Salvemos Cabana alerta de que la fragmentación de proyectos eólicos en el Monte do Gato impide una evaluación adecuada de sus impactos ambientales
Para el colectivo, la suma de los 40 aerogeneradores e infraestructuras asociadas que integran los parques eólicos Felga, Gato, Penas Boas, Feás, Fontella y Seselle, promovidos por Greenalia y Galenergy en este enclave coruñés, «tienen efectos acumulados sobre los mismos elementos del paisaje y la biodiversidad del entorno», por lo que consideran que «su impacto sinérgico debería ser evaluado de forma conjunta para no incurrir en un procedimiento viciado desde el principio y nulo de pleno derecho, tal y como apuntan diversas resoluciones judiciales al respecto».
En este sentido, indican que la sentencia 1448/2009, del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León señala que en la evaluación de impacto ambiental de proyectos eólicos «se han de tener en cuenta los efectos sinérgicos y acumulativos de las demás instalaciones existentes, de la línea de evacuación general y de la subestación colectora», esto es, «todos los elementos que el parque eólico precise para que funcione, así como su incidencia en relación con los demás existentes».
El mismo tribunal también se posiciona en su sentencia 333/2010, recordando que si existen vínculos en proyectos eólicos «los mismos deben tratarse como una sola solicitud» pues la fragmentación de proyectos «infringe las disposiciones de la Directiva 85/337/CEE, modificada por la Directiva 97/11/CE, y la jurisprudencia del Tribunal de Justicia» a efectos de la evaluación de impacto ambiental.
En la misma línea, recuerdan que el Tribunal Superior de Justica de Galicia, en su reciente sentencia 254/2020, referente a la demanda presentada por el proyecto Sasdónigas en Montoñedo (Lugo), ha señalado que «la figura del parque eólico debe ser necesariamente contemplada desde una perspectiva unitaria, pues en otro caso quedaría desvirtuada la naturaleza y función de este tipo de instalaciones, por lo que les es consustancial que los aerogeneradores en ellos agrupados hayan necesariamente de compartir, además de las líneas propias de unión entre sí, unos mismos accesos, un mismo sistema de control y unas infraestructuras comunes (normalmente, el edificio necesario para su gestión y la subestación transformadora) y que la energía resultante ha de inyectarse mediante una sóla línea de conexión del parque, sin que sea posible descomponer, a efectos jurídicos, un parque proyectado para diseccionar de él varios aerogeneradores a los que se daría un tratamiento autónomo”.
LA REDUCCIÓN ARTIFICIOSA DEL IMPACTO NO DISMINUYE LOS EFECTOS NEGATIVOS DE LOS PARQUES EÓLICOS
Para la Asociación Salvemos Cabana la realidad que se vive actualmente en Galicia confirma que para las empresas, la «reducción» artificial del impacto ambiental unitario de cada parque eólico busca favorecer su autorización, a día de hoy apoyada en una administración «facilitadora» como la actual de la Xunta de Galicia con la aprobación de normas como las leyes autonómicas 3/2017 o 9/2021, «que de facto favorecen la desprotección territorial en aras del negocio empresarial privado».
Más allá de sus afecciones sobre la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera das Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, para la entidad el problema en el Monte do Gato «es que los seis parques eólicos proyectados pretenden concentrar un total de 40 aerogeneradores en un radio de cinco kilómetros sobre un mismo espacio natural con el notable perjuicio que ello conlleva para su conservación», algo que a su juicio «no es ni razonable ni coherente con una zona de alto valor ecológico y paisajístico».
Para Salvemos Cabana «cabe preguntarse dónde queda la protección de la naturaleza para los actuales gestores de la Xunta«, que mientras invierten abundantes recursos públicos para «vender» una «Galicia Verde» y una y otra vez hablan de «sostenibilidad» y «conservación» en público, «permiten e impulsan una avalancha de proyectos eólicos de imprevisibles consecuencias para el futuro e inasumibles efectos en el presente afectando de manera directa a sectores productivos básicos generadores de empleo y riqueza a nivel local como el agroganadero y el turístico».