El Libertador •  Internacional •  02/01/2018

Honduras. Despiden a policías del cuerpo especial “Cobras” que se negaron a reprimir al pueblo

El viernes 29 de diciembre –como “regalo de año nuevo”— fueron sorprendidos 135 elementos del cuerpo especial “COBRAS” de la Policía Nacional, cuando fueron notificados de que quedan fuera de la institución en el marco del proceso de depuración policial, sin mostrar pruebas que los afectados hayan cometido faltas que justifiquen su separación.

Fuentes del cuerpo policial afirmaron a este periódico que el despido se debe a represalias del gobierno, debido a que los despedidos pertenecen al grupo de agentes que el pasado 4 de diciembre se declararon en brazos caídos y se negaron a cumplir la orden del presidente Juan Hernández de reprimir a los hondureños en protesta contra el fraude electoral y la reelección.

Honduras. Despiden a policías del cuerpo especial “Cobras” que se negaron a reprimir al pueblo

Tegucigalpa. En medio del feriado de fin de año, este viernes el gobierno de Honduras a través de la Secretaría de Seguridad, ha despedido a 135 efectivos del cuerpo élite antimotines denominado “COBRAS” que, según fuentes policiales, se debe a la negativa de este cuerpo a reprimir las fuertes protestas sociales en el país, tras los indicios racionales de fraude electoral en los comicios realizados el 26 de noviembre anterior.

Los “COBRAS” de Honduras son agentes de policía especializados en anti motines y disturbios, franco tiradores y operaciones tácticas y especiales, con instrucción de los cuerpos SWAT estadounidenses. Estos policías son capacitados y asignados en la unidad denominada Comando Especializado Cobra (COECO).

Efectivos del cuerpo especial confiaron a EL LIBERTADOR que el despido lo hizo el gobierno cuando cerca del 50 por ciento de los elementos del Comando se hallaba con permiso de fin de año; cuestionan a sus superiores por la falta de solidaridad con las tropas y por la indiferencia con que ven la necesidad de paz y democracia que con legalidad reclama en las calles el pueblo hondureño.

Los uniformados se acuartelaron el pasado lunes 4 de diciembre en las instalaciones de las Fuerzas Especiales COBRAS, posteriormente se sentaron con organismos de derechos humanos y un oficial que actuó como mediador para superar el conflicto. Luego se aseguró que no habría represalias contra los agentes que desobedecieron la disposición de golpear a la resistencia civil sometida en ese contexto a toque de queda y suspensión de garantías civiles, es decir, a la ciudadanía en protesta que podía ser asesinada por la seguridad del gobierno.

El martes 5 de diciembre los agentes policiales volvieron a las calles, incluyendo COBRAS, pero con la condición que no seguirán reprimiendo al pueblo y lo hicieron público a través de un comunicado a la sociedad hondureña.

Un oficial dijo a este medio que, “los soles jamás se dejarán de la escala básica”, dando a entender que la cúpula siempre se pondrá por encima de los agentes, aunque el “sol” de la Policía Nacional simbólicamente manda a los altos oficiales entre otras virtudes, el cultivo de la grandeza, la eternidad y la nobleza.

Estas cualidades no se mostraron este viernes para los 135 COBRAS que con su disciplina al servicio del pueblo hondureño demostraron que llevan los soles en el corazón, en el compromiso de construir la Patria y en la misión de toda verdadera policía en servir y trabajar junto a la sociedad para alcanzar los proyectos populares anhelados por la Nación.

Cuando el 5 de diciembre los policías llegaron a un acuerdo con los altos mandos de la institución, dejaron claro que lo único que quieren es paz para el país. Además, aclararon que esa toma no fue por dinero, sino por la tensión política que en la actualidad existe en Honduras.

“Nuestro pueblo es soberano y a él nos debemos, por lo tanto, no podemos estar confrontando y reprimiendo sus derechos”, manifestó la Policía Nacional, porque ya no querían seguir maltratando a la resistencia civil por órdenes de los altos mandos. E insistieron que no querían confrontaciones con los ciudadanos por un tema político que a ellos no les competía. Y afirmaron que, “Nosotros nos debemos al pueblo y somos del pueblo”. Algunos de los que dijeron esa verdad, fueron despedidos por el gobierno de Hernández.


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