a los Baños, cuando me alejé el muro cayó». Tras la caída del muro, que no era originario de los Baños, ya que se construyó aproximadamente en los años 60, la fuerza del Guadalevín arrastró varias tenerías del siglo XVIII y que se usaban entonces para curtir las pieles.

El barrio de San Miguel gozaba en los siglos XIII-XIV de todo el esplendor de un arrabal islámico de corte artesanal y agrícola, en el que se situaban industrias de transformación de materias primas tales como alfares o tenerías, cuya tradición ha dejado huella incluso en la toponimia menor del barrio: Puente de las Curtidurías, Puerta de los Esparteros, camino de las Ollerías, etc. Toda la zona se observaría repleta de pequeñas viviendas y talleres, de intrincadas calles y adarves, rodeada de murallas, en la que el baño sólo suponía un elemento más del paisaje urbano. Sobre el murallón del este se eleva una torreta en la que aparece una caja de noria, desde ella el agua era conducida a través de un acueducto de mampostería hasta los baños. El Hamman se estructura en tres zonas fundamentales, siguiendo el modelo de las termas romanas: salas de baño frío, templado y caliente, además de la sala de la caldera y la recepción. Hasta la actualidad ha llegado prácticamente en su integridad el sistema hidráulico de los mismos.