«Parad de pararme», una reflexión teatral sobre las identificaciones policiales a personas racializadas
Vas corriendo para no perder el autobús y la policía te para. Le preguntas a una señora la hora por la calle y la policía te para. Vistes chándal y zapatillas y la policía te para. Dando de comer a las palomas la policía te para. Al terminar de hablar con tu abuela desde el locutorio la policía te para. Y te enteras de que la policía tiene órdenes de identificar a gente como tú. ¿Cómo eres tú?
Parad de pararme es una propuesta teatral que busca la reflexión sobre las identificaciones policiales basadas en un perfil racial, narrando vivencias y experiencias de personas que cotidianamente son abordadas en las calles por los cuerpos de seguridad. Así, el montaje se construye a partir de herramientas artísticas propias del Teatro Documento, pero también del Teatro Fórum, invitando al público al debate. Silvia Albert Sopale, conocida por su compañía No es país para negras, se ocupa, junto con Carolina Torres Topaga, de la dirección y dramaturgia, y Malcolm McCarthy es el intérprete en este espectáculo unipersonal.
El proyecto cuenta con la coproducción de SOS Racisme Catalunya, que ha publicado un informe sobre esta práctica a partir de testimonios y estudios de personas que se han visto afectadas por ella; se publicó en 2018 y se ha actualizado en 2021. La obra estará en cartel del Teatro del Barrio el 4 y 5 febrero tras un periplo por distintos escenarios que incluyen institutos y centros para personas adolescentes.
Sobre las identificaciones basadas en rasgos raciales
A pesar de que no existen estadísticas oficiales sobre identificaciones que incluyan información concreta sobre la etnia, ONG, asociaciones y otras entidades han detectado que los datos aportados por algunos servicios de la policía municipal demuestran que la policía registra sistemáticamente y de manera desproporcionada a los grupos minoritarios de inmigrantes y personas racializadas.
Según una encuesta publicada por la Universidad de Valencia en 2013, las personas blancas que habían vivido un control policial durante los dos años anteriores representaban un 6% frente al 22% de latinoamericanas, el 39% de las personas negras, al 45% de las árabes y el 65% de las gitanas. Estos datos tienen consecuencias negativas en el sentido de pertenencia a la comunidad, generan indefensión, estrés, miedo, racismo y xenofobia -los registros o detenciones suelen producirse en el espacio público, delante de otros transeúntes-, y merman la confianza en los cuerpos de seguridad.