La Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública denuncia las mentiras sobre Atención Primaria del Gobierno de Alfonso Rueda al frente de la Xunta
Ante las informaciones surgidas desde el ámbito del Servicio Galego de Saúde (SERGAS) y la Consellería de Sanidade, actualmente dirigida por Julio García Comesaña, que culpabilizan a médicos y Ministerio de Sanidad del caos existente el servicio por la falta de profesionales, la entidad recuerda que todas las Comunidades Autónomas tienen transferidas desde hace años todas las competencias en la materia, y que la falta de personal es únicamente atribuible a los recortes para reducir el gasto público llevados a cabo por el actual Ejecutivo autonómico del Partido Popular.
Este hecho ha provocado un aumento significativo de la precariedad laboral que favorece que el personal formado en Galicia a través del sistema MIR opte por los centros hospitalarios, la empresa privada o otros países que garantizan la estabilidad laboral, dado que a nivel autonómico más de la mitad del personal médico trabaja en condiciones de provisionalidad.
Además señala que «los cierres de Centros de salud, de servicios de pediatría extrahospitalaria y de PAC, las listas de espera que superan la semana o la hegemoniza de la consulta telefónica, obliga a la población enferma a acudir a las urgencias hospitalarias como ultimo recursos por falta de asistencia» y que la falta de personal médico en los centros -de manera señalada en pediatría- y la masificación de las consultas, no es más que la consecuencia de mantener un modelo de Atención Primaria completamente «obsoleto» y centrado en la consulta médica (más del 80% de la demanda), que atiende una gran burocracia y problemas de salud que corresponden a otras categorías profesionales como enfermería, matronas, psicología, fisioterapia, asistencia social, logopedia, atención temprana «de los que existen un gran déficit».
En este sentido, la AGDSP considera que incorporar este personal a los centros de salud «liberaría tiempo en las consultas médicas, reduciría sufrimiento y medicación innecesaria y permitiría responder adecuadamente a las demandas de atención de la población» en un modelo que debería ser consensuado con los diferentes grupos profesionales pero que «lleva años en un cajón de la Consellería de Sanidade».