Maldita hemeroteca: El pasado le juega una mala pasada al fichaje «estrella» de la minera de Touro
El economista y empresario Venancio Salcines, defensor incondicional del proyecto de Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas a través de la instrumental Cobre San Rafael, tuvo que dimitir como concejal de Hacienda y Comercio del ayuntamiento coruñés de Cambre en 2009 tras cargar al consistorio 2.780 euros que pasó al ente municipal en más de 70 facturas entre las que se encontraban, según publicó en su momento el diario La Opinión de A Coruña «un café de 1,7 euros, un helado de la Colón de 3 euros y una cuenta del Opencor de 38,5».
«Ser concejal de Cambre y tener gastos de representación para tapas, cañas y cafés sin necesidad de justificar el motivo, no tiene precio». Así se despachó en noviembre de 2009 la redacción del diario herculino recordando que tras revisar a fondo los justificantes de pago, Salcines omitió o no alegó motivo alguno en 26 de las 71 facturas de restaurantes, cafeterías o cervecerías que pasó al ayuntamiento», un escándalo local que terminó con la dimisión del que hoy en día es uno de los impulsores de la universidad privada CESUGA (Centro de Estudios Superiores Universitarios de Galicia).
Con sorna, el diario remarca que José Venancio Salcines Cristal, por aquel entonces, ya no era mileurista: «Es profesor de la Facultad de Económicas y presidente de la Escuela de Finanzas, pero pasa un helado de tres euros de la Colón para que el Ayuntamiento de Cambre se lo abone porque, en un día de calor, decidió que su consumición estaba dentro de su labor como representante ciudadano. En cuando a la cesta de la compra, hay una hoja de gasto que reza una compra en Opencor de 38,50 en agosto de 2007» -subraya el rotativo-.
«Una de las facturas más bajas es de dos euros, por dos cafés y un desayuno en uno de sus locales favoritos de Matogrande. El barrio coruñés, una de las referencias de la hostelería más cool en la ciudad, es también uno de los lugares que lleva más estrellas en la guía de tapeo del edil. Hay locales del lugar que tanto le valen para tomarse una a las nueve de la noche como para desayunar a las nueve de la mañana» -apunta el mordaz y descriptivo artículo-.
Aparte de algunas «grandes comidas de representación» que superaban los 120 euros, el diario hace referencia al menudeo del ya ex-concejal: «café y tapa. café, tapa de tortilla, zumo de piña, caña, corto, bocata vegetal, menta poleo… hay decenas de facturas que apenas sobrepasan los diez euros, pero que se repiten mes tras mes. Al desayuno, de aperitivo, a la merienda y, las menos, en horario nocturno. Hay una factura de las 21.42 la noche con un combinado, una clara y una tónica. Dos cafés en Matogrande, dos euros. Dos irrisorios euros que no salen de su bolsillo sino que pagan los cambreses. Un café en Riego de Agua, 1,7 euros. En la zona de la plaza de Ourense o en el Cantón Grande, también hay varias notas que no superan cinco euros» -expone el periódico tras la investigación realizada-.
Y también helados: «Hay que estar fresquito para ejercer bien la labor de edil» -publica el diario con retranca- rememorando que el Ayuntamiento de Cambre tuvo que reintegrarle «una consumición de 6,8 euros de dos cucuruchos y un refresco» en «una heladería de Sada» cuando tan solo «dos días antes» pasó uno de la famosa heladería coruñesa Colón «de tres euros».
Estas actuaciones del economista causaron, como se publicó posteriormente, que la oposición de Cambre «se echase las manos a la cabeza», instando Izquierda Unida (IU) al ayuntamiento «a realizar los pertinentes controles para evitar este tipo de recibos» abogando incluso el PP local «por contratar una auditoría externa». «Nos parece indecente que el concejal responsable de la economía municipal proponga la elaboración de un código ético cuando él mismo lleva toda la legislatura teniendo comportamientos profundamente inmorales», manifestó la oposición, que acabó consiguiendo su objetivo pues el 11 de noviembre de 2009 Venancio Salcines presentó su dimisión como edil.
En 2021, entre la megaminería y el paternalismo
Los años han pasado, y en el 2021 Salcines se debate entre su apoyo al Proyecto Touro y sus frecuentes apariciones en diarios hipersubvencionados por la Xunta como La Voz de Galicia -de la que es columnista habitual- y El Correo Gallego -en el que si no sale lo citan a partir de sus redes sociales-, lo que demuestra que aunque las hemerotecas no olvidan algunos medios parece que sí lo hacen.
Para las entidades que se oponen al proyecto minero por sus muchas implicaciones negativas, como el colectivo vecinal Cornado Mina Non, el argumentario contemporáneo del economista como «fichaje estrella» de las empresas que defienden el proyecto no se sostiene, a medio camino entre la megaminería y el paternalismo, haciendo gala de «una superioridad moral que no es tal», calicaturizando una comarca como la de Touro «como un lugar vacío y dependiente de una supuesta actividad minera que ni siquiera vivieron los que hoy tienen más de 30 años» pero sin embargo olvidando el insoportable legado de pasivos ambientales que trajo la extracción de cobre en la zona contaminando sin remedio ríos y acuíferos y oscureciendo el futuro de las generaciones venideras.
Para el colectivo, «según la Real Academia Galega (RAG) el término paternalismo se acuña a aquellos que actúan en las relaciones sociales o políticas con exceso de control aparentando protección y benevolencia». Por eso consideran que «el señor Salcines puede ahorrarse su paternalismo hacia nuestras vecinas y vecinos porque si en siglos de historia no nos ha hecho falta ningún mesías estamos seguros de ahora tampoco necesitamos a alguien que nos guíe y que nos reescriba la historia».