Argentina: Suelos saludables para una vida saludable
El suelo cumple un rol clave para la sobrevivencia de todas las especies terrestres en el planeta, especialmente la humana. Su pérdida y degradación no son reversibles en el curso de una vida.
La campaña de este año 2021 propulsada por las Naciones Unidas, es «Detener la salinización del suelo, impulsar la productividad del suelo«, pidiéndonos a todos y cada uno de nosotros que nos concentremos en los suelos afectados por la sal.
El suelo juega un importantísimo papel en la sostenibilidad de los ecosistemas tanto naturales como agrarios en los que constituye un reservorio temporal en del ciclo del agua a la que filtra y depura en su recorrido hacia los acuíferos. Además sirve de soporte a todos los seres vivos del ecosistema, vegetales y animales,
Pese a que el suelo es un recurso natural muy valioso, a menudo no se le presta la debida atención.
El suelo es un recurso no renovable, ya que su degradación es mayor a su capacidad de renovación. En su preservación se inicia y termina la cadena alimenticia.
La degradación de los suelos es causada por usos y prácticas de ordenación de la tierra insostenibles y por fenómenos climáticos extremos resultantes de diferentes factores sociales, económicos y de gobernanza. Hoy, el 34,4 por ciento de la tierra está moderada o altamente degradada debido a la erosión, la salinización, la compactación, la acidificación y la contaminación de los suelos por productos químicos.
La salinización del suelo es un gran desafío mundial
Se define como salinización del suelo al conjunto de procesos mediante los cuales se acumulan las sales solubles en la solución del suelo. Estos procesos pueden darse de forma natural en zonas deprimidas topográficamente, suelos pobremente drenados, y/o clima árido, semiárido o seco-subhúmedo donde la evaporación supera a la precipitación.
Los suelos pueden verse afectados por la sal rápidamente por una variedad de razones: debido a la mala gestión humana, el uso excesivo o inadecuado de fertilizantes, la deforestación, el aumento del nivel del mar, una capa freática poco profunda que afecta la zona de raíces o la intrusión de agua de mar en el agua subterránea que luego se usa para riego y otros.
A la salinización primaria o natural se le une la salinización secundaria debida a la acción del hombre. Esta salinización secundaria se debe principalmente a los aportes de sales al suelo en las aguas de riego, los fertilizantes, así como al ascenso de sales por elevación de los niveles freáticos.
La primera es resultado del proceso natural que se desarrolla en zonas donde el material parental es rico en sales y la tasa de evapotranspiración es mayor que la tasa de precipitación.
En cambio la acumulación de sales que se produce como consecuencia de las actividades antrópicas no sustentables es conocida como salinización secundaria.
La salinización y la sodificación o alcalinización del suelo son importantes procesos de degradación del suelo que amenazan los ecosistemas y son reconocidos como uno de los problemas más importantes a nivel mundial para la producción agrícola, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad.
Se estima que hay más de 833 millones de hectáreas de suelos afectados por la sal en todo el mundo (el 8,7% del planeta). La mayoría de ellos se pueden encontrar en ambientes naturalmente áridos o semiáridos en África, Asia y América Latina. Sabemos que entre el 20 al 50 por ciento de los suelos irrigados en los diferentes continentes son demasiado salados, lo que significa que más de 1.500 millones de personas en todo el mundo enfrentan desafíos importantes en el cultivo de alimentos debido a la degradación del suelo.
El exceso de salinidad del suelo provoca cultivos deficientes e irregulares, crecimiento desigual y atrofiado y bajos rendimientos, cuya extensión depende del grado de salinidad .El efecto principal del exceso de salinidad es que hace que las plantas dispongan de menos agua, aunque todavía hay algo de agua en la zona de las raíces.
La madre de todas las criaturas
Si el agua es la fuente de la vida, entonces el suelo es la madre de todas las criaturas. Los suelos saludables son un requisito previo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y forman la base de los Cuatro mejores de la FAO: mejor producción, mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.
Los suelos sanos pueden ser un aliado estratégico para la mitigación y adaptación al cambio climático. Esto se debe a que retienen el CO2 evitando que se escape a la atmósfera.
Algunos objetivos de la Agenda 2030 relacionados con el suelo:
• Objetivo 2. Hambre cero. Se enfoca en el aumento de la producción agrícola, siguiendo prácticas agrícolas sostenibles.
• Objetivo 12. Producción y consumo responsables. Garantiza modalidades de producción y consumo sostenibles sin poner en riesgo las tierras de cultivo y evita el desperdicio de alimentos.
• Objetivo 15. Vida de ecosistemas terrestres. Promueve enfoques sostenibles para la gestión de los recursos naturales, de los suelos, de los bosques y de la degradación de la tierra para promover un equilibrio entre la acción de conservación y el desarrollo, según el PNUD.
En Argentina
La salinidad de los suelos es uno de los factores que más restringen la productividad agrícola, afectando a escala mundial alrededor de 800 millones de hectáreas, de las cuales 129 millones se localizan en América del Sur.
Según el INTA, a nivel nacional, no ha existido un proceso sistemático de monitoreo de la afectación por salinidad y sodicidad de los suelos irrigados de las regiones áridas y semiáridas. En Argentina unas 13 millones de hectáreas se caracterizan por la presencia de sales en el perfil del suelo. Entre las regiones más afectadas se encuentran el Chaco semiárido, la depresión del salado y el noroeste de Buenos Aires.
Video “Suelos afectados por la salinidad, descubriendo una realidad ignorada”
Conclusión
Los suelos deben ser reconocidos y valorados por sus capacidades productivas y por su contribución a la seguridad alimentaria y al mantenimiento de servicios ecosistémicos fundamentales.
La salinización del suelo inducida por el hombre es una amenaza que se extiende a nivel mundial. Todas las regiones deben monitorear la salinidad y sodicidad de sus suelos y conocer los umbrales tolerantes de las variedades de plantas que utilizan.