Paz de Colombia en riesgo con el asesinato de líderes sociales
Las cifras de asesinatos y amenazas a líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia evidencia la presencia de grupos paramilitares y vulnera el proceso de implementación de una paz verdadera en ese país.
Un total de 156 líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron asesinados en los últimos catorce meses en Colombia, según informó la Defensoría del Pueblo este viernes.
El Defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, presentó el Informe Especial de Riesgo: “Violencia y amenazas contra los líderes sociales y los defensores de derechos Humanos” donde se evidencia que durante el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2016 y el 01 de marzo de 2017, ocurrieron 156 homicidios, 5 desapariciones forzadas y 33 casos de atentados.
Según Negret «una de las principales causas de este fenómeno es la pretensión de los grupos armados ilegales por copar los espacios del territorio de los que se han retirado las FARC» en cumplimiento de la aplicación del acuerdo de paz.
Las víctimas son líderes sociales y defensores de derechos humanos de los departamentos de Antioquia, Arauca, Atlántico, Bolívar, Caldas, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Chocó, Huila, La Guajira, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca.
¿Quiénes amenazan la paz de Colombia?
Una de las exigencias vitales de las FARC-EP desde que comenzaron los diálogos de paz ha sido iniciar el desmontaje del paramilitarismo en Colombia. La posición del Gobierno ha sido desconocer su existencia alegando que durante el mandato de Álvaro Uribe entre los años 2006 y 2008, cerca de 32 mil paramilitares fueron desmovilizados.
El panorama hoy en ese sentido es totalmente distinto, lo que hicieron esos grupos paramilitares fue pasar a ser catalogados por el Gobierno como bandas criminales quienes continúan amenazando, fustigando y asesinando a los líderes y movimientos sociales que luchan por el derecho a la tierra.
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El ataque sistemático contra líderes sociales y defensores de derechos humanos, así como la estigmatización y persecución en contra de movimientos y organizaciones sociales se mantiene.
El peligro de ser un líder social en Colombia
En Colombia las protesta social ha sido criminalizada y los luchadores sociales perseguidos, afirmó en diálogo para teleSUR Jon Restpo, analista y periodista colombiano.
Durante la guerra se les detenía con acusaciones falsas de pertenecer a la insurgencia cuando en realidad no era así. La mayoría de los encarcelados fueron campesinos y actores defensores que reclamaban sus derechos a la tierra, el agua, derecho al trabajo, agregó.
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«Era el modo de operar del Estado colombiano y las oligarquías, el modo de silenciar la protesta social, asesinando a sus autores, a quienes tengan posición de izquierda, posiciones progresistas, incluso hasta liberales y a quienes reclamaran sus derechos sociales», resaltó Jon Restpo.
En medio de un proceso de paz entre FARC-EP y Gobierno colombiano y con la expectativa de que los canales democráticos se abrieran al reclamo de los derechos de campesinos, líderes sociales y sus movimientos, la realidad es otra.
Las cifras de asesinatos a estos líderes y defensores sociales demuestran que tal democracia no existe y evidencia que la presencia de grupos paramilitares se ha incrementado, en especial en las zonas donde hacía presencia las FARC-EP.
En opinión de Restpo, esta alarmante situación avizora un panorama complejo para este etapa de implementación de los acuerdos de paz.
Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, INDEPAZ, hasta marzo de este año se presentaron 30 homicidios de líderes sociales y defensores de derechos humanos.
La amenaza del grupo paramilitar «Los Urabeños»
Dirigentes de diversos movimientos sociales en Colombia denunciaron haber recibido amenazas del grupo paramilitar «Los Urabeños», quienes declararon como objetivo militar a supuestos guerrilleros que, a su juicio, pretenden con el proceso de paz afianzarse en el Norte de Santander.
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