Soberanía alimentaria: 25 años de una bandera de las luchas campesinas
En un contexto de incremento de la pobreza y el hambre por la pandemia de Covid-19, La Vía Campesina reivindicó la introducción del debate a nivel global de la soberanía alimentaria como cambio de paradigma productivo para cumplir con el derecho a la alimentación: mercados locales y la tierra en manos de los que producen.
“La Soberanía Alimentaria continúa siendo la solución más coherente para la transformación sistémica, continúa siendo la propuesta más coherente para garantizar el acceso a alimentos nutritivos y locales para todos y para defender los derechos campesinos y de los pueblos”, reivindicó Paula Gioia de La Vía Campesina en la Reunión General Virtual del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP), que se realiza entre el 21 de abril y el 18 de mayo, y coincide con los 25 años de la instalación del concepto como un cambio de paradigma por el derecho a la alimentación frente a las políticas diseñados por las corporaciones alimenticias y el agronegocio.
La referente brasileña de la Vía Campesina enmarcó los 25 años de la lucha por la Soberanía Alimentaria en el contexto de la pandemia de Covid-19, que “ha agudizado la crisis del mundo y las clases trabajadoras ven sus derechos amenazados” en medio de una crisis más profunda y sistémica que es climática, ambiental, económica, política, de salud y alimentaria.
“La transformación del modelo agrícola y alimentario actual es esencial para garantizar el cambio urgente de paradigma, cambiando las relaciones de producción capitalistas dominantes”, señaló Gioia y exigió que campesinas, indígenas, pescadores artesanales, pastores, trabajadores asalariados, deben ser parte del proceso de formulación de políticas públicas.
“No podemos permitir que los poderes dominantes, que están intentando con todas sus fuerzas reformar los espacios de gobernanza, den vuelta el tablero. ¡Esto no es un juego! ¡Hay vidas en peligro!”, convocó la referente de La Vía Campesina en un contexto en el que la organización viene denunciando la cooptación corporativa de los organismos internacionales, que se refleja en los preparativos para la próxima Cumbre Sobre los Sistemas Alimentarios.
Soberanía alimentaria, el surgimiento de un nuevo paradigma
La Vía Campesina tomó como bandera la “Soberanía Alimentaria” en 1996, tres años luego de la creación de esa plataforma internacional del movimiento de trabajadores de la tierra, con la comprensión clara de que se trataba de un requisito previo para la seguridad alimentaria y una herramienta conceptual contra la amenaza los mercados locales de alimentos, el medioambiente y, en definitiva, los derechos humanos de comunidades locales que representa desde entonces el sistema neoliberal.
“Teníamos la certeza de que la producción alimentaria debe priorizar las necesidades locales en lugar de a los mercados internacionales y que quienes producen alimentos merecen un ingreso digno”, repasó Gioia en su exposición ante la CIP —plataforma global autónoma y auto-organizada de pequeños productores de alimentos— y agregó otro de los objetivos de la Vía Campesina: “el control sobre el sistema alimentario debe estar en las manos de quienes producen y consumen alimentos, no en las manos del capital privado”.
En esos años comenzó a construirse dentro del sistema multilateral internacional el concepto de Derecho a la Alimentación, derecho humano fundamental, que implica que cualquier persona debe tener acceso a una alimentación segura, nutritiva y culturalmente apropiada en cantidad y calidad suficiente para garantizar una vida saludable y digna. La soberanía alimentaria vino a complementar ese derecho fundamental.
“Fue claro desde el comienzo, que las reformas agrarias y la no discriminación en el acceso a la tierra eran elementos centrales para asegurar que la Soberanía Alimentaria se hiciese realidad. Al mismo tiempo, la protección de los bienes naturales por medio de la implementación de prácticas agroecológicas es uno de los pilares de la Soberanía Alimentaria”, señala la referente de La Vía Campesina.
En ese camino, Gioia reivindicó la creación CIP y el movimiento por la Soberanía Alimentaria, que comenzó a ejercer su influencia en distintos espacios de gobernanza internacional, aportando su visión y exigiendo la democratización de los procesos de formulación de políticas públicas. Y destacó entre las conquistas la reforma del Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO, la participación en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y las directrices voluntarias sobre el Derecho a una Alimentación Adecuada y sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques.
Sin embargo, esos acuerdos alcanzados con los Estados miembro de la FAO, no son obligatorios y se están viendo movimientos del sistema corporativo para cooptar los espacios de los organismos internacionales junto a una política dura de los países agroexportadores para favorecer las lógicas comerciales por sobre el derecho a la alimentación, como ocurrió en el reciente fracaso de las negociaciones de las Directrices Voluntarias sobre Sistemas de Alimentación y Nutrición.
Fuente:ANRed