La organización de un espectáculo de variedades vuelve a descentrar el contexto arqueológico del Dolmen de Dombate

Poco ha durado el interés científico en el Dolmen de Dombate. Tras la organización a bombo y platillo de «A luz da Ciencia», jornadas divulgativas presentadas por el físico Jorge Mira, el pasado 3 de abril la instalación volvió a la senda por la que discurre en los últimos años con la organización de Saabor!, un espectáculo de variedades organizado dentro del área arqueológica contemplada en la zona protegida.

Así, del interés por la arqueoastronomía y la Ciencia se pasó el 3 de abril a un espectáculo cómico de música, magia y humor en el entorno del centro arqueológico al tiempo que el auditorio municipal de la localidad, sin duda el recinto más adecuado para este tipo de eventos, estaba completamente vacío.

Esta no es la primera vez que salta la polémica pues en septiembre de 2020, la Diputación coruñesa también le permitió al alcalde del PP en Cabana de Bergantiños, José Muíño Domínguez, la organización de actividades circenses y un pasacalles musical dentro del área arqueológica reconocida en el Plan Director del Dolmen de Dombate, un lugar donde al cabo de los años se han realizado diversos trabajos de excavación.

Aún siendo recomendables para el público infantil y/o juvenil de cualquier ayuntamiento gallego la críticas han venido por parte de vecinos y entidades de la comarca no por la calidad de las actuaciones o su conveniencia, sino por la falta de criterio del organismo provincial y de sus actuales responsables de las áreas de Cultura y Patrimonio Xosé Regueira Varela y Xosé Luís Penas Corral -ambos del BNG- al permitir  la utilización de un centro arqueológico que debería ser una referencia en su ámbito para actividades que no guardan relación con la materia y sólo están fomentando el uso populista del monumento por parte del regidor municipal en un contexto de pandemia.

De hecho, y tal como señalan los expertos, no hay más que revisar el planteamiento de los principales centros arqueológicos europeos para descubrir que  la realización en áreas protegidas de actividades que están completamente fuera de contexto van en contra del interés de cualquier conjunto monumental que pretenda ser referencia en su ámbito.

En este sentido, el Convenio Europeo para la protección del patrimonio arqueológico, ratificado a nivel nacional en 2011, reconoce que el patrimonio cultural europeo como «testigo de la historia antigua» está «gravemente amenazado de deterioro», instando a los Estados a protegerlo «como instrumento de estudio histórico y científico» a través del establecimiento de «procedimientos apropiados de control administrativo» que deben quedar reflejados «en las políticas de desarrollo cultural».