Las quejas vecinales por el ruído de los aerogeneradores del parque eólico Mouriños provocan indignación en la Costa da Morte
Residentes de la parroquia de Borneiro (Cabana de Bergantiños, A Coruña) alertan de la molestia de fondo provocado por el zumbido constante procedente de los aerogeneradores instalados por Naturgy en la sierra del monte Gontón.
Fuentes vecinales del lugar han confirmado las quejas, que ya forman parte de la conversación cotidiana de los habitantes de «Borneiro Vello», el área más próxima al parque eólico, especialmente durante los días festivos con la iglesia de la localidad como punto de encuentro.
La problemática del parque eólico Mouriños, aprobado finalmente por la Xunta de Galicia en 2018 y frente al que particulares y entidades sociales y ecologistas presentaron numerosos informes y alegaciones, ya fue advertida en 2017 por la Sociedade Galega de Historia Natural, afirmando que el proyecto autorizado por el Gobierno gallego continuaba con la «tradición» de la «mala o nefasta evaluación de impacto ambiental de los parques eólicos» en Galicia.
Ese mismo año, la Asociación Salvemos Cabana solicitó a la Consellería de Sanidad la realización de un estudio «independiente y detallado» de las potenciales afecciones del parque eólico sobre la salud de la población por «el creciente número de estudios científicos internacionales no financiados por la industria» que ponían el foco en los efectos perjudiciales en residentes cercanos a este tipo de instalaciones industriales, reclamando la aplicación del Principio de Cautela o Precaución antes de dar luz verde al proyecto.
Así, citaron los trabajos de una reputada investigadora estadounidense, Nina Piermont, que tras años de seguimiento de la sintomatología de diferentes grupos poblacionales residentes en el entorno de parques eólicos en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda e Italia describió una afección provocada por la interrupción o estimulación anormal del sistema vestibular del oído interno derivada de la exposición al ruído provocado por las turbinas eólicas, finalmente denominado como «Síndrome del aerogenerador«, que provocaba alteraciones en los ciclos de sueño de personas sensibles, pero también originaba otras sensaciones de malestar como pulsación interna, taquicardias o estados de nerviosismo que pueden afectar seriamente a la calidad de personas sensibles a este efecto del ruído de fondo provocado por las turbinas eólicas.
En la misma línea, según indicó en su informe dirigido a la Consellería la entidad de defensa ambiental, Nissembaum y otros autores confirmaron en 2011 en un estudio científico hecho en condiciones controladas sobre los efectos de los aerogeneradores en el sueño y la salud, que aquellas personas que viven a menos de 1,4 km. de una turbina eólica puede sufrir alternaciones de sueño «lo suficientemente graves para que esto afecte a su vida cotidiana y salud mental», lo que puede suponer un daño significativo a nivel personal y familiar.
Además, autores especializados como Krogh y otros también certificaron en 2014 que «las turbinas eólicas industriales pueden dañar la salud humana si están situadas demasiado cerca de los residentes» y que muchos médicos de familia canadienses han constatado que «las personas que viven o trabajan en la proximidad a las turbinas eólicas industriales han experimentado síntomas que incluyen disminución de la calidad de vida, molestias, stress, transtornos de sueño, dolor de cabeza, ansiedad, depresión y disfunción cognitiva» debido a la interacción de varios factores derivados de la instalación de aerogeneradores.
UN PROYECTO APOYADO SIN FISURAS POR EL ALCALDE POPULAR JOSÉ MUÍÑO
Pese al aluvión de protestas y las numerosas alegaciones, el proyecto que ahora se torna problemático fue apoyado de manera reiterada por José Muíño Domínguez, alcalde de Cabana de Bergantiños, que hasta llegó a financiar desde el ayuntamiento dos informes favorables al parque eólico de Naturgy.
Así lo denunció en su momento la Asociación Petón do Lobo alertando de que ambos documentos fueron pagados con dinero público a instancias del Gobierno local del PP «tal vez temeroso de que el proyecto no prosperase».
En el primero de los mismos, se concluía que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) redactado por la empresa «ofrece la información suficiente» para garantizar que «las obras analizadas no supongan un impacto ambiental inaceptable». Con posterioridad, el ayuntamiento cabanés volvió a contratar un segundo informe a la misma empresa que se manifestaba en términos equivalentes.
Petón do lobo denunció entonces la manifiesta «falta de objetividad» de ambos informes al tener la empresa redactora «intereses en la gestión del agua municipal y otros contratos de los que resultó beneficiaria», con una intervención que al final fue decisiva «para la aprobación del documento ambiental».
«NOS DEJAN VENDIDOS»
Muy pocos vecinos se atreven a hablar por la presión social provocada por el mismo alcalde que se convirtió en noticia por el fracasado proyecto de la mina de oro de Corcoesto y recibió el «Premio Cemento» en 2013, pero el «nos dejan vendidos» se ha convertido en un mantra para quienes ahora sufren la problemática de la instalación de Mouriños, más cuando ya se tenían referencias cercanas de los fuertes impactos negativos provocados por el ruído del parque eólico de Corme (Ponteceso), el polémico proyecto de EDP Renovables que en 2016 estuvo a punto de provocar una tragedia tras desprenderse dos aspas y otros elementos de un aerogenerador que acabaron impactando contra el techo y el lateral de una vivienda de O Roncudo.