La nueva ciudad deportiva del Celta de Vigo, un «pelotazo urbanístico» realizado a hechos consumados
La Comunidad de Montes de Tameiga reitera en un comunicado hecho público coincidiendo con la pregunta inauguración de la polémica infraestructura que mientras las vecinas y vecinos están en sus casas «respetando las restricciones» impuestas por la pandemia su rechazo al proyecto consta en una serie de pancartas colocadas a la entrada de las controvertidas instalaciones del club.
El colectivo recuerda que ya el año pasado cientos de vecinas y vecinos se movilizaron cuando se realizó el acto de poner la primera piedra, pero que doce meses más tarde su oposición a los planes del presidente del Club Carlos Mouriño y de la alcaldesa popular de Mos Nidia Arévalo está más presente que nunca.
«Sabemos que este acto de los promotores del pelotazo urbanístico en los montes comunales no inaugura nada, pues las obras están sin terminar y tendrán que enfrentarse a las múltiples denuncias que ponen en tela de juicio su legalidad» -denuncian los comuneros-, considerando además que el evento es únicamente «una escenificación más para presentar su delirio como un hecho consumado y que la población se de por vencida y renuncie a defender el bien común».
«Tameiga no tiene nada en contra de dos campos de fútbol siempre que cumplan la legalidad, pero sabemos que esto es un caballo de Troya para expropiar y recalificar el resto del monte«, algo que califican como un «despropósito ambiental y urbanístico» que abarcará un millón de metros cuadrados de suelo rústico de especial protección.
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