Las cofradías de pescadores y el sector marisquero rechazan de pleno la reapertura de la mina de Touro
El mundo del mar manifiesta su firme oposición a un proyecto que considera carente de licencia social, exigiendo que se afronte cuanto antes la restauración del desastre ambiental causado en el curso medio del Ulla en los últimos 35 años.
Así, hasta siete cofradías de pescadores, diversas agrupaciones marisqueras e incluso el Consello Regulador do Mexillón han unido sus fuerzas a la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa y numerosos colectivos de los ámbitos ambiental y social de Galicia en su contundente rechazo al plan industrial que Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas pretenden desarrollar a través de la mercantil Cobre San Rafael.
Las entidades denuncian el chantaje de las empresas impulsoras al condicionar nuevamente la restauración de la zona afectada por la mina abandonada en 1986 con el desarrollo de un nuevo proyecto, recordando que tanto la Ley de Minas de 1973 como el Real Decreto 2994/1982, sustutuido posteriormente por el 975/2009, ya establecían la obligatoriedad de restauración de proyectos extractivos como la mina de Touro, por lo que las afirmaciones de los impulsores del proyecto «tienen credibilidad nula».
Para los colectivos, para hacerse con la «tan ansiada licencia social», la empresa ofrece el «engaño» de desarrollar en su ámbito una planta de tratamiento de purines, otra de reciclaje de residuos de la construcción y dos plantas de tratamiento de aguas, medidas que a juicio de las entidades «no son más que una estrategia para camuflar los graves déficits ambientales derivados del proyecto minero ya señalados por Augas de Galicia en sus demoledores informes ambientales que condujeron a la denegación del proyecto». Según señalan, «el proceso extractivo y de separación del cobre sigue siendo el mismo y constituye el origen de toda contaminación».
Para los grupos, «estamos ante una repetición de lo ya vivido» pues «el nuevo proyecto no va a solucionar los problemas de contaminación de la antigua mina generados por el abandono de la empresa y la dejadez de la Administración», sino que va a añadir un factor negativo, que es el de convertir a los ayuntamientos de Touro y O Pino en un centro de recepción de más residuos, «lo que incrementa las amenazas sobre la ría de Arousa».
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