La patronal minera convierte a La Voz de Galicia en un panfleto subvencionado a favor de la mina de Touro
El diario oculta las notas de prensa de los opositores al proyecto al tiempo que maximiza la presencia del director ejecutivo de Atalaya Mining y su equipo con una doble página en la edición dominical del 17 de octubre protagonizada entre otros por el CEO Alberto Lavandeira Adán y el geólogo de su filial -Cobre San Rafael- Pablo Núñez Fernández.
En fechas recientes plataformas vecinales como Mina Touro O Pino Non o Cornado Mina Non denunciaban la escasa profesionalidad de algunos medios de comunicación que, como La Voz de Galicia o el Correo Gallego están «olvidando» de manera intencional de los más de 30 años que la propietaria de los terrenos de concesión de la mina de Touro lleva sin cumplir la ley al tiempo que actúan como constante correa de transmisión de las empresas mineras que pretenden imponer el proyecto.
La Plataforma Mina Touro O Pino Non califica esta situación de «lamentable» por la utilización interesada que estos medios de comunicación están haciendo de la actualidad informativa en la que se oculta el mayoritario rechazo social al proyecto y se maximiza cualquier mensaje emitido por Atalaya Mining, su filial Cobre San Rafael y su asociación instrumental de «Mineros Touro-O Pino».
Para Cornado Mina Non, por su parte, La Voz de Galicia ha pasado a llamarse «La Voz de la Mina». Para el colectivo vecinal «resulta demencial que pretendan silenciar a las vecinas y vecinos contrarios al proyecto de la mina de Touro al tiempo que sólo prestan voz a los intereses de la patronal del sector«.
LA VOZ DE GALICIA Y EL CORREO GALLEGO, EN CAÍDA LIBRE
Pese a tratarse a recibir millonarias subvenciones a través de la Secretaría Xeral de Medios de la Xunta, los informes técnicos sobre medios de comunicación reflejan que La Voz de Galicia ha perdido casi la mitad de sus lectores en los últimos dos años, pasando, según los datos de Ingenio Media, de 534.000 a 312.000.
En una situación equivalente se encuentra el que otrora fuera el diario de referencia de la capital compostelana, El Correo Gallego, que ha pasado de 61.000 a 22.000 lectores demostrando que la estrategia informativa de estos medios de comunicación les está pasando factura ante el que un día fue su público objetivo.