El Tribunal Supremo Electoral brasileño veta la candidatura presidencial de Lula
La autoridad electoral rechazó la postulación del ex presidente, favorito en las encuestas, quién se encuentra encarcelado desde abril de este año.
Con el voto de seis de los siete magistrados que lo componen, el Tribunal Supremo Electoral de Brasil (TSE) ha vetado la candidatura a las elecciones presidencial es de Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente y absoluto favorito según las encuestas, que se encuentra retenido en un centro de detención en Curitiba desde el pasado mes de abril.
El TSE determinó que Lula, de 72 años, no puede ser candidato debido a la llamada «Lei da ficha limpa» (ley de expediente limpio), promulgada por él mismo en 2010 y que impide a personas con condenas penales aspirar a cargos públicos.
El voto del ministro Admar Gonzaga fue decisivo para determinar la mayoría del TSE, que decidió impedirle a Lula presentarse en las elecciones. Le acompañaron en esa votación Jorge Mussi, Og Fernandez y Luís Roberto Barroso.
La decisión fue tomada por seis votos frente a uno, con lo que el líder más popular del país, en prisión desde abril pasado, queda inhabilitado para postular a la presidencia por sexta vez, aunque el fallo proferido aún puede ser apelado.
Esta semana, la autoridad electoral divulgó el listado de los aspirantes que podrán medirse en la carrera presidencial. El gran ausente es Lula, quien según los más recientes sondeos de Ibope y Datafolha era el gran favorito para ganar la elección, con una intención de voto que supera los 54 millones.
La divulgación de las encuestas que evidencian el apoyo masivo a Lula trató de ser impedida por el Instituto Democracia y Libertad (IDL), que interpuso un pedido ante el TSE para censurar ese tipo de mediciones porque supuestamente «violan la seguridad jurídica de las elecciones». No obstante, el jueves pasado, el ministro Tarcisio Vieira alegó que el Tribunal no tenía competencias sobre el asunto y negó la solicitud, refiere Globo.
El ex mandatario se encuentra detenido en Curitiba desde el pasado 7 de agosto, tras una condena en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión, por delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero, por la presunta adquisición de un triple de Guarujá, aunque la justicia no pudo comprobar que, en efecto, el inmueble le pertenecía a Lula.
La legislación electoral de Brasil impide que los aspirantes a un cargo de elección pública tengan condenas en segunda instancia. Ante ese hecho, la Fiscalía General Electoral (FGE) impugnó la postulación y el caso pasó a manos del ministro del TSE Luis Roberto Barroso.
El Partido de los Trabajadores (PT) no ha bajado a Lula del binomio a la presidencia. El miércoles anterior, el ex ministro y ex alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, ratificó que seguiría como compañero de fórmula del ex presidente para los comicios del 7 de octubre: «Si ni el pueblo brasileño prescinde de Lula, mucho menos el PT», dijo durante un mitin en Belo Horizonte.
El Comité instó a la autoridad electoral a ofrecer las garantías necesarias para que Lula pueda ejercer sus derechos políticos hasta que se agoten sus recursos «en procedimientos judiciales justos». El gobierno de Michel Temer alegó que esa decisión no era vinculante.